Lo que hace unos meses parecía una apuesta segura, hoy se ha convertido en una puerta cerrada. El nombre de Nico Williams estuvo durante todo el verano en boca de los responsables del FC Barcelona, marcando en rojo su nombre como una de las piezas clave del nuevo proyecto de Hansi Flick. Su talento explosivo, su juventud y su temporada estelar con el Athletic Club lo situaron como el gran objetivo para reforzar el ataque blaugrana. Pero la historia ha dado un giro inesperado.
La operación estuvo casi cerrada. El jugador había dado el visto bueno, el acuerdo estaba en su fase final y todo parecía preparado para su aterrizaje en Barcelona. Sin embargo, las dudas sobre su inscripción, producto de las limitaciones económicas del club, enfriaron la operación.

El tren del Barça ya pasó para Nico Williams
Nico optó por seguir una temporada más en Bilbao, con la esperanza de despedirse ganando un título europeo en casa. Una apuesta arriesgada que, de momento, no ha salido bien. El Athletic cayó con dureza (0-3) ante el Manchester United en la ida de las semifinales de Europa League, dejando su final soñada en San Mamés en el aire.
Mientras tanto, el Barça ha cambiado de planes. Y con ellos, la percepción sobre Nico. La decisión del atacante no ha sentado bien dentro del vestuario. Muchos consideran que el jugador faltó al respeto al club con su marcha atrás, dejando una sensación de desconfianza difícil de borrar. En un entorno donde la unidad y el compromiso son vitales, la figura de Nico ya no encaja. Tampoco sentó bien entre la afición, que todavía lamenta que Josep Maria Bartomeu fichara a Antoine Griezmann en otra de sus operaciones nefastas, a pesar de haber rechazado al Barça en primera instancia.

Raphinha, intocable
Pero el verdadero obstáculo se llama Raphinha. El brasileño ha dado un paso al frente esta temporada y se ha consolidado como uno de los jugadores más decisivos de Europa. Con 31 goles y 25 asistencias en 50 partidos, su rendimiento ha sido tan espectacular que se ha convertido en intocable en el once de Flick. De hecho, el técnico alemán lo considera intocable y ha pedido expresamente que no se toque su posición en el campo.
Y es precisamente ahí donde juega Nico. Dos perfiles similares, dos extremos con desborde, velocidad y gol. Pero solo hay sitio para uno. Raphinha, por su parte, ha sido muy claro: no compartirá protagonismo. Si el club ficha a un jugador de primera línea para su puesto, no dudará en buscar una salida. Un mensaje que no ha pasado desapercibido en las oficinas del club ni en el entorno del propio Nico. Así las cosas, Nico Williams ya no es bienvenido en el Barça. El tren pasó, y esta vez, no volverá a detenerse.