Hay artistas que siguen los caminos marcados y otros que, sencillamente, crean nuevos. Tyler, The Creator pertenece —con mayúsculas— a esta segunda categoría. Con solo treinta y cuatro años, el músico, productor, diseñador y showman californiano (nombre real: Tyler Gregory Okonma, nacido en Los Ángeles en 1991) se ha convertido en uno de los nombres más influyentes de la música contemporánea. No solo dentro del hip-hop, sino en todo el universo de la cultura pop actual. Su talento desbordante, su autenticidad brutal y su capacidad para reinventarse hacen que hoy muchos lo consideren el mejor rapero del momento.

El vinilo esta de vuelta Tyler The Creator rompe ventas con su mas reciente LP
Tyler, The Creator, él está marcando las normas

De niño inadaptado a revolucionario del hip-hop

Tyler creció en Ladera Heights, un suburbio de Los Ángeles, hijo de una madre afroamericana y un padre nigeriano ausente. Desde pequeño mostraba una obsesión por la música y el diseño: a los siete años ya redibujaba carátulas de álbumes imaginarios y componía melodías al teclado. Sin apoyo institucional ni académico, se abrió paso a la fuerza. Con solo dieciséis años fundó Odd Future (OFWGKTA), un colectivo de artistas (del que también militaban nombres tan relevantes de la escena musical actual como Frank Ocean o Earl Sweatshirt) que sacudió el panorama con su rap feroz, humor corrosivo y estética punk.

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Odd Future, Tyler, The Crwator, Frank Ocean y otros niños prodigios del hip hop

Su estilo, mezcla de rap visceral, sarcasmo e introspección, rompía con el discurso dominante del hip-hop norteamericano: era violento y tierno a la vez, grotesco y poético, siempre imprevisible.

Su debut en solitario, Bastard (2009), fue una declaración de guerra: un álbum casero, oscuro y provocador que lo convirtió en un símbolo generacional. Pero fue con Goblin (2011) y el videoclip viral Yonkers que Tyler pasó de fenómeno underground a estrella global. Su estilo, mezcla de rap visceral, sarcasmo e introspección, rompía con el discurso dominante del hip-hop estadounidense: era violento y tierno a la vez, grotesco y poético, siempre imprevisible.

La metamorfosis de un artista total

Con los años, Tyler ha ido dejando atrás la rabia adolescente para convertirse en un creador polifacético y sofisticado. Álbumes como Wolf (2013) o Cherry Bomb (2015) empezaron a expandir su universo hacia nuevos territorios sonoros —el jazz, el soul, el pop psicodélico—, pero fue con Flower Boy (2017) y el single See You Again cuando el mundo lo empezó a ver como un autor maduro, capaz de combinar vulnerabilidad y experimentación. En Flower Boy, Tyler habla de amor, soledad e identidad, y lo hace con una producción detallista y una sensibilidad inusual en el género. El disco le valió su primera nominación a los Grammy y el reconocimiento de la crítica más exigente. Dos años más tarde, con IGOR (2019), Tyler dio un paso más allá: firmó un álbum conceptual, de texturas electrónicas y narrativa emocional, que le valió el Grammy al mejor álbum de rap

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Tyler, The Creator, un rapero con mucha clase

Su magnetismo reside en algo más profundo que la estética: Tyler ha redefinido qué puede ser un rapero. Ha roto tabúes sobre la masculinidad, la sexualidad y la vulnerabilidad dentro del hip-hop.

Su evolución no se ha detenido. Call Me If You Get Lost (2021) y sus dos últimas entregas, Chromakopia (2024) y Don't Tap the Glass (2025), muestran a un artista en la cima de su creatividad, mezclando el ego trip clásico del rap con un gusto refinadísimo por el lujo, la moda y la narrativa introspectiva. Tyler no solo rapea —crea mundos: desde su marca de ropa, Golf Wang, hasta su festival, Camp Flog Gnaw, todo respira su estilo único, colorista e irónico. Su magnetismo reside en algo más profundo que la estética: Tyler ha redefinido qué puede ser un rapero. Ha roto tabúes sobre la masculinidad, la sexualidad y la vulnerabilidad dentro del hip-hop. Donde otros proyectaban dureza, él ha optado por la verdad emocional. Donde otros seguían fórmulas, él las ha dinamitado.

Decir que Tyler, The Creator es el mejor rapero del momento no es solo una cuestión de ventas o premios —que también los tiene—, sino de trascendencia. Es un artista que ha logrado que el hip-hop suene diferente, más libre, más imprevisible y más humano. Ha abierto puertas para toda una nueva generación de músicos que entienden el rap como un espacio de expresión total, donde el humor, el dolor y la belleza pueden convivir. En una industria a menudo atrapada por la inercia, Tyler continúa haciendo aquello que lo ha definido desde el principio: no pedir permiso para ser él mismo. Y quizás es precisamente eso —su autenticidad radical— lo que lo convierte en el mejor rapero de nuestro tiempo.