El 22 de diciembre del 2009 fue un día histórico. Johan Cruyff se estrenaba como seleccionador de Catalunya en el Camp Nou, en un partido contra la Argentina que dirigía Diego Armando Maradona. Dos de los mejores jugadores de todos los tiempos, y con pasado blaugrana, cara a cara. Y Cruyff ganó, por 4-2, con un espectacular fútbol que dio la vuelta al mundo.

Maradona, sancionado por la FIFA

El partido, pese a ser amistoso, llegó cargado de alicientes. En primer lugar, por ver a Johan Cruyff de nuevo en un banquillo. Y en segundo, para ver a una Argentina aliviada que poco antes había estado a punto de quedarse fuera del mundial de Sudáfrica. De hecho, Maradona tuvo que seguir el partido desde la grada del Camp Nou, al estar sancionado por la FIFA por unas recordadas palabras. "Tengo memoria. Al que no creía, a los que no creyeron, con perdón de las damas, que la chupen y que la sigan chupando. Yo soy blanco o negro, gris no voy a ser en mi vida". 

Curiosamente, aquella noche el entrenador albiceleste fue Héctor Enrique, el 'asistente' del gol del siglo de Maradona en el Mundial 86.

Maradona EFE

Maradona, en su etapa como seleccionador de Argentina / EFE

Catalunya le saca los colores a Argentina

Con un fútbol vistoso y ofensivo, la Catalunya de Cruyff le sacó los colores a la Argentina de Maradona, que pese a no poder disponer de Messi, recién llegado del mundial de clubes con el que el Barça de Guardiola completó el sextete, jugó con estrellas como Gago, Pastore, Higuaín, Di Maria o Lavezzi. Cruyff, por su parte, apostó por el siguiente once: Valdés, Bruno, Puyol, Capdevila, Oleguer; Xavi, Piqué, Busquets; Bojan, Verdú y Sergio García.

Desde un primer momento, Catalunya fue superior a una Argentina que solo generaba peligro en zarpazos aislados.

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Puyol, luchando una pelota con Lavezzi, en el histórico Catalunya-Argentina del 2009 / EFE

Poco antes del descanso, Sergio García abrió la lata, y al inicio del segundo tiempo Bojan hizo el segundo. Pastore recortó las distancias, pero poco después Sergio González, de  penalti, volvió a poner a Argentina contra las cuerdas. Di Maria metió de nuevo a la albiceleste en el duelo tras un error de Sergio García, y cuando más apretaba Argentina para lograr el empate, Hurtado sentenció definitivamente un partido para la historia, el día que Cruyff y Maradona se vieron las caras, aunque fuera desde el banquillo.