Zurdo cerrado, con buena salida de pelota y gran capacidad de liderazgo. Así se podría describir al nuevo defensa central del Barça Samuel Umtiti. Nacido en Camerún (Yaoundé) en 1993, su familia emigró hacia Francia cuando sólo tenía tres años. A los ocho ya ingresó en la academia del Olympique de Lyon. Allí quemó etapas al mismo tiempo que cambiaba de posición. 'Big Sam', como le llama de manera afectuosa su compañero de selección Patrice Evra, empezó jugando de extremo, para bajar después al lateral y acabar consolidándose como central.

Umtiti debutó con el primer equipo cuando sólo tenía 18 años, en un partido amistoso contra el Celtic de Glasgow. Los técnicos del Lyon eran conscientes de lo que tenían entre manos; uno de los valores más emergentes del fútbol base francés. El futbolista no tardó en hacerse un hueco dentro del primer equipo y el año 2012 firmó su primer contrato como profesional, gracias también al asesoramiento de su agente y hermano Yannick Umtiti.

El jugador ha ido creciendo en ascendencia y la titularidad ha sido una consecuencia inevitable de su rendimiento. Umtiti se ha convertido en uno de los grandes referentes de la afición del Olimpique y Jean-Michel Aulas, presidente del club, ha accedido a dejarlo ir en un gesto de consideración hacia el futbolista. "Le prometí que si llegaba una oferta del club de su corazón lo ayudaría a salir", comentó Aulas en la presentación de su sustituto, Nicolas N'Koulou.

La resignación del club de perder a uno de sus principales activos está plenamente justificada por las cualidades y la proyección del jugador. El Barça consigue firmar un futbolista de presente con un gran futuro, que reúne las condiciones para disputarle la titularidad a la pareja formada por Gerard Piqué y Javier Mascherano. Falta saber cómo va a responder a la exigencia de jugar a la élite del fútbol y en un club tan singular como el blaugrana, donde se examinarán con lupa sus partidos y se magnificarán sus errores. Lo que se le ha visto a Umtiti en estos cinco años como defensa del Olympique de Lyon es esto:

  • Buena técnica

Es un jugador que une la exuberancia física con una técnica trabajada. Tanto en largo como en corto, Umtiti tiene una gran precisión de pase y es capaz de dirigir parte del juego del equipo desde la línea defensiva. Es zurdo y no se arriesga a realizar pases comprometidos con la pierna derecha, aspecto que tendrá que mejorar en Can Barça.

  • Salida limpia de pelota

Sólo ha vestido la camiseta blanca del Lyon. Es un producto de la base, donde ha trabajado la construcción del juego desde la defensa a través de la posesión. Umtiti es un reflejo del cambio de modelo del fútbol francés, que se ha plasmado de manera clara en esta Eurocopa. Se convierte en un aliado y no en un enemigo cuando los rivales plantean una presión alta.

  • Jerarquía y lectura de juego

Es capaz de anticipar el sentido de la jugada, aspecto que une a la velocidad reactiva para ser uno de los grandes recuperadores del equipo. Con sólo 22 años era el líder de la defensa del Olympique y su versatilidad le permite brillar también como lateral. No es polémico en el juego y su estilo se aleja de la polémica. Es noble, no es asiduo a las tarjetas ni a las faltas. Una sola expulsión en cinco años lo demuestra.

  • Juego aéreo mejorable

Sus 181 centímetros de altura hacen que no se imponga con claridad en los duelos aéreos con los delanteros rivales. Sin embargo, el futbolista es consciente de que es un aspecto donde tiene que mejorar, y esta temporada se ha podido ver una versión mucho más dominadora de Umtiti.

El jugador está en constante crecimiento y su Maserati explica parte de su éxito. Aunque parezca extraño, el coche ha significado un punto de inflexión en la corta carrera de Umtiti en el fútbol profesional. El jugador se hizo entregar un lujoso Maserati en la sede del club, con una matricula donde se puede leer su nombre (SAM 23), semanas después de convertirse en jugador del primer equipo del Olympique. El defensa recibió críticas de todos colores porque la compra coincidía con un mal momento del equipo. Desde aquel día, Umtiti no ha vuelto a traer el Maserati a la ciudad deportiva. Una de las pocas salidas de tono del central que le ayudaron a madurar.