Este mes de noviembre, el Teatro Condal de Barcelona prorroga las funciones del espectáculo Una luz tímida, una producción de La Cicatriz, que explica la historia de amor entre dos maestras durante el franquismo.

Es la primera obra producida por La Cicatriz, un colectivo emergente formado por cuatro mujeres, que "nace del deseo de producir proyectos artísticos desde el feminismo, visibilizando a las mujeres dentro del mundo de la cultura".

La historia de Una llum tímida, que se inicia en el año 1959, tiene dos protagonistas, Isabel (Àfrica Alonso), una mujer liberada, que se acepta a sí misma, y decide amar abiertamente sin reprimirse, y Carmen (Júlia Jové), que proviene de una familia muy conservadora, a quien la represión franquista anula, maltrata y castiga. Esta historia de amor que las une, en un contexto de miedo y opresión, se convierte en una lucha entre lo que la sociedad espera de las mujeres y su voluntad de vivir en libertad y sin complejos.

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Las actrices Àfrica Alonso y Júlia Jové interpretando los personajes de Isabel y Carmen en la obra Una llum tímida / Nora Baylach

África y Júlia no están solas en el escenario, las acompañan Laura Masferrer y Andrea Puig con una guitarra y un violonchelo, dos instrumentos clave que envuelven la obra y que, junto con las deliciosas canciones que interpretan las actrices, se convierten en una herramienta muy potente para explicar una historia real que huye de la morbosidad y se explica desde la ternura. Dos mujeres que se aman, pero que viven resignadas a trabajar, rezar y tener cura del hogar, que están abocadas a vivir una vida miserable, fingida, donde no hay espacio para los sentimientos de verdad.

A través de las canciones, las dos protagonistas comunican sus dudas, las desazones, sus tempores: "y por qué no morirme por ti, si ya he visto que no somos nadie", frustraciones y sentimientos de injusticia "como un golpe de estado mi lugar ha sido invadido" o las contradicciones que sienten por la otra, "quiero borrarte de mi pecho, si tenías que marchar no haber venido". Un conjunto de sentimientos complejos de un amor prohibido de deseo y lucha.


Cabe destacar la complicidad entre las dos actrices, las interpretaciones sublimes y las voces extraordinarias que erizan la piel, un cómputo de elementos bien conjuntados, que bajo el paraguas de la espléndida dirección de Marilia Samper, ayudan a explicar una historia de amor valiente, íntima, acogedora, a una historia reveladora, inspirada en hechos reales, que llega al alma; un drama emocionante y doloroso, conmovedor, que pretende romper con el silencio y reivindicar las vidas de las lesbianas como lo que son, la memoria histórica de nuestro país.

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Àfrica Alonso, Júlia Jové, Laura Masferrer y Andrea Puig en el escenario interpretando la obra de La Cicatriz, Una llum tímida / Berdache

La historia transcurre en un centro escolar en Barcelona, por lo tanto, cuando las dos protagonistas interaccionan en el trabajo o en público, lo hacen en castellano, y cuando se encuentran en espacios más íntimos lo hacen en catalán; así pues, que utilicen los dos idiomas en diferentes contextos no chirría, al contrario, ayuda a situar la obra en una época donde la represión y el control se ponían bien de manifiesto.

Se agradece que, de vez en cuando, la escena teatral catalana la ocupe talento joven, caras menos conocidas (todavía), con conciencia de clase, desde el feminismo y la reivindicación social, y traten temas que han quedado sepultados para|por la historia, en un país donde el reducto franquista todavía está presente.

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Júlia Jové, interpretando el personaje de Isabel a la obra teatral Una llum tímida, en el teatro Condal / Berdache

El papel de la memoria histórica

Se han escrito muchas de historias de posguerra y es importante que se siga hablando, debatiendo, escribiendo sobre el tema; es esencial educar las nuevas generaciones desde la concienciación, (desgraciadamente crecerán sin los testimonios reales de mujeres de posguerra, porque sus abuelas ya han nacido en democracia), y es maravilloso dejarles una herencia cultural lo bastante potente para que entiendan y valoren el trayecto que se ha hecho para llegar hasta aquí. Que la consecución de derechos fundamentales no ha sido gratuita, que demasiadas vidas se han quedado por el camino, como las de Isabel y Carmen; por eso es tan valioso dar voz a aquellas mujeres que sacrificaron sus vidas y nos abrieron camino, que su lucha no quede en el olvido, y que las que venimos detrás sigamos picando piedra para poder vivir de manera coherente y respetuosa con todas las formas de amar.

Que el público, (mayoritariamente femenino), acabara de pie, fuertemente emocionado, llorando y ovacionando durante largo rato a las actrices, es una señal que todavía hay mucho dolor acumulado y que es necesario explicar esta historia para crear conciencia y empoderamiento femenino. Gracias a La Cicatriz por hacer un homenaje a la memoria histórica con tanto acierto, sensibilidad y delicadeza. Porque, a pesar de ser una historia triste, se vislumbra una brizna de esperanza, y es que, todas las historias empiezan con una luz tímida...

África, Andrea, Marilia, Júlia y Andrea, a vuestros pies.

 

En la fotografía de portada las dos actrices besándose, durante la interpretación de Una luz tímida / Nora Baylach