El futuro de Julián Álvarez empieza a moverse con fuerza y todas las miradas apuntan al FC Barcelona. El delantero argentino, que actualmente milita en el Atlético de Madrid, está cada vez más cerca de tomar una decisión trascendental para su carrera. Su entorno considera que lo mejor es cambiar de aires en verano y recalar en el club azulgrana, incluso antes de que arranque el Mundial de 2026 en Estados Unidos.
El consejo de su entorno
Personas muy cercanas a Julián le han recomendado dar el paso cuanto antes. La idea es clara: llegar al Mundial con la cabeza liberada, sin incertidumbres de mercado y con un rol protagonista en un equipo donde pueda mostrar todo su talento. En el Barça tendría esa oportunidad, mientras que en el Atlético las dudas siguen creciendo.
El propio jugador es consciente de que su elección de ir al conjunto rojiblanco no ha resultado tan positiva como esperaba. La propuesta de Diego Simeone tiene virtudes defensivas incuestionables, pero al delantero argentino le falta lo que más necesita: balones de peligro en el área rival. Su capacidad goleadora está infrautilizada en un sistema que prioriza la solidez antes que la creatividad ofensiva.
Un error de elección
En el entorno del futbolista no dudan en señalar que se equivocó eligiendo el Atlético. Con el paso de los meses, Julián ha visto cómo su rol no termina de encajar y cómo sus cifras goleadoras se resienten. En cambio, en el Barça el escenario sería completamente diferente: un equipo ofensivo, con posesión constante y donde los delanteros reciben múltiples oportunidades por partido.
Además, Laporta y Deco ya le tienen en su lista de favoritos para sustituir a Robert Lewandowski a partir de 2026, cuando el polaco de un paso al costado y libere una gran ficha en la plantilla.
El Mundial como punto de inflexión
El calendario aprieta. El Mundial 2026 será una vitrina gigantesca y Julián sabe que necesita llegar a la cita con la mejor versión posible. Un cambio de club en verano no solo aliviaría la presión, sino que también le permitiría mostrarse en un entorno mucho más favorable para su estilo de juego.
En la Ciudad Condal esperan atentos. Saben que la operación no será sencilla porque el Atlético no quiere desprenderse de una de sus figuras, pero la insistencia del jugador podría ser determinante. Su deseo de estar en un proyecto más ofensivo y con mayor proyección internacional pesa cada vez más.
El mensaje que le lanzan a Julián Álvarez es directo: el momento de dar el salto al Barça es ahora, antes del Mundial. En el Camp Nou lo recibirían con los brazos abiertos y con la promesa de un rol protagonista que en el Atlético, de momento, parece imposible.