Robert Lewandowski ya es uno de los líderes y de los pesos pesados del Barça. No ha necesitado de mucho tiempo para adaptarse a la ciudad y al vestuario, y ganarse el respeto de todos. Para empezar, de la afición, que valoró su esfuerzo para abandonar el Bayern de Múnich y aterrizar en el conjunto azulgrana, aunque perdiera mucho dinero. Algo que también fue muy elogiado por Joan Laporta y por Mateu Alemany. Como no podía ser de otra forma, también tiene el total apoyo de Xavi Hernández.
El egarense ha destacado las increíbles cualidades del polaco, y le considera la estrella del equipo. Y, por último, sus propios compañeros también se han rendido a un jugador que, pese a haber ganado prácticamente todo y tener 34 años, sigue demostrando una ambición y una profesionalidad brutales. Así que tiene plenos poderes para ejercer como un capitán, y aconsejar a los más jóvenes, y por supuesto, abroncar los futbolistas como si llevara el brazalete.
Eso fue exactamente lo que hizo cuando finalizó el partido en el Allianz Arena, que fue un varapalo tremendo. Muchos esperaban poder vengarse del equipo bávaro por el preocupante historial de derrotas que acumulan contra ellos, y la ilusión era máxima. Pero se marcharon a casa con una derrota por dos a cero, pese a que el choque fue muy igualado, y pudo decantarse a favor de cualquiera de los dos equipos. Precisamente por eso, en el Camp Nou no pueden estar tristes.
Han competido con un gigante europeo como el Bayern, e incluso fueron superiores en la primera mitad, y tuvieron ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Lewandowski era el primero que quería ganar en su regreso a Múnich, sin embargo, no se fue cabizbajo, al contrario. Animó a todos después del pitido final, halagando la actuación que hicieron, y motivando a todos, del primero al último: jugando así, perderán pocos partidos.
No es momento para desanimarse, en especial, considerando que la campaña solamente acaba de empezar, y que tienen opciones de pelear por todos los títulos. El Barça necesitaba a alguien así en la plantilla.
Lewandowski generó opiniones dispares en la grada del Bayern
Más allá de la actuación de Lewandowski, que no fue mala, aunque perdonó un par de ocasiones claras, uno de los alicientes en el partido ante el Bayern era ver el recibimiento que le darían al ex del Borussia Dortmund. Y generó opiniones dispares en la grada.
Hubo silbidos y abucheos, pero también fue aplaudido por bastante gente. Aunque no se marchara de la mejor manera posible, no se puede olvidar todo lo que hizo durante los ocho años que estuvo allí, ayudando a conquistar una gran cantidad de trofeos, y batiendo todo tipo de récords goleadores.