Ha entrado Rossi en el Levante y todo el mundo que sabía algo de fútbol se ha acordado: El Atlético de Madrid no gana en el Ciutat de València desde 2007 y Rossi es el que suele dar la puntilla. Así ha sido. Todo sigue igual. Con el detalle de que el gol de Rossi despide de la Liga a los de Simeone, que hoy no estaban porque estuvieron (y de qué manera) en Múnich. No estaban en València, estaban en Turín.

Esta derrota trae otro castigo menor: Simeone no supera la mejor racha de triunfos ligueros a domicilio de la historia rojiblanca. Hace dos temporadas, él mismo igualó la mejor serie (trece victorias) de la 95-96. Esas dos temporadas, el Atlético se llevó la Liga a sus vitrinas. Esta vez no.

El partido estaba raro desde el arranque. El Atlético se ha encontrado un gol en el minuto 2 (ni Torres lo podía fallar y lo ha marcado muy bien) y se ha puesto a hacer de Atlético inmediatamente.

El Levante, sin embargo, aliviado y sin presión (ya es de segunda) ha dejado de temblar en un par de minutos. Los que han tardado Lerma, Verdú y Verza en tratar bien la bola y los de delante a abrirles espacios por banda. Poco a poco han acogotado a los colchoneros contra su área, pim-pam, pim-pam, percutiendo sobre todo por la derecha de Filipe Luís y Saúl.

Cuero y Casadesús afinaban la puntería y la potencia de sus disparos desde fuera del área. Los colchoneros parecían no tener mucho interés. Quizá no creían que pudiese doblarlos un equipo de segunda en el que acaban contrato ocho jugadores, tres de ellos titulares. Esta temporada, a los colchoneros sólo les han ganado fuera cinco equipos: Villarreal, Málaga, Barcelona y Sporting. Uno le empató en el descuento, el Dépor. Han reaccionado con algunos contraataques sin final de Fernando Torres. Al Niño se le ve muy bien y ha enseñado los dientes gracias a las asistencias de Coque, su mejor socio. Para nada.

La posesión era del Levante y el juego también. En el 30' ha pasado lo que todos veían excepto los jugadores del Atlético: una muy buena combinación de Cuero y Casadesús por la derecha ha acabado con la bola dentro de la portería de Oblak, muy mal ayudado por su defensa. Ni así se ha sacado de encima la galbana el Atlético, que quería pero no podía, porque no tenía la bola y cuando la tenía no conectaban bien Coque ni Gabi ni Saúl, que no filtraban a sus delanteros ni mantenían la pelota en el centro del campo.

En el segundo tiempo se ha visto a Simeone asustado. Mandó entrar a Griezmann y Carrasco por Correa y Augusto. Pólvora nueva. El partido se ha volteado: el Levante se defendía juntando las líneas y el Atlético tenía que hacer un juego que no sabe hacer: atacar a un equipo que le deja el espacio y la pelota. Sólo las ha tenido cuando ha jugado como quiere: Griezmann un par de veces... de contraataque.

Las piernas de los colchoneros, muy castigadas en Múnich, han durado quince minutos. Las ideas, menos. Gabi, fundido, ha dejado paso a Thomas, que es de poco organizar y Saúl ha tomado el mando. Nada. El Levante ha recuperado la pelota y el juego. El Atlético no podía hacer nada más que verlo de lejos. Sólo con voluntad no se gana. La liga es ahora cosa de dos.

 

Los goles

0-1 Torres

 

1-1 Casadesús

2-1 Rossi