El futuro de Odysseas Vlachodimos se complica en Nervión. El portero griego, cedido por el Newcastle United, ha convencido a todos con sus actuaciones sólidas, su liderazgo y su carácter ganador. Pero su continuidad parece un sueño difícil de cumplir. El Sevilla lo quiere, Matías Almeyda lo ha pedido expresamente, pero los números no acompañan.
Su cesión no incluye una opción de compra, lo que obliga al club andaluz a negociar directamente con el Newcastle. Y ahí empieza el problema. El conjunto inglés pagó 23,6 millones de euros por su fichaje hace poco más de un año y no está dispuesto a regalarlo. Pretenden recuperar gran parte de esa inversión. Una cantidad fuera del alcance del Sevilla actual.
La continuidad de Vlachodimos, un deseo casi imposible para el Sevilla
El club de Ramón Sánchez-Pizjuán vive un momento delicado en lo económico. La secretaría deportiva ha hecho cálculos, pero la cuenta final se dispara. Vlachodimos ha demostrado ser una garantía bajo palos, un portero de nivel internacional, pero su precio de mercado es inasumible para las golpeadas arcas sevillistas. El deseo de Matías Almeyda está lejos de hacerse realidad.
El técnico argentino ha insistido en su importancia en el proyecto. Bajo su dirección, el guardameta ha alcanzado un rendimiento sobresaliente, con un 87 % de eficacia en paradas y actuaciones decisivas que han dado puntos vitales al equipo. En encuentros como el de Mallorca, incluso en la derrota, fue uno de los pocos jugadores que respondió. Su regularidad y tranquilidad han devuelto la estabilidad a una posición que pedía un referente desde hace tiempo.
Nyland también apunta a la salida
La llegada de Vlachodimos, gestionada por Antonio Cordón, fue uno de los grandes aciertos de un mercado austero. El griego representa al portero moderno: valiente en el uno contra uno, con buena salida y gran lectura del juego. En el vestuario y en la grada existe consenso. Todos quieren que se quede. Pero el problema no es deportivo, sino económico. Y eso, en el Sevilla actual, lo cambia todo.
Su éxito, además, ha tenido una víctima colateral. Nyland, el veterano guardameta noruego, ha perdido su sitio. Arrancó la temporada como titular, pero sus errores ante el Elche precipitaron el cambio. Desde entonces, vive relegado al banquillo. Tiene contrato hasta 2026, pero el club ya estudia darle la carta de libertad al final de curso. La confianza en el canterano Alberto Flores aumenta y el futuro del noruego se aleja cada vez más.
Así, mientras Vlachodimos se consolida como una de las grandes noticias del año, su continuidad es casi imposible. Almeyda lo quiere, la afición lo pide, pero el Sevilla no puede pagar lo que vale. Y salvo un giro inesperado, el portero que devolvió la calma a la portería sevillista tendrá que hacer las maletas en verano.