El Girona ha perdido en el Santiago Bernabéu (4-2) y se complica sus aspiraciones de acceder a las semifinales de la Copa del Rey. Los hombres de Eusebio Sacristán han plantado cara al Real Madrid y han llegado al minuto 67 con uno magnífico 2-2 en el marcador, pero dos dianas finales de Ramos y Benzema han decantado el resultado a favor de los locales. La remontada parece difícil pero el Girona lo intentará. Montilivi dictará sentencia.

Empuje interrumpido

El Girona se ha plantado al césped del Santiago Bernabéu con personalidad y muy pronto su valentía ha tenido premio. Ha sido Choco Lozano -un jugador muy propenso a fallar en situaciones importantes- quien ha culminado una gran jugada colectiva para poner por delante el Girona. El debutante Raúl García se ha desmarcado en profundidad por la banda izquierda y ha hecho un gran centro en el segundo palo que el delantero hondureño no ha desperdiciado.

Inmediatamente después todos los ojos del Bernabéu han clavado su mirada sobre Marcelo, una de las estrellas cuestionadas desde hace semanas en la casa blanca. El lateral brasileño ha sido declarado culpable: tendría que haber marcado el Choco, pero cuando la pelota ha entrado en la portería él todavía estaba volviendo hacia su área al trote cochinero.

Choco Lozano Real Madrid Girona EFE

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El Girona había conseguido lo más difícil, pero lo cierto es que muy pronto los futbolistas rojiblancos han descubierto que las cosas no serían tanto sencillas. Vinícius, la nueva esperanza del Bernabéu, ha ejercido de líder y ha vuelto loco a Pedro Alcalá, que ha actuado de central derecho y no ha podido pararlo de ninguna manera.

El gol blanco, sin embargo, ha llegado por la banda contraría. Odriozola -un jugador creado por Eusebio en la Real Sociedad- se ha internado hasta el área del Girona sin oposición y ha hecho un pase hacia atrás inteligente para que Lucas empatara el partido. Su diana era la primera pista que indicaba en qué se convertiría el primer tiempo: un vendaval madrileño.

Vinícius y Benzema han disfrutado de buenas ocasiones para poner por delante su equipo, pero el segundo gol blanco no llegaría hasta el minuto 41. Ha sido por culpa de un penalti absurdo, la gran lacra de los gerundenses esta temporada, cometido por el Choco Lozano. Ramos no lo ha desperdiciado y el Madrid se ha marchado al descanso por delante en el marcador.

Deshecha final

La segunda parte ha empezado con una noticia obligada. Eusebio ha parado la sangría que estaba provocando Vinícius sustituyendo Alcalá por Bernardo y la receta ha funcionado. El central colombiano ha mejorado las prestaciones de su compañero y el Girona, en general, se ha dispuesto con mucha más coherencia sobre el terreno de juego.

La parte negativa de los primeros minutos del segundo tiempo la ha protagonizado Borja García. El mediapunta se ha lesionado y ha tenido que ser sustituido por Paik, del filial. Su dolencia tiene mala pinta y el madrileño no tiene un suplente natural.

Con el paso de los minutos el Girona ha ganado confianza y ha empezado a acercarse a la portería de Courtois, intimidando a uno de los Madrids más vulnerables de la última década. El asedio ha tenido premio: Marcos Llorente ha cometido un penalti tanto o más absurdo que el del Choco y el capitán Granell lo ha transformado con autoridad.

Sergio Ramos Real Madrid Girona EFE

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La alegría, sin embargo, ha durado diez minutos. El tiempo que ha tardado Ramos en volver a marcar para poner por delante su equipo. Lo ha conseguido con un remate de cabeza después de un centrao de Marcelo.

A la obra, sin embargo, todavía le queda un último acto. En este caso ha sido una tragedia francesa, y es que Benzema, sólo tres minutos después, ha hecho el cuarto para sentenciar el partido y, quién sabe, quizás también la eliminatoria.

El Girona tendrá que remontar dos goles en Montilivi, una gesta difícil pero no imposible. En el Bernabéu los hombres de Eusebio han plantado cara pero han chocado con un Ramos orgulloso y un Madrid acertado. Ahora toca cambiar de chip: este domingo el Barça visita Montilivi y los tres puntos son más importantes que la Copa.