Rafa Nadal ha superado con mucha autoridad a Nick Kyrgios para adjudicarse el ATP 500 de Pekín (6-2 y 6-1). El tenista balear, número uno del mundo, sólo ha necesitado dos sets para sumar un nuevo título a su vitrina en la novena final de la temporada.

Acción-reacción

Kyrgios era consciente de que sus opciones de llevarse el torneo pasaban por que Nadal no se sintiera cómodo. En los primeros intercambios de golpes, el tenista australiano ha jugado dentro de la pista, evitando intercambios largos y buscando las esquinas. Y así ha disfrutado de una pelota de break. Nadal ha sabido resistir para llevarse el juego.

Los primeros puntos hacían pronosticar una final muy larga. Los juegos siempre se decidían en el desempate. Y allí la cabeza de Kyrgios ha desnivelado la balanza. Nadal ha hecho valer su experiencia y, a pesar de los errores, ha conseguido el primer break en el sexto juego, aprovechando una dejada sin sentido. 4-2. El primero¡ set estaba sentenciado. Por las sensaciones que emitía Kyrgios, perdido en guerras estériles contra el árbitro y peticiones de ojo de halcón.

Nadal, mucho más entero, ha seguido jugando su partido para mantener el servicio y llevarse el primer set después de un doble error del australiano (6-2).

Como fruta madura

Los organizadores del torneo empezaban a escribir el nombre de Rafa Nadal en el trofeo porque las tendencias eran opuestas. Nick Kyrgios, tan joven como talentoso, seguía perido en una lucha contra él mismo. Combinaba grandes golpes con decisiones incomprensibles. Y el partido se le escapaba como arena entre las manos.

El balear se ha limitado a esperar su momento. Y sumar tres juegos seguidos, rompiéndole el servicio sin esfuerzo y estableciendo el 3-0 con un ace. Kyrgios, desde el banquillo, negaba con la cabeza, incrédulo por desperdiciar una oportunidad así después de superar con comodidad Alexander Zverev en semifinales, segundo cabeza de serie del torneo.

En el cuarto juego del segundo set, el jugador australiano ha encadenado tres puntos para hacer creer a los aficionados chinos que la final no se había acabado. Pero ha sido un espejismo. Nadal ha vuelto a hacer gala de sus incontables recursos para darle la vuelta y establecer el 4-0.

Nadal ha seguido jugando con la cabeza de Kyrgios para sumar los próximos juegos sin esfuerzo y no ha fallado en la primera y única pelota de partido. 6-2 y 6-1 en otra lección de tenis. Victoria número 61 de la temporada y sexto título para un tenista de 31 años que sigue demostrando un hambre de títulos impropia. Nadal domina el mundo del tenis y reina en Pekín.