El Barça, y el barcelonismo, necesitaba una tarde tranquila de domingo, como las de antes. Una buena sesión de comedia romántica en el sofá, de manta y cabezadita, sin sobresaltos, sin un gran guion, tras acumular películas de terror y thrillers psicológicos que prometían enloquecer hasta al más tranquilo de los culés.

Y es que el Barça llegaba al partido contra Osasuna tras el fiasco del Wanda, con solo 11 puntos de 24 posibles, con Ansu Fati, Piqué y Sergi Roberto lesionados de gravedad, con una crisis institucional y económica galopante y con todo el lío Messi-Griezmann en fase expansiva, hasta provocar el enfado del argentino y la disculpa pública del francés.

Como es obvio, como las pulgas suelen ir al perro flaco, el barcelonismo ha tenido su susto semanal, y en esta ocasión ha sido Lenglet, que ha tenido que irse a los vestuarios tras torcerse el tobillo, lo que podría ampliar todavía más la crisis de los centrales. Y es que al final Koeman deberá volverse a vestir de corto.

Messi Barça Osasuna EFE

Messi ha completado un gran partido contra Osasuna, redondeado con una dedicatoria a Maradona que ya forma parte de la historia / EFE

Pedri, Braithwaite y la pizarra de Koeman 

Tras el aperitivo del martes, cuando un Barça de serie B ganó sin problemas al Dinamo de Kiev, faltaba la confirmación en la Liga, la competición que se le está atragantando a los blaugrana en estos primeros meses de competición. El rival, Osasuna, parecía el ideal para calmar las aguas, aunque viendo el surrealista inicio de temporada de Barça y de Madrid, ya nada se puede dar por seguro.

En esta ocasión, sin embargo, todo ha vuelto a la normalidad. Koeman ha apostado por su once más titular, con las novedades de Pedri en el doble pivote y de Braithwaite en la punta del ataque, para fijar a la línea de 3 centrales de Arrasate y abrir el tarro de las esencias del tridente de mediapuntas, Messi, Griezmann y Coutinho. El invento de Pedri le ha salido regular, pues el canario, con muchos minutos acumulados en las piernas, ha sufrido en las transiciones de los rojillos. Koeman se ha dado cuenta y lo ha cambiado en el descanso por Busquets, otro retorno convertido en gran noticia. La prueba de Braithwaite, en cambio, ha sido todo un acierto.

Tarde de grandes reivindicaciones

Con tantos jugadores del Barça en el tubo en de ensayo y en el punto de mira, la sesión de reivindicaciones ha sido generosa. Una película de reparto considerable. El primero, Braithwaite, que a su buen partido sin balón ha añadido otro gol de ariete puro, al abrir la lata con la rodilla tras una jugada rocambolesca dentro del área.

El segundo, Griezmann, el hombre de las dudas eternas, que tras su entrevista con Valdano y su gol de Kiev, ha marcado el segundo con un volea espectacular y una conexión creciente con Messi. El bailecito posterior, sin embargo, ya sería más discutible.

Lenglet Barça Osasuna EFE

La lesión de Lenglet, una lágrima en una tarde llena de sonrisas / EFE

Luego ha llegado el turno de Coutinho, recién vuelto de su lesión y que sigue, paso a paso, va reencontrándose con la versión que le trajo hasta el Camp Nou. El brasileño lo ha intentado varias veces desde fuera del área, y al final ha marcado el 3-0 tras un regalo de Griezmann.

Y el cuarto ha sido, como no, Leo Messi, últimamente cuestionado por marcar solo goles de penalti. El argentino, con la camiseta que lució Maradona con su querido Newell's debajo de la zamarra blaugrana, quería marcar, como fuera, y tras un intento fallido de mano de Dios en el gol de Braithwaite, se ha desquitado con el cuarto, un golazo espectacular al alcance de pocos, entre ellos Messi y Maradona. Homenaje precioso que ya forma parte de la historia. Y Pelé, a dos goles.

Y la tarde de reivindicaciones no ha terminado aquí. Dembélé, por ejemplo, ha marcado un buen gol que ha sido anulado por un fuera de juego televisivo. Mingueza, en su segunda titular seguida, ha vuelto a cumplir con nota, y eso que a medio partido se ha quedado sin Lenglet. Y Ter Stegen, tras su fallo en el Wanda, se ha desquitado con un par de grandes paradas, para dejar la portería a cero en la Liga por primera vez desde su retorno.

A falta de ver el parte de guerra de Lenglet, el barcelonismo puede dar por muy buena la tarde del último domingo de noviembre. Y es que en tiempos de sobresaltos, de derrotas inexplicables, lesiones y vergüenzas institucionales, hacía falta una celebración del 121º aniversario del club con un retorno a la normalidad. De más sonrisas que lágrimas, de goleadas, bonitas dianas y homenajes a los dioses. Y es que para esto de inventó el deporte más maravilloso del mundo.

 

Imagen principal: Braithwaite, Griezmann y Coutinho, los tres blaugrana que más y mejor se han revindicado contra Osasuna / EFE