El FC Barcelona va muy en serio a por Álex Grimaldo, y en el club ya se ha puesto fecha para lanzar la ofensiva final por su fichaje. La dirección deportiva, encabezada por Deco, considera que el lateral izquierdo del Bayer Leverkusen es una oportunidad de mercado única y encajaría perfectamente en la plantilla que quiere construir Hansi Flick.
El principal argumento a favor del fichaje es su cláusula de rescisión, que lo dejaría salir por solo 15 millones de euros, una cifra muy asumible para el Barça teniendo en cuenta su rendimiento en Alemania.

Competencia directa para Balde
La posible salida de Gerard Martín, que no entra en los planes de Flick y cuyo futuro se decidirá en las próximas semanas, abre la puerta a incorporar a un lateral con experiencia y garantías. En el Barça consideran que Balde necesita una competencia real y que Grimaldo es el perfil ideal: formado en La Masia, conoce el entorno del club, tiene proyección ofensiva y un nivel técnico altísimo.
Además, Flick ha dado el visto bueno a la operación. Aunque confía plenamente en Balde, cree que en una temporada larga y exigente como la que se avecina, con Champions League, Liga, Copa y Supercopa, es fundamental tener dos jugadores de nivel por puesto. Grimaldo, por su versatilidad y experiencia en competiciones europeas, sería una pieza valiosa.
Fecha marcada en el calendario
En los despachos del Camp Nou ya se ha definido cuándo se ejecutaría el movimiento: en el mes de julio, justo una vez cerrado el ejercicio económico 2024-2025. Esta maniobra permitiría incluir el coste del traspaso en la nueva temporada fiscal y así tener mayor margen de maniobra dentro del fair play financiero.
El Barça confía, además, en que Grimaldo esperará. El futbolista, que ya ha sido contactado de forma informal, ve con buenos ojos un posible regreso al club que lo formó y no se precipitará en su decisión. Tiene propuestas importantes sobre la mesa, pero el interés del Barça le seduce a nivel personal y profesional.

Una operación estratégica
El fichaje de Grimaldo por 15 millones se percibe internamente como una de las grandes operaciones estratégicas del verano. Pocos jugadores con su rendimiento y experiencia están disponibles por ese precio. Joan Laporta lo sabe y está decidido a cerrar la operación tan pronto como sea posible, siempre y cuando el contexto económico lo permita.
El movimiento, además, refuerza el discurso del club: hacer fichajes inteligentes y sostenibles, apostando por jugadores formados en casa y con rendimiento contrastado. Grimaldo lo tiene todo para encajar. Y el Barça, esta vez, va en serio.