El vídeo de Macarena manteniendo relaciones sexuales con un alumno suyo, hijo de su mejor amiga, se hace público en toda la urbanización de Belmonte. ¿Quién lo ha colgado? ¿Mantenían una relación o fue sólo una vez? Pocos días después, encuentran al alumno muerto con una puñalada en el corazón. ¿Quién lo ha asesinado? ¿Y por qué? Y en medio, todos los vecinos tienen sus propios secretos que generan todavía más preguntas a las que es muy difícil encontrar respuestas porque, como dice el título, Todos mienten, generando constantes misterios que enganchan al espectador pero que no siempre funcionan en la ejecución.

Juan Diego Botto y Miren IbargurenPau Freixas firma esta serie donde todo el mundo oculta cosas. / Movistar Plus

Problemas estructurales

El pequeño submundo que crea Pau Freixas (Sé quien eres, Polseres vermelles) en este barrio de clase alta es realmente interesante, con diferentes familias que esconden sus miserias mientras comparten potentes vínculos de amistad y enemistad entre ellos. De hecho, el acertado entramado de personajes de Belmonte daría para hacer una buena serie diaria, pero la dirección de Todos mienten es otra. Freixas prefiere centrarse en el misterio del asesinato, sacrificando algunas tramas secundarias que quedan un poco colgadas para aportar más tensión.

Pero el problema principal de este whodunit es la estructura en que se narra. La serie hace constantes saltos adelante y atrás en el tiempo que no siempre benefician el ritmo ni la trama, y a menudo se repiten escenas que hacen que se pierda la preciada atención del espectador. Además, a pesar de ser una serie de sólo seis capítulos, tarda un poco en arrancar, y sólo llega a ser realmente trepidante en el último episodio, que resuelve el misterio de forma bastante satisfactoria.

Salto de calidad con las interpretaciones

Hay dos elementos que aportan un salto de calidad a esta ficción de Movistar+. El primero es la banda sonora, a cargo de un Arnau Bataller que sabe como generar un ambiente de tensión a través de la música. Y el segundo son buena parte de sus interpretaciones, especialmente entre el sector femenino.

Irene Arcos es la estrella de la serie en el papel de Macarena, y cumple perfectamente con la exigente tarea que se le otorga. También Natalia Verbeke, Miren Ibarguren y Eva Santolaria están excelentes, esta última teniendo la oportunidad de lucirse en un extenso monólogo que es una de las apuestas más arriesgadas (y acertadas) de la serie. De entre las interpretaciones masculinas, destacan la de Leonardo Sbaraglia y la de un desenfadado Juan Diego Botto que le da un toque de humor necesario para aligerar el tono de la serie. El reparto juvenil, en cambio, no está a la altura de los adultos, especialmente en el caso de Lucas Nabor, a quien el papel de Iván le queda grande.

A la altura de Movistar+

En definitiva, Todos mienten es una serie que consigue enganchar a través de los misterios que plantea pero que se queda corta al no explorar todo el potencial que tiene el pequeño mundo que crea. Muchos personajes y tramas quedan poco desarrollados y es decepcionante que no haya más sospechosos en una ficción donde el asesinato es el interrogante principal. Las interpretaciones, la música y la buena dirección de Pau Freixas, sin embargo, la salvan de perderse en sus irregularidades para acabar ofreciendo un producto a la altura de la calidad a la que las series de Movistar+ nos tienen acostumbrados.