'¿Y ahora qué?', se pregunta Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid consiguió enderezar el rumbo del equipo cuando tocaba fondo con Rafa Benítez al frente. En el mes de enero del 2016, Florentino utilizó a Zinedine Zidane, una leyenda del club con escasa experiencia en los banquillos, para parar el golpe. Era su Pep Guardiola particular. La jugada salió redonda.

Dos años y medio después, Zidane anuncia por sorpresa que se marcha. Y lo hace con nueve títulos, entre ellos tres Champions League. El entrenador francés, un gestor impecable de grupo, da un paso al lado porque cree que el equipo necesita "un cambio" para seguir ganando. Las muestras de afecto de todo el vestuario ayudan a dimensionar la influencia de un técnico que ha normalizado el éxito.

Sin un juego muy vistoso y con suerte en momentos clave, el Madrid ha ganado las últimas tres Champions. El club ha agudizado su tiranía en Europa, pero eso no ha condicionado la decisión de Zidane.

Florentino Pérez sabe que tiene que afrontar una de las tareas más complicadas: contratar a otro entrenador. El nuevo inquilino del banquillo del Santiago Bernabéu también sabe que es prácticamente imposible igualar el palmarés de su predecesor. El club, con un proyecto que sólo se sustenta en la victoria, sabe que la decisión es arriesgada porque las comparaciones son odiosas.

Zinedine Zidane Florentino Pérez comiat Madrid   EFE

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Mantener a la plantilla conectada es la gran premisa de los directivos blancos, que ya se fijan en Mauricio Pochettino, entrenador argentino del Tottenham Hotspur. Pochettino, que dirigió al Espanyol entre 2009 y 2012, acaba de renovar su contrato con el Tottenham y tendría que negociar su salida con el implacable presidente Daniel Levy.

La transición podría ser traumática porque Zidane se había ganado el respeto del entorno y el cariño de toda la afición. Sin matices. El Madrid siempre se lo creía. Y es por eso que su sustituto también podría pasar por el fútbol base, donde Guti ha ganado mucho peso en las últimas temporadas.

El relevo de Zidane también vendrá acompañado de futbolistas de primer nivel. Florentino tiene claro que la ilusión también se puede comprar y se rascará el bolsillo para alargar el estado de ánimo de la Champions, difuminado entre declaraciones cruzadas. Los nombres buscarán distraer la atención de un proyecto demasiado personalista que se mirará al espejo durante todo el verano.