Con solo 22 años, Iris Tió ha dejado una huella profunda en la natación artística catalana y mundial. La joven barcelonesa, que creció admirando leyendas como Gemma Mengual, Ona Carbonell y Andrea Fuentes —que ahora es su entrenadora—, ha superado todas las expectativas. En Singapur, Iris cautivó a todo el mundo con tres medallas de oro: en solo libre, en dúo femenino con Lilou Lluís y en dúo mixto con el catalán Dennis González. Además, ha sumado tres bronces. Este palmarés le ha valido el título de mejor nadadora del Mundial, un galardón otorgado por los World Aquatics. Pero, más allá de los números, Iris emociona con su manera única de nadar y crear arte dentro del agua. Su camino solo acaba de empezar, pero ya ha abierto una nueva puerta para la natación artística catalana. Ahora, la barcelonesa atiende a ElNacional.cat para hablar sobre todo lo que le ha sucedido.
¿Antes de entrar en materia, cómo estás? ¿Has podido digerir en estos días de descanso todo lo que pasó en Singapur?
No mucho, la verdad. Desde que llegamos no hemos parado. Hemos tenido una acogida espectacular en los medios, pero estamos muy agradecidos porque no acostumbramos a tener tanta repercusión. Por lo tanto, estamos muy contentos. En lugar de irme de vacaciones, he dedicado estas dos semanas a atender a los medios y a dar a conocer la sincronizada y lo que hacemos.
Hemos hecho historia, cosas que nunca se habían hecho.
¿Te ha sorprendido la repercusión que ha tenido?
Un poco, sí. Nunca me había pasado tener que atender a tantos medios ni ver que todo el mundo se diera cuenta de lo que estábamos haciendo. Pero también es cierto que los resultados han sido muy impresionantes. Realmente hemos hecho historia, cosas que nunca se habían hecho, y entiendo que eso haya generado tanta repercusión.
¿Desde Singapur te diste cuenta de todo el impacto que estaba teniendo lo que hacíais?
A medias. Sí que es cierto que el móvil sacaba humo, recibía muchos mensajes que ni tenía tiempo de contestar. Mientras estábamos compitiendo, nosotras estábamos muy concentradas en el Mundial. Con respecto a las redes sociales, es casi imposible no darse cuenta de ello porque recibías mil mensajes y veías vídeos y fotos colgadas. Mi abuela, por ejemplo, me enviaba cada día un mensaje: "Iris, has salido en la tele", "Iris, te he comprado el diario porque has salido en el diario", y me los ha guardado todos. Ahora me los ha dado, y realmente es una buena pila.

¿Con qué expectativas previas ibas al Mundial de Singapur?
Yo iba a por todas. Conseguir las seis medallas era un sueño. Estoy muy contenta con que lo hemos conseguido y hacer historia de esta manera no me lo habría imaginado. Quizás una medalla de oro sí, con el dúo mixto, que es con el que íbamos más fuertes durante toda la temporada, pero con el solo libre y con el dúo con Lilou tampoco lo pensaba. Fue una alegría inmensa. Es toda la recompensa de muchos años de esfuerzo, de trabajo y, sobre todo, este último año con estas coreografías nuevas.
¿Hablando de este dúo mixto, cuál es la clave para entenderte tan bien con Dennis González en el agua?
Surgió naturalmente, nos entendíamos muy bien y fue fácil montar este dúo. Nos gusta mucho la música y la coreografía. La montamos nosotros con la ayuda de Andrea, era una música que ella hacía mucho tiempo que quería hacer y salió sola. Los dos venimos del mismo club, el Club Natación Kallipolis. Fue un proceso muy bonito.

