En el Barça ya se empieza a mirar más allá de la temporada actual y tanto Joan Laporta como Hansi Flick han trazado una hoja de ruta clara para el verano de 2026. El objetivo es dar un salto de calidad definitivo al proyecto con dos fichajes estratégicos: un delantero de primer nivel y un central contrastado. El plan está consensuado entre la presidencia y el cuerpo técnico, y apunta a reforzar dos posiciones clave que el club considera imprescindibles para volver a competir con garantías por la Champions League.
El delantero, una prioridad
En la delantera, el gran favorito es Julián Álvarez, actual delantero del Atlético de Madrid. El argentino ha demostrado en los últimos años ser uno de los atacantes más completos de Europa, con capacidad tanto para jugar como referencia como para asociarse en un sistema más coral. Su movilidad, sacrificio defensivo y olfato goleador encajan a la perfección en la idea de Flick, que busca un atacante capaz de liderar el relevo generacional tras Robert Lewandowski. Desde el club se considera que Álvarez podría convertirse en el nuevo referente ofensivo del Barça durante la segunda mitad de la década.

Bastoni, el favorito para la defensa
En la zaga, la prioridad es Alessandro Bastoni, central del Inter de Milán. Su solidez defensiva, salida de balón limpia y experiencia en competiciones de élite lo convierten en el perfil ideal para acompañar a Pau Cubarsí en el eje de la defensa. Bastoni es uno de los centrales más cotizados de Europa y su incorporación supondría un golpe de efecto. Laporta y Flick coinciden en que el fichaje de un central de talla mundial es innegociable para devolver al equipo la seguridad y jerarquía que exige el máximo nivel.

El plan, sin embargo, no se limita a estos dos nombres. En los despachos del Camp Nou se contempla la posibilidad de una tercera incorporación en caso de que se produzca alguna salida importante. Si se da una venta relevante, como la de Raphinha, no se descarta una “sorpresa” en el mercado. El Barça está atento a las oportunidades que puedan surgir, consciente de que las grandes operaciones suelen abrirse en los veranos posteriores a grandes torneos internacionales.
La estrategia de Laporta y Flick es clara: pocas incorporaciones, pero de primerísimo nivel. El club quiere evitar apuestas de riesgo y centrarse en jugadores con rendimiento inmediato y probada experiencia en la élite. Todo ello, por supuesto, condicionado a la estabilidad económica y al margen salarial, aspectos en los que la directiva trabaja intensamente para llegar al verano de 2026 en disposición de competir con los grandes del mercado.
Con Julián Álvarez, Bastoni y una posible sorpresa en el horizonte, el Barça prepara un plan ambicioso que busca consolidar un equipo campeón y proyectar ilusión en los aficionados.