En un mercado dominado por los millones y las decisiones rápidas, Fermín López ha optado por el camino menos habitual: decir no a tres propuestas que habrían multiplicado por dos su sueldo actual en el FC Barcelona. Lo ha hecho en silencio, sin alardes, pero con una convicción que ha sorprendido incluso dentro del club.
Mientras los focos se reparten entre los fichajes y las salidas obligadas por el fair play financiero, el joven andaluz se ha convertido en uno de los nombres que más interés despierta en Europa. No es casualidad: su rendimiento cada vez que ha pisado el césped ha sido indiscutible, aún sin ser un habitual del once titular.
Fermín López resiste a las tentaciones
Este curso, tanto el Chelsea como el Bayern de Múnich lo colocaron en su lista de objetivos. Sus informes hablaban de un jugador versátil, con margen de mejora y perfil competitivo. En ambos casos, las propuestas incluían un salario neto que duplicaba lo que percibe actualmente en el Barça. Concretamente, seis millones de euros por temporada. Y, sin embargo, Fermín no necesitó mucho tiempo para tomar una decisión: seguir en el Barça.
Pero aún habría habido una tercera oferta. Más allá de Europa, la irrupción del Al-Ahli fue aún más rotunda. El club saudí, dispuesto a todo por hacerse con jóvenes talentos europeos, trasladó al Barça una oferta de traspaso que superaría los 75 millones de euros, más un contrato a largo plazo con cifras fuera del alcance del fútbol europeo tradicional. Para cualquier jugador de 21 años, el vértigo habría sido comprensible. Pero Fermín, lejos de dejarse deslumbrar, optó por permanecer fiel a su plan original.
No se mueve del Barça
Sabe que no tiene la titularidad asegurada. Con la recuperación de Gavi, la consolidación de Pedri y las apariciones intermitentes pero estelares de Dani Olmo, el camino será cuesta arriba. A eso se suma la irrupción de Toni Fernández, una nueva perla de La Masia que ya entrena con el primer equipo. Pero en lugar de buscar excusas, Fermín ha hablado con Hansi Flick y se ha comprometido a pelear cada minuto. Nadie duda de que lo hará.
En el vestuario ya es respetado por su ética de trabajo. El cuerpo técnico destaca su mentalidad profesional, y en la directiva hay consenso: no se vende. Incluso se baraja mejorar su contrato actual para reconocer su rendimiento y su lealtad en un momento clave.