Lamine Yamal vive uno de los momentos más intensos de su joven carrera. Con apenas 18 años, el futbolista del FC Barcelona ya es una de las mayores promesas del fútbol mundial. Sin embargo, fuera del campo, su entorno lleva semanas generando preocupación. Y ahora, su poderoso representante, Jorge Mendes, ha decidido intervenir personalmente.
El agente portugués, conocido por su férreo control sobre las carreras de estrellas como Cristiano Ronaldo o João Félix, ha comenzado a vigilar de cerca la vida de Lamine Yamal fuera del Barça. No se trata solo de contratos o publicidad: Mendes quiere asegurarse de que el jugador mantenga el foco en su carrera y no repita errores que podrían costarle caro.
Jorge Mendes interviene en la vida de Lamine Yamal fuera del campo
Según reveló la periodista Nuria Casas en Culemanía, el joven extremo “tiene sus idas y venidas”. Su entorno, y especialmente su madre, estarían más pendientes de los ingresos que de su bienestar físico y mental. “La obsesión por convertir a Lamine en un cajero automático” habría hecho que “la concentración que debe tener no es suficiente”.

Durante el último parón de selecciones, Yamal habría priorizado grabar un anuncio publicitario en el campo del Club Esportiu Europa justo antes de unirse a la Selección Española. El problema es que esas actividades estaban contraindicadas por la pubalgia que arrastra desde hace meses. Aunque el técnico Luis de la Fuente confía plenamente en él, su entorno parece no entender los límites que exige la élite.
No quiere otro caso Ansu Fati
Ante esta situación, Jorge Mendes ha decidido actuar. El representante, que teme otro caso Ansu Fati, ha trazado una línea clara: menos exposición y más disciplina. Mendes sabe que Lamine puede convertirse en un futbolista histórico, pero también que un mal manejo mediático puede arruinar su proyección.
El primer gesto de autoridad no tardó en llegar. Lamine Yamal debía asistir a un evento como imagen de la marca Oppo, pero canceló su participación tan solo treinta minutos antes del acto. Aunque se filtró que la decisión venía del Barça, fue Mendes quien ordenó la ausencia. Su mensaje fue contundente: “No más distracciones, no más riesgos innecesarios.”

La decisión causó un auténtico terremoto. Cientos de niños que lo esperaban en Rocafonda quedaron sin verlo, y la marca sufrió un boicot mediático inesperado. Sin embargo, para el agente portugués era un paso necesario: un recordatorio de quién dirige realmente la carrera del joven prodigio.
Los responsables de la compañía todavía lamentan la ausencia del jugador, pero en el entorno del futbolista aseguran que el mensaje ha calado. Mendes ha puesto orden. Ha recordado que la fama sin control puede ser el mayor enemigo del talento.
Ahora queda por ver si Lamine entiende la lección. Si sigue los pasos de su mentor o cae en las trampas de la fama. El tiempo dirá si Jorge Mendes logra que la joya del Barça brille solo donde debe: en el campo.
