Sijena siempre será recordado como aquella espectacular operación policial que vimos durante el 155 con un Govern inhabilitado en que se perdió el control de todo, también del patrimonio cultural. Entonces, las obras se las llevaron de Catalunya en Aragón pero ahora, ha sido el mismo Tribunal Supremo quien ha decidido confirmar la sentencia de entonces.

Así pues, decenas de obras que hasta el año 2017 estaban en el Museo de Lleida y el MNAC no volverán nunca más. Aquel procedimiento, hay que recordar, que ya fue muy polémico porque ponía en peligro todo el arte guardado y cuidado por los dos museos, tal como los principales expertos advirtieron y alabaron la tarea que habían hecho de unas obras que estaban completamente abandonadas antes de pasar a sus conservadores.

En total, se devolvieron 97 obras en el Aragón en un proceso que ya empezó el año 2016 y se remató después del referéndum del 1 de octubre. Ahora, con la razón del Supremo, queda pendiente otro traslado de algunas pinturas morales románicas de la sala capitular.

¿Qué dice la sentencia?

El poder judicial ha tardado más de un año en decidirse y considera que el caso tiene "una indudable complejidad" pero recalca que los bienes "formaban parte del tesoro artístico del Monasterio de Sijena" desde el año 1923. Y recrimina que "el Orden del Monasterio de Valldoreix no tenía ningún tipo de facultad para disponer de estos bienes" cuando los vendió en la década de los 80 y 90.

Otros detalles que especifica el Supremo es que son "inaleables en el Tesoro Artístico Nacional" y pasan a ser Patrimonio del Estado. Precisamente por eso, ahora dicta que corresponde sólo al estado la autorización "de ser exportados" de forma excepcional.

Aun así, la sala no comparte la causa de la nulidad, apreciada por la Audiencia oscense, y vinculada a la infracción de las normas de protección del patrimonio histórico-artístico y a la consideración de los objetos vendidos "como bienes fuera de comercio".

En definitiva, el Supremo desestima todos los recursos de la Generalitat, el MNAC y el Consorcio del Museo de Lleida. Aunque no obliga a imponer costas a ninguna de las partes por el proceso.

Además, también remarca que no tiene en cuenta "ni puede confirmarse" que en su momento, la Federación de Monasterios de la Orden de San Juan de Jerusalén, a Sijena, no se negara a la oposición del traslado. Por lo tanto no da por válidos ninguno de los documentos con los que se cerró el acuerdo.

¿La política se ha comido la cultura?

Más allá de la puesta en escena de la policía y guardia civil para retirar todas las obras, también entraron en procesos penales los consellers de Cultura que vivieron los momentos más crudos del caso: Santi Vila y Lluís Puig que se habían negado a entregarlas alegando que la ley catalana del patrimonio las protegían. Pero fue el Gobierno quien fue directamente. El director del museo, Josep Giralt, está convencido de que la política pasó por encima de la cultura.

Hay que recordar que, incluso el representante legal del Ayuntamiento de Villanueva de Sixena solicitó una condena de once meses de prisión para el exconseller de Cultura Santi Vila para usurpar, presuntamente, atribuciones judiciales al firmar una orden que denegó el cumplimiento de la sentencia que ordenaba la devolución de los bienes del monasterio.

Vila atendió parcialmente la orden de ejecución de la sentencia ya que ordenó el retorno de las piezas adquiridas por el MNAC, pero rechazó, mediante la firma de una orden, la entrega de las 44 depositadas al Museo de Lleida, las más valiosas del tesoro histórico artístico de Sijena, hecho que para el letrado de Sijena constituyó un presunto delito de usurpación.