Una apisonadora llamada Slipknot ha arrollado la noche de este jueves el Barcelona Rock Fest. Y es que Corey Taylor y su séquito de seres enmascarados han demostrado por qué la banda de Iowa sigue siendo uno de los grandes exponentes del nü metal, con matices, que se popularizó a finales del siglo pasado, un metal pesado con toques de otros estilos, como el groove o el death metal, que ha hecho las delicias de los más 25.000 maggots ("gusanos", como se conoce a los seguidores de la banda) que han abarrotado el recinto de Can Zam, en Santa Coloma de Gramenet.

Y es que hasta la fecha, Slipknot solo había visitado Barcelona en 3 ocasiones en sus más de 25 años de carrera, y de la última había llovido ya, desde el añorado Sonisphere, del 2009. Había, pues, ganas de Slipknot, de bajar la cabeza y saltar hasta perder la última gota de sudor en una tarde noche tórrida muy poco indicada para ejercicios extremos.

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Corey Taylor, en un momento del concierto de Slipknot en el Barcelona Rock Fest / Foto: ACN - Jordi Borras

Slipknot y la generación incomprendida

En plena celebración de su 25º aniversario, tocaba rememorar los clásicos, y así ha sido en un comienzo de concierto abrumador, con la destrozanucas (sic) seguida de People = Shit, dos himnos de los de Iowa que han encendido al público. Desde un primer momento se ha visto que Corey Taylor y su privilegiada voz están en un estado de forma excepcional, una precisión milimétrica a la que ha acompañado el resto del grupo, a pesar de que Clown, el mítico payaso, no está en esta gira por problemas familiares.

Acababa de empezar la hipnosis, una bocanada de violencia musical que ya no tendría freno, y que ha continuado con Gematria (the killing name), un tema de metal old school, con una base sólida y pesada y con Taylor, como no, dando rienda suelta a su furia vocal. El éxtasis ya era un hecho, pero faltaba firmar el póker para completar el exorcismo, Wait and Bleed, posiblemente la canción más querida de Slipknot, su santo y seña. "He sentido el odio elevarse en mi", afirma Taylor, símbolo de una generación en gran parte incomprendida que vivió el cambio de siglo sin demasiadas expectativas de futuro.

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Slipknot ha hipnotizado al Barcelona Rock Fest / Foto: ACN - Jordi Borras

Hechas las presentaciones, la banda se ha dado un pequeño respiro nostálgico, con la 'hiphopera' Nero Forte y la 'lenta' Yen, dos temas más actuales. Sin embargo, ha sido solo un leve descanso, un paso atrás para coger carrerilla, ya que una nueva oleada de rudeza ha aparecido con otros 2 himnos, Psychosocial y The Heretic Anthem. Tocaba volver a desengrasar, a calmar la montaña rusa, que ya iba en caída libre y sin frenos, y ni The Devil in I ni Unsainted lo han conseguido. La masa había retrocedido ya a 1999, los saltos y conatos de avalancha se han apoderado del recinto. Todo estaba en su sitio para Duality, Spit It Out y Surfacing, las 3 joyas del repertorio que faltaban por aparecer. La apisonadora de Iowa había cumplido con nota en una noche memorable.

Angelus Apatrida calienta motores con su 'trash metal' de alta gama

Otro de los pesos pesados del día de apertura han sido los manchegos Angelus Apatrida, posiblemente el mejor representante del metal español de la actualidad, y más después del retiro indefinido de los Crisix. Los de Albacete han firmado una actuación soberbia sacando a relucir su trash metódico, que ha permitido ver al público más activo de toda la jornada, con un mosh pit gigantesco en el centro. El concierto, fantástico, ha sido el aperitivo de lo que se viene el próximo 25 de octubre, en la esperada actuación de los Angelus en la Sala Razzmatazz.

Angelus Apatrida Barcelona Rock Fest 2025 ACN Àlex Recolons
Angelus Apatrida, en su actuación en el Barcelona Rock Fest / Foto: ACN - Àlex Recolons

La otra banda más aclamada del día ha sido Savatage, que ha hecho las delicias de los seguidores del heavy metal más puro, con un Zachary Stevens que ha sacado a relucir sus privilegiadas cuerdas vocales. No ha faltado ninguno de sus himnos, como Welcome, Strange wings o Jesus saves. Ha sido la antesala de lo que vendría justo después, del día a la noche en segundos. Slipknot, sonido rudo, ira, misantropía e hipnosis. Larga vida al rock, en todas sus vertientes.