Josep Sergi Capdevila i Querol, el cantante sabadellense que hace treinta años que conocemos como Sergio Dalma acaba de publicar Alegría, nuevo capítulo en su ya muy extensa obra fonográfica. Un trabajo, empapado de mensajes optimistas, que esconde el tema 'La vida', canción firmada por Miquel Abras que ahora ha adaptado al catalán para incluirla en el disco de la Marató de TV3 de este año.

"Por aquí me tienen, arriba y abajo" clama entre carcajadas cuando, poco después de descolgarme el teléfono, le pregunto por dónde para. "Hoy estoy en Madrid. Mañana (viernes) me marcho hacia Santander. El sábado estaré en Oviedo, donde acabaré la gira actual y ya me pondré a preparar la siguiente, que empezaré el 9 de enero en el Liceo de Barcelona. Un cacao que no veas".

Alegría, ¡nunca mejor dicho!
Y tanto, y que duré, que ya hemos sufrido mucho.

Ya es eso: este nuevo disco ha nacido como terapia y receta contra esta angustia a que nos ha arrastrado la pandemia.
A mí, cuando menos, me ha resultado terapéutico. Estábamos en un pozo de angustia sin saber què nos pasaría en el futuro. Empezar a trabajar en las canciones que han acabado conformando el disco, me animó. Disfruté mucho el proceso.

¿En qué se ha diferenciado de tus anteriores trabajos?
En este nuevo disco he podido elaborar las canciones con mucho tiempo. Las he podido modelar con calma y después dejarlas reposar, para pasados unos días volver a recuperarlas. Normalmente, no puedes trabajar con esta pausa y tranquilidad. Me ha encantado poder producir el disco a este ritmo. Y, junto con eso, con los autores de las composiciones tuvimos claro desde el primer momento que el mensaje a transmitir tenía que ser vitalista y optimista. En estos momentos es lo que hace falta. Por eso el título: alegría.

8011890923001
Sergio Dalma es uno de los artistas que participa del Maratón de TV3 de este año. Foto: EFE

Más que nunca, ahora la música ha sido una medicina reconfortante

En momentos como estos es cuando vuestro trabajo toma más sentido que nunca.
Más que nunca, ahora la música ha sido una medicina reconfortante. Durante los días del confinamiento más estricto, me enviaban vídeos de gente poniendo canciones mías a la 8 de la noche cuando salían al balcón a aplaudir.

'Bailar pegados' fue uno de los himnos del confinamiento.
¡Y también 'Em dones força'! Sentía una emoción inmensa cuando veía estos vídeos. Nada más bonito que sentir que a partir de la música podíamos ayudar a hacer más leve toda esta situación. Una experiencia complicada que nos ha herido emocionalmente.

La importancia de la salud mental. Justamente el sujeto de la Marató de TV3 de este año.
La salud mental es un tema extremadamente importante. Siempre lo ha sido, pero ahora un poco más. Me hace extremadamente feliz participar con una versión en catalán de 'La vida', uno de los temas destacados de mi nuevo disco, escrito por Miquel Abras.

No eres un debutante en la Marató.
¡No! He participado tres veces. El primero fue el 2005 haciendo pareja con Mònica Green. Cantamos 'No et deixis', una versión en catalán del tema de Peter Gabriel 'Don't Give Up'. En la original, Gabriel la cantaba con Kate Bush. La segunda fue en el 2011 haciendo 'Em dones força' con la Escolanía de Montserrat. Esta es la tercera vez y me hace una ilusión terrible porque coincide con el 30 aniversario de la Marató.

8011890922001
Sergio Dalma actuará el 9 de enero en el Liceu de Barcelona. Foto: EFE

Tengo problemas como todo el mundo, pero mi trabajo es transmitir buen rollo

A menudo creemos que vosotros, la gente popular, que tiene éxito, sois impermeables a los problemas de salud mental porque parece que todo os va bien. Y no.
Desgraciadamente ahora lo hemos visto con la muerte de Verónica Forqué. El problema existe y cada vez es más grave. A menudo me preguntan que cómo me lo hago para estar siempre contento y alegre. Y no, yo tengo problemas como todo el mundo, pero mi trabajo es transmitir buen rollo. Tengo mis momentos en que lo paso mal, en los que estoy triste y me hundo.

Hace 30 años que empezaste tu carrera como cantante y en este tiempo hay un hecho de que ha cambiado vuestra relación con los seguidores y detractores: la irrupción de las redes sociales.
Las redes sociales como herramienta de trabajo son espectaculares, personalmente nos están pasando factura. Allí todo vale. No hay valores.

Tú cómo te lo haces para convivir con el hate.
Convivo. Intento no hacer caso más allá de lo estrictamente profesional. El Twitter es un escondite de gente que va a vomitar.

Por cierto, si tu trabajo es transmitir buen rollo... ¿tú qué escuchas para ser feliz?
Escucho todo tipo de música. Mucha. Pasa que nuestros hábitos de consumo también han cambiado muchísimo. Antes te comprabas un disco y lo escuchabas hasta quemarlo. Ahora, a través de plataformas como Spotify, tienes acceso directo e inmediato a todo. Como con la literatura, a menudo acabo volviendo a los clásicos. Y con estos, gente muy joven. Estoy escuchando a muchos artistas jóvenes catalanes.

¡Queremos nombres!
Mi próximo proyecto será un álbum de temas inéditos en catalán. Me gustaría colaborar con gente como Ferran Palau i El Petit de Cal Eril. Me gusta mucho lo que hacen. Querría contactar con alguno de ellos para trabajar juntos. Es una aventura, la del disco en catalán, que hace años que quiero materializar y creo que ahora ha llegado el momento. Todavía me quedan unos años, pero ya he empezado a encarar la recta final de mi carrera y no quiero dejar perder esta oportunidad.

Llegados a este punto, como artista te sientes más libre ahora que 30 años atrás.
Siempre me he sentido libre. La discográfica siempre me ha dejar trabajar. Es muy curioso, porque cada vez tengo más miedo a salir al escenario pero cuando ya estoy allí, me siento con más confianza que nunca. Pero el escenario me impone. Y si no me tomo la copita de vino antes, no puedo salir. Es el ritual: tomar una copita de vino con los compañeros.

¿También la harás antes de salir al Liceu el 9 de enero?
¡Y tanto! Quizás es un poco bestia empezar una gira en el Liceu. Tocar en casa impone mucho, más en un espacio tan emblemático. Sin embargo... alegría.

Fotografía de portada: EFE