Podría haber sido mucho peor. Este es el balance generalizado que se está haciendo del incidente que este sábado tuvo lugar en el Municipal de Ipurúa mientras se disputaba el partido entre el Éibar y el Sevilla correspondiente a la séptima jornada de Liga.

Cuando Banega anotó el 0-2 del equipo andaluz, un pequeño grupo de seguidores del conjunto visitante se precipitaron al terreno de juego después de que la valla de su grada cediera mientras celebraban el gol.

En total, catorce personas resultaron heridas y diez de ellas fueron trasladadas al Hospital de Mendaro, según ha informado el Sevilla. Por suerte, lo que podría haber sido un incidente mucho más grave se saldó con lesiones de poca gravedad. La más importante, una fisura en el hueso escafoideo de la mano de un aficionado sevillano. 

Aun así, una representación del consejo de administración del Sevilla, encabezada por el presidente José Castro y el director de fútbol Joaquín Caparrós, se desplazaron hasta el hospital para interesarse por los heridos.

También varios jugadores del conjunto andaluz como Jesús Navas o Sergio Escudero, así como los entrenadores de ambos equipos, Pablo Machín y José Luis Mendilibar, desearon una pronta recuperación a los afectados. El Éibar se sumó a las muestras de apoyo con un comunicado donde deseaba "que todo quedara en una anécdota".

El partido, que finalmente acabó 1-3, estuvo suspendido durante seis minutos por la caída de la valla.