Hacía doce días que Leo Messi no pisaba un terreno de juego y diecisiete desde que lo hiciera por última vez con la camiseta del Barça. Después de dos partidos perdidos por sanción, el argentino ha vuelto a hacer disfrutar con su fútbol. Él ha sido el partido y con un doblete en una primera parte sensacional ha destrozado un Sevilla tocado y hundido.

Cuando el Barça tiene a Messi, cuando él es cerebro del equipo y cuando tiene hambre de fútbol, aparece el Barça más destructivo. Si el Sevilla era un rival peligroso, con el '10' y con el tridente enchufado, todo se convierte en una minucia. Dos joyas de Messi en un recital de movimientos sobre el campo y una obra de arte de Luis Suárez para dar un paso necesario en la lucha por la Liga.

El hambre del tridente

El Barça ha salido al campo hambriento, sin querer dejar pasar ni un segundo para tener el dominio de la pelota y del juego. La presión asfixiante y el 3-4-3 en posición ofensiva han hecho que los blaugrana originaran peligro en cada acción. Volando en las transiciones y controlando la posesión, el Barça han monopolizado la exhibición de Messi.

La insistencia ha sido efectiva. Más de cinco remates en veinte minutos hasta que ha llegado el gol que hacía justicia. Jugada personal de Messi desde la banda derecha demostrando su potencia, y asistencia oportuna a Luis Suárez que resolvía con una tijera de lujo y adelantando a los blaugrana en sus mejores minutos.

La ofensiva era total. Un Messi entusiasmado con el gran partido del equipo y que lo ha decidido todo en ocho minutos. Jugada de fantasía del tridente –con permiso de Rakitic- y resolución incuestionable del argentino. Y unos minutos después, volea en una pelota venida desde el cielo para sentenciar el partido. Messi tiene un idilio con el Sevilla y cuando lo ve en frente se convierte en un francotirador. 23 goles ya en su cuenta particular contra los andaluces.

La Liga no pierde sentido

El mes de abril es el mes de la exigencia. Segundo partido de nuevo resuelto con solvencia gracias a la vuelta de un omnipresente Messi y la efectividad de una primera mitad formidable. Ha sido el partido del '10', donde ha vuelto a jugar después de la inactividad, y se ha acabado resolviendo a favor de un equipo que se ha querido reafirmar.

La pólvora estaba preparada y ha funcionado en el momento preciso. Han sido diez minutos de precisión y cuarenta y cinco de gran fútbol. Y en la segunda mitad, como ya era de esperar, el Sevilla no se ha rendido y ha hecho un paso adelante pero sin hacer temblar a un Barça muy sobrio.

El Sevilla, ya con la Liga prácticamente imposible. Y el Barça se refuerza contra un rival marcado por su dificultad y sigue poniendo presión al Madrid. Moral al alza para afrontar un mes de abril que el equipo necesita de todos sus efectivos al máximo nivel.