No es ningún secreto que Marc Márquez y Pecco Bagnaia nunca han llegado a ser amigos. Desde que comparten escudería han sido más rivales que compañeros. Aun así, habían logrado mantener la cordialidad en privado y simular unión en público. Algo que ha cambiado en los últimos días. Han dejado de aparentar ser amigos. En el seno del equipo Ducati Lenovo, la tensión ha dejado de ser sutil y comienza a hacerse visible. Las diferencias técnicas y personales han abierto una grieta difícil de disimular.
La temporada actual está influyendo mucho en esta relación. Márquez lidera el campeonato con solvencia, mientras que Bagnaia se encuentra a 93 puntos del catalán. Este desequilibrio ha puesto el foco en el rendimiento de sus motos, pero también en las discrepancias constantes entre los dos campeones.
Márquez y Pecco Bagnaia no se ponen de acuerdo con la Desmosedici
Uno de los puntos de colisión está en la configuración de la Desmosedici. Durante el reciente GP de Aragón, Márquez declaró que corrió con la misma moto que su hermano Álex, la GP24, relegando las nuevas mejoras a un segundo plano. Su razonamiento fue claro: “Todavía hay que afinar esas novedades”.

En cambio, Bagnaia apuesta sin reservas por la nueva evolución. En los tests posteriores, se mostró entusiasmado con el nuevo carenado aerodinámico desarrollado por Ducati. “Ha sido el mejor test del año”, afirmó. Esta actualización busca hacer la moto más ligera y manejable, cualidades que el italiano valora mucho. Pero Marc no comparte ese optimismo: sus tiempos no mejoraron y prefirió mantener la cautela, pidiendo más pruebas en distintos circuitos antes de sacar conclusiones.
Eso no es todo. También han chocado en cuanto a los discos de freno. Bagnaia ha sido el único en apostar por los de 355 mm, asegurando que le devolvieron sensaciones positivas y que gracias a ellos pudo volver al podio. Sin embargo, Márquez no notó diferencia alguna y sigue prefiriendo la versión estándar.

Bagnaia tiene prisa, Márquez no
Llegados a este punto, se produce el dilema en Ducati. Ambos pilotos deben coincidir en la validación del nuevo motor, un requisito clave para avanzar en el desarrollo de la moto de 2025. Y mientras Marc, en lo alto de la clasificación, no tiene prisa por que lleguen las mejoras, Bagnaia cree que una evolución de la moto puede ser la solución a sus problemas. La coexistencia técnica se complica peligrosamente.
Además, los egos están sobre la mesa. Márquez, con su talento innato para adaptarse a cualquier máquina, quiere una moto estable, pero predecible. Bagnaia, más meticuloso y analítico, busca perfección y evolución constante. Dos formas de pilotar y dos visiones de desarrollo que han desatado guerra silenciosa que cada vez hace más ruido.