¿Hubo alguna rutina con la cual disfrutaras más durante el Mundial?
Son diferentes, es muy diferente competir en equipo, en solo o en dúo, pero tengo muy buen recuerdo de la competición con los solos en general, porque con el técnico, donde hice bronce, también me gustó mucho, y después con el libre también. Fue genial porque me notaba preparada para competir. Veía que podía defender mis virtudes, que son la impresión artística y la puesta en escena. Me noté con mucha fuerza para hacerlo. Es verdad que a veces en la competición estás muy nerviosa o te cuesta disfrutar el momento. Pero tenía ganas de competir, de dar mi máximo, independientemente del resultado. Eso creo que fue la clave del éxito.
¿Fue esta medalla de oro en el solo libre la que te emocionó más?
Todas me emocionaron mucho, pero sí que fue la primera de oro y totalmente inesperada. Nunca había ganado una medalla en solo y no había pasado nunca en la historia de la sincro española. Yo veía a Ona Carbonell o a Gemma Mengual, que eran mis referentes, y no lo habían conseguido nunca. El hecho de superar eso es increíble y un sueño hecho realidad. Sí que hacía tiempo que pensaba que quería ser campeona del mundo en solo algún día, pero no me esperaba que fuera ya en el Mundial de Singapur.
Quería demostrar que por alguna cosa soy campeona del mundo.
¿Cómo gestionabas el hecho de ganar, por ejemplo, este oro histórico en solo y que aquella misma tarde tenías que volver a competir? ¿Tenías tiempo para celebrar y para asimilar lo que estaba pasando?
Estoy muy acostumbrada a competir en casi todas las modalidades. Ya estoy habituada a hacer estos cambios de chip tan bruscos, pero sí que salí a celebrarlo con mis padres en un momento que me vinieron a dar un abrazo. Normalmente, acabamos de competir y vamos directamente al hotel a comer y a descansar para después volver a la piscina con el equipo por la tarde. En este caso, con las entrenadoras fuimos a ver a mis padres un momento, nos dimos abrazos, fotografías y fue una mini celebración que también es importante. Después, en el hotel, intenté descansar. Te tengo que decir que no podía parar de sonreír y, de hecho, no paré de pensar durante todo el día. Estaba muy contenta, pero intenté transmitir esta parte positiva al equipo, la alegría y la emoción. Quería demostrar que por alguna cosa soy campeona del mundo y que el conjunto es muy importante para mí.

Psicológicamente, cuando estás a punto de saltar al agua en una final mundial, ¿cómo lo vives? ¿Piensas poco, lo disfrutas, te sientes muy presionada...?
Depende un poco, cada campeonato ha sido diferente. Tenemos a Glòria Balagué, que nos ha ayudado psicológicamente este año, y a mí me ha ido muy bien. En otras competiciones, dependiendo del cansancio o de los nervios, o de si no te sientes tan preparada, o si no has podido entrenar muy bien alguna coreografía… Obviamente tienes miedos y nervios. En este Mundial me sentía muy preparada. Notaba que tenía ganas de competir. A veces pasa que tienes más miedos; en cambio, cuando tienes ganas es cuando sale mejor, porque toda la intención es buena. Tuve mucha suerte porque estaba muy motivada.
En los dos campeonatos de antes, en el Europeo y en la Superfinal de China, sí que me saturé un poco y, antes de competir, me costó mucho. Notaba que no podía hacerlo porque me dolían mucho los músculos por la sobrecarga de entrenar mucho, ya que la temporada había sido muy dura. Entonces hablé con Andrea Fuentes (la entrenadora) y le dije: “Necesito parar un poco para coger fuerzas para este Mundial”. Ella confió en mí y me dejó una semana entera de vacaciones dos semanas antes de ir al Mundial, algo que no suele hacerse y que, para una entrenadora, da miedo parar una semana entera antes de un Mundial. Pero confió en mí y realmente era lo que necesitaba. Me fue muy bien para recargar pilas. También pensé en cómo podía subir la dificultad de los solos de cara al Mundial para poder estar más arriba en la escala y luchar más por las medallas.

