Jack Grealish ha sido el gran protagonista de la celebración del triplete del Manchester City. El conjunto de Pep Guardiola, ya legendario, cerró el círculo en Estambul, tras derrotar al Inter de Milán en la final de la Champions League. Con la temporada finiquitada y un histórico triplete bajo el brazo, la locura se desató en el vestuario del Manchester City, que llevaba ya muchos años persiguiendo el sueño de alzar su primer trofeo orejudo.

Y ya desde un primer momento se vio que el gran animador de la fiesta iba a ser Jack Grealish, que no tardó en emborracharse y en festejar los títulos por todo lo alto, cantando, saltando, abrazándose a sus compañeros... y todo grabado con su móvil. Con el paso de las horas, claro está, el estado de embriaguez fue aumentado, hasta trascender imágenes de Grealish bebiendo a dos manos, a lo que se añadió un viaje de ida y vuelta a Ibiza, para seguir la fiesta, hasta mostrarse unas ímágenes de compañeros del jugador pidiendo una silla de ruedas para mover a un Grealish al límite.

Grealish, protagonista de la celebración del City

La fiesta siguió, ya en Manchester, una rúa pasada por agua, pues llovió sin descanso, y bañada en el alcohol, ya que Jack Grealish siguió bebiendo y dejando vídeos y fotografías que no tardaron en viralizarse en las redes sociales. El gran problema es ver si los excesos de Grealish son fruto de la celebración, un momento puntual, o si son la punta del iceberg de un problema con la bebida. En el 2009, sin ir más lejos, se hizo histórica la imagen de Leo Messi borracho en la celebración del triplete del Barça, con la barretina en la cabeza, diciendo en el Camp Nou una de sus históricas frases: "Querían las tres, acá tienen las tres".

Lo de Messi fue puntual, una celebración a lo grande de un grupo de jóvenes que se acaban de quitar un enorme peso de encima. El problema es que con Grealish ya llueve sobre mojado y su caso recuerda demasiado al de Paul Gascoigne, un jugador genial que terminó mal por culpa de los excesos, como él mismo ha reconocido.

Una lista infinita de juergas

Hijo de Birmingham y canterano de su querido Aston Villa, una de las primeras imágenes virales de Jack Grealish se vivió en el 2015, cuando se vio un Grealish durmiendo en el suelo, en las calles de Tenerife, en un estado de embriaguez notable y junto a un paquete de tabaco. Poco después, trascendió otro vídeo polémico, en el que Grealish inhalaba óxido de nitrógeno, el llamado gas de la risa. Mientras su leyenda como gran estrella del Aston Villa crecía, también lo hacían las multas por actos de indisciplina, lo que no evitó que el Manchester pagara 100 millones de euros por él.

Y siendo ya jugador del City, Grealish ha seguido con su habitual manera de desinhibirse, lo que le convierte en un habitual en los medios sensacionalistas británicos. Recientemente, en una entrevista en el Mail Sport, Grealish afirmó que uno de sus mejores amigos en el vestuario, Erling Haaland, está intentando, sin éxito, cambiar sus hábitos. "Me dice, 'oye, no salgas esta noche de fiesta' y le digo que se calle y se vaya a tomar su baño de hielo. Él se va a casa y se sienta con su familia y pide comida para llevar. A veces esa es mi elección, pero a veces me gusta salir y soltarme el pelo. No me voy a sentar aquí, mentir y decir que no salgo. Me encanta relajarme en un bar".