El fútbol de Messi tiene un efecto magnético. Es tan determinante que acondiciona todo aquello de su alrededor. Su predisposición para jugar todos los minutos de todos los partidos ejerce una fuerza que ordena y equilibra el equipo. Con el argentino en el campo, sus compañeros tienen adquiridos una serie de automatismos que ejecutan prácticamente por inercia. Unos movimientos que se desactivan cuando él no está. Jordi Alba lo sufre en primera persona.

Messi se lesionó el aductor el pasado 21 de septiembre. Desde entonces, el Barça ha jugado tres partidos y Jordi Alba se ha perdido uno por decisión técnica (Sporting de Gijón). En los otros dos (Borussia Mönchengladbach i Celta de Vigo), ha quedado patente que el efecto mariposa de la lesión de Messi pasa desde el extremo derecho al lateral izquierdo.

Neymar ya no es un socio

Con el argentino fuera de combate, Luis Enrique sacudió el equipo para cubrir y minimizar su baja. Neymar abandonó la banda para tener más incidencia en el juego, entregándole así el carril izquierdo –en ataque y defensa– a Jordi Alba. La casualidad ha querido que la baja de Messi coincida con dos equipos que explotan el contragolpe y las espaldas de la defensa como el Gladbach y el Celta.

Los planteamientos de los rivales y los del propio Barça han dejado a Alba desprotegido. El lateral blaugrana se ha visto exigido y desbordado por la cantidad de trabajo. En la Liga de Campeones, el Barça cambió el sistema para jugar con un 4-4-2. Neymar era el mediapunta por detrás de Luis Suárez y Paco Alcácer. El invento fue un fracaso. El equipo no tenía el control y sufría en todas y cada una de las transiciones. El gol de los alemanes dejó al descubierto un Alba que corrió más que nunca para lucir menos que nunca.

En Vigo, el lateral de l'Hospitalet fue el gran damnificado por el mal partido del equipo. Neymar empezó en la banda izquierda pero con total libertad para moverse por el medio del campo gallego. El brasileño no estaba obligado en tareas defensivas y eso lo sufrió, otra vez, Jordi Alba.

Lesión y recuperación

El virus FIFA ha castigado a Alba en forma de lesión muscular. Propenso a sufrir este tipo de contratiempos por la explosividad de su juego, el lateral del Barça tuvo que abandonar el partido entre España e Italia por una lesión al bíceps femoral del muslo izquierdo. La dolencia dejará a Jordi Alba 10 días fuera de combate.

Alba verá el partido contra el Deportivo de la Coruña (15 de octubre) desde el palco del Camp Nou y llegará justo para la visita del Manchester City de Pep Guardiola (19 de octubre). Pero eso ya no es problema. El aductor de Messi ya está prácticamente sanado. Cuando vuelva el argentino, el Barça recuperará identidad y orden. Dos factores decisivos para volver a ver la mejor versión de Jordi Alba.