Han pasado dos semanas, pero lo que ocurrió en el Clásico aún colea. Y no solo durante el partido. La trifulca que provocaron los jugadores del Real Madrid pesó más que los 90 minutos anteriores.
Lamine Yamal salió del Santiago Bernabéu visiblemente molesto, cargando con la tensión de un duelo físico y lleno de interrupciones. El crack no estaba solo enfadado por decisiones arbitrales. También sintió que su rendimiento se vio limitado. Todavía arrastraba serias molestias por la pubalgia y no pudo ofrecer su mejor versión.
El viaje de regreso a Barcelona fue silencioso. Varios miembros de la expedición azulgrana notaron a Lamine pensativo, repasando mentalmente cada jugada, cada choque. A sus 18 años, demuestra una madurez competitiva notable, pero también un sentido de autocrítica intenso cuando percibe que no pudo rendir al máximo.

Lamine Yamal pone la cruz a Dani Carvajal
Pero el malestar de Yamal no se limitó al campo. Lo que ocurrió tras el pitido final agravó la situación. Algunos jugadores del Madrid, y en particular Carvajal, reaccionaron de manera que Lamine consideró desproporcionada. El motivo: unas palabras que el joven extremo pronunció días antes en una charla con Ibai Llanos, en un contexto distendido de la Kings League. Carvajal, en opinión de Yamal, excedió los límites al recriminarle públicamente. Lamine se acercó a darle la mano y el capitán madridista le respondió con gestos que indicaban que había hablado demasiado.
Desde aquel momento, la relación entre ambos jugadores está congelada. No ha habido conversaciones ni intentos de acercamiento. Lamine ha decidido ponerle la cruz a Carvajal, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Considera que la actitud del madridista no fue propia de un capitán. Yamal opina que cualquier reproche debería haberse dado en el pasillo de vestuarios, lejos de los focos y del público. Y que lo que hizo Dani fue totalmente populista.

Un serio problema para Luis de la Fuente
Han pasado dos semanas, y la situación no ha mejorado. Mantienen el respeto profesional, pero la relación está muy tocada. No hay gestos de cercanía ni muestras de confianza mutua. En la Roja, se prevé que el choque pueda afectar la convivencia si coinciden en convocatorias o entrenamientos.
El vestuario y los técnicos de la Selección Española lo saben. La prioridad es el equipo, pero la tensión entre estos dos jugadores añade un factor de presión extra que no pasa desapercibido. Por suerte para Luis de la Fuente, ninguno de los dos está disponible para los compromisos que la Roja tiene en los próximos días. Los dos cracks se han quedado fuera de la convocatoria por motivos físicos. Pero el problema le volverá. Y con el Mundial en el horizonte, tendrá que hacer mucho trabajo el seleccionador para recuperar la cohesión de los que son dos de los jugadores más importantes del equipo.