Nacho Fernández ha sido más decisivo que Cristiano Ronaldo. El central ha encendido la chispa de la remontada del Real Madrid contra el Deportivo de la Coruña (7-1). Los blancos, con una versión muy mejorada de Gareth Bale, vuelven a ganar en la Liga después de tres jornadas y aprovechan los tropiezos del Atlético de Madrid y el València para recortar distancias.

La confianza lo es todo

El Madrid no pasa por el mejor momento de la temporada. Eso es innegable. El equipo duda de todo y no tiene ninguna certeza. Los últimos resultados han minado la moral de un grupo de futbolistas que parecía invencible a finales de agosto. Contra el Dépor, Zinedine Zidane ha seguido fiel a su modus operandi. Y es que cree que la mejor manera de levantar la cabeza es seguir confiando en los mismos jugadores. Hoy, con una excepción. Borja Mayoral ha acompañado a Ronaldo y Bale. Isco se ha quedado en el banquillo.

El partido se ha torcido a las primeras de cambio para el Madrid. Lucas Pérez ha aprovechado un error de Dani Carvajal para regalarle el 0-1 a Adrián. El gol ha vuelto a disparar los silbidos de un Santiago Bernabéu que se niega a aceptar el rol que le toca jugar esta temporada en la Liga. Una tarde que tenía que ser balsámica se envenenaba con una jugada aislada.

El gol ha disparado la producción ofensiva del Madrid, que ha vuelto a demostrar una falta de puntería alarmante. Hasta que ha aparecido Nacho, el jugador más en forma de los blancos. El polivalente defensa nunca baja del notable y hoy ha rozado el excelente. Él solo se ha inventado la jugada del empate con un remate más propio de un delantero centro. La confianza de Nacho ha contagiado a sus compañeros.

Retorno al pasado

Poco a poco, Bale sigue sumando minutos y acumulando sensaciones en su particular carrera por recuperar la forma que lo llevó de Londres a Madrid. Una pelota teledirigida a la escuadra de la portería del Deportivo ha sido suficiente para que el delantero galés hinchara el pecho y empezara a arriesgar. La estrategia le ha salido bien a él y al equipo.

El Madrid, a pesar de remontar el gol de Adrián, no ha levantado el pie del acelerador. Zidane entendía el partido como una aspirina. Y no ha querido tocar nada. Bale ha entendido el mensaje y ha marcado el 3-1 con un fabuloso cabezazo. La afición se reconciliaba con un jugador que se convirtió, en su día, en la diana de todas las críticas.

La entrada de Karim Benzema ha servido para que los blancos recordaran qué era jugar con su delantera titular. Y es que entre lesiones y sanciones, la famosa BBC había acumulado mucho polvo. El Deportivo ha ondeado la bandera blanca y ha construido un decorado inmejorable para un Madrid que jugaba y corría como quería. Ronaldo ha asistido a Modric en el cuarto y Casemiro ha regalado el quinto al mismo Ronaldo, que no lo ha celebrado. El partido estaba visto para sentencia.

Pero Cristiano no ha tenido suficiente y ha querido mejorar sus discretos números goleadores. El '7' ha pagado un peaje muy caro en el 6-1. Y es que ha acabado ensangrentado después de jugarse la cabeza para rematar un centro de Lucas Vázquez. Nacho, en otro movimiento de delantero, ha cerrado la goleada después de un córner. 7-1.

El Madrid gana, convence y vuelve a ver grande la portería rival en uno de los partidos más completos de los últimos tiempos. El París Saint-Germain, rival de los blancos en los octavos de final de la Champions, está avisado.