La gente ve los podios, ve las medallas, ve los éxitos, pero no ve las horas de entrenamiento, el cansancio... ¿Cómo es el día a día para llegar a un Mundial? ¿Qué entrenamiento hay detrás?
Nosotros entrenamos de media ocho horas al día. Antes hacíamos cuatro horas por la mañana y cuatro horas por la tarde, pero este año lo hemos intensificado todo por la mañana para poder tener las tardes libres. Empezamos a las siete y media de la mañana y entrenamos hasta las tres de la tarde, aproximadamente. Tres días a la semana hacemos pesas o CrossFit para muscular y tener una buena base de fuerza. También hacemos ejercicios fuera del agua de flexibilidad, de extensión y verticales. Además, los "flyers", las saltadoras o acróbatas, trabajan con Víctor Cano, entrenador de acrobacias: hacen cama elástica, acrobacias y se preparan para poder trasladarlo al agua.
Dentro del agua hacemos natación y técnica individual. Dependiendo de la época del año, creamos las coreografías, buscamos música, las probamos en el agua y ensayamos movimientos. También hay una parte muy importante, físicamente, de repetir la coreografía: nos tenemos que sincronizar ocho nadadoras, en el caso del equipo, y al final todas tenemos cuerpos y maneras de hacer diferentes. Eso requiere mucha implicación y mucho trabajo.
El Andrea Fuentes me ha recordado que realmente soy buena y que puedo conseguir cosas.
¿Cómo ha influido Andrea Fuentes en el éxito de este Mundial?
Me ha hecho ganar confianza. Ha sabido explotar nuestras virtudes y yo me he sentido muy a gusto. Siempre me he sentido acompañada y nunca juzgada. A veces, un entrenador tiene una personalidad muy marcada y, si no encajas, es complicado. Ella, en cambio, siempre se ha intentado adaptar a cada uno de nosotros, y eso me ha hecho sentir muy cómoda. Creo que es muy importante poder expresar cómo te sientes, y ella me ha dado sobre todo confianza y motivación.
Me ha recordado que realmente soy buena y que puedo conseguir cosas. Me dijo: "No hay nadie en el mundo que se mueva como tú", refiriéndose a la manera de bailar dentro del agua. Eso es una cualidad que también tenían mucho Gemma Mengual o Virginie Dedieu, dos figuras muy importantes de la sincro y grandes referentes para mí. Que Andrea me lo llame me da un auténtico chute de confianza y de motivación.

¿Desde fuera, te da vértigo que se te compare con leyendas como Gemma Mengual, Andrea Fuentes o Ona Carbonell?
Personalmente, siempre que me lo han dicho me ha gustado mucho y me ha dado confianza. Yo también me pongo esta presión, porque quiero ser la mejor. Intento no pensar mucho en sentido negativo y me centro en entrenar cada día. Si sigo mi camino, todo irá bien. No hace falta que las supere mañana. Poco a poco, todavía tengo tiempo, y veo que tengo mucho para mejorar. Para mí eso es una motivación. Tampoco quiero que me comparen, porque no es bueno comparar; cada una es diferente. Tengo ganas de hacer mi propio camino y de aprender de todas ellas.
¿Qué retos te marcas a partir de ahora? Supongo que ahora descansarás, desconectarás, sin embargo, a partir de ahora, ¿qué sueños te quedan por cumplir?
Tenemos el Europeo el verano que viene y, además, a largo plazo, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Cada año tenemos Europeo o Mundial, que es importante. Sobre todo, hace falta seguir aprendiendo y mejorando. Ojalá gane algún día una medalla de oro olímpica; eso sería un sueño máximo. Y también seguir ganando medallas de oro en los Mundiales y los Europeos. Eso son resultados. Pero hay una cosa muy bonita que me gustaría mucho: dejar huella en la sincro, que lleguen mis coreografías, mi manera de nadar, que la gente se emocione en verme. Eso es muy importante. Al final, puedes tener muchas medallas, pero si haces llegar las coreografías con sentimiento a la gente, eso es lo más importante y la gente te recordará toda la vida.