El Barça se ha llevado un correctivo en el primer partido de la final de la ACB contra el Real Madrid (87-67). Ante de un WiZink Center lleno hasta la bandera, los hombres de Svetislav Pesic no se han puesto por delante en el marcador en ningún momento y han recibido una lección muy valiosa: si quieren el título, tendrán que mejorar -y mucho- en defensa.

El lunes que viene, otra vez en Madrid, los blaugrana tienen una nueva oportunidad de demostrar porque han sido el segundo mejor equipo de la fase regular. Una victoria permitiría afrontar el tercer partido en el Palau con optimismo, pero una nueva derrota situaría el equipo entre la espada y la pared muy pronto.

Empanada y reacción blaugrana

El Barça no ha empezado el partido con la concentración necesaria para afrontar una final de Liga. En los primeros minutos, el Madrid se ha situado 9-0 gracias a los triples de Anthony Randolph (3+1) y las canastas de Facundo Campazzo.

Aun así, Pau Ribas, Víctor Claver, Ante Tomic y Thomas Heurtel han plantado cara y han recortado distancias en parte, también, a una gran defensa colectiva. La imagen del primer cuarto, eso si, lo han protagonizado Adam Hanga y Gustavo Ayón. El mexicano ha propinado un puñetazo al jugador blaugrana pero el árbitro ni siquiera ha señalado antideportiva. En cualquier caso, el Barça finalizaba el primer cuarto por detrás en el marcador, una tónica habitual durante todo el partido (22-17).

Campazzo lo hace muy fácil

En el segundo cuarto el Madrid ha conseguido escaparse sin oposición en el marcador. Un parcial de 8-2 inicial ha obligado a Pesic a pedir el primer tiempo muerto del partido, pero el técnico serbio no ha conseguido cambiar la dinámica del duelo.

El Barça ganaba los rebotes ofensivos (sumaba 11), pero este hecho servía de bien poco ante la capacidad anotadora de los blancos. Los triples de Campazzo y el ritmo anotador de Sergio Llull han castigado el equipo de Pesic y han permitido que el Madrid consiguiera 15 puntos de ventaja en el ecuador del partido (47-32). 1 de 7 en triples por el Barça y 8 de 16 para el Madrid: los datos lo decían todo.

El Madrid no tiembla

El tercer cuarto tenía que convertirse en el momento clave de la reacción blaugrana, pero esta no ha llegado en ningún momento. Dos triples consecutivos de Chris Singleton han permitido soñar a los culés, pero muy pronto Rudy ha evidenciado que la victoria esta noche sería blanca.

Una pequeña racha anotadora del Barça en el último tramo ha obligado a Pablo Laso a pedir tiempo muerto, pero la realidad era que el equipo de Pesic seguía a más de 10 puntos de su rival (63-52).

Uno parcial letal

Si remontar 11 puntos ya era difícil, un parcial de 11-0 en los primeros minutos del último cuarto ha acabado de hundir al Barça. Después de las canastas de Jeff Taylor (5) y Fabien Causeur (6), el Madrid ha conseguido su máxima ventaja sobre el Barça, 20 puntos que han dejado el partido prácticamente sentenciado.

Los de Pesic han tirado de orgullo y han contraatacado gracias a un parcial de 0-9 protagonizado por Thomas Heurel y Hanga, pero la diferencia ya era insalvable. A medida que el tiempo se acababa, los jugadores del Barça ni siquiera han competido y han tenido que asumir con resignación que perderían el partido. Finalmente, la diferencia ha sido de 20 puntos, toda una declaración de intenciones del Madrid en el primer partido de la final de la ACB (87-67).