En 1589 se empezaron a celebrar las fiestas de Sant Roc en la plaza Nova, en pleno centro de Barcelona, al lado de la catedral. Sólo se dejaron de celebrar durante la guerra de Independencia y durante la Guerra Civil. Son, pues, las fiestas más antiguas de la ciudad.

La fiesta

Las fiestas de Sant Roc incluyen muchas actividades bien antiguas, específicas de este barrio. Una de ellas es un curioso tipo de cucaña horizontal, que se saca cada año. En honor al santo más amigo de los perros, anualmente también se hace una fiesta de adiestramiento canino. Hay, obviamente, como en toda fiesta tradicional, baile de fiesta mayor, baile de gigantes, sardanas, habaneras, grupos danzantes, correfocs, fuegos artificiales... El martes 16, día de Sant Roc, se celebra la misa solemne, en la iglesia del Pi. Y, después, se deja paso a una de las diversiones más peculiares. Es una tradición que se incorporó a la fiesta en 1830: el porrón largo. Se trata de un porrón que tiene un pico de 55 cm. El porrón se deposita, lleno de vino, en la Plaza Nova, y puede beber todo aquel que sea capaz de hacerlo. No es sencillo.

Gigantes y panellets

Los Gigantes Viejos de la plaza Nova se llaman Roc y Laia, y representan unos señores feudales procedentes de Montpellier (la ciudad natal de Sant Roc). Son los anfitriones de la fiesta, y los gigantes más viejos de Barcelona: fueron construidos en 1905, en Vic. Suelen ir acompañados de un cabezudo muy peculiar llamado Cu-Cut, en honor al personaje de cómic de principios de siglo XX. El día de Sant Roc se elaboran en el barrio unas pastas que no se encuentran en otras ocasiones: los panellets de Sant Roc. Se suelen bendecir durante la misa, y más tarde se reparten entre los asistentes.

Sant Roc: Fotografía Andreas Praefcke.

Un santo 'dog friendly'

Según la tradición, Sant Roc nació en Montpellier a principios del siglo XIV, cuando esta ciudad formaba parte del reino de Mallorca, y se hizo famoso por curar la peste. Probablemente es un personaje mítico, sin ningún fundamento real. Los datos sobre él son muy confusos: los italianos creen que curaba la peste en Italia, y los catalanes que lo hacía en Catalunya. La leyenda barcelonesa explica que durante una visita a la ciudad, Sant Roc enfermó de peste, y todo el mundo lo rehuía. Sólo lo cuidó el perro del panadero, que le llevaba panecillos cada día. A partir del siglo XVI su devoción se va extendió rápidamente y se incorporó al santoral católico. Dicen que es el santo que tiene más capillas y altares dedicados en todo el mundo.

También en Arenys de Mar

En Arenys también se celebra la fiesta del santo de Montpellier, de quien se dice que en 1607 liberó la villa de la peste bendiciendo a la gente con agua de albahaca. Para rememorar su hazaña, cada 16 de septiembre, los "macips" y las "macipes" de Arenys se lanzan a las calles, vestidos de blanco con faja roja y cascabeles en las piernas. Los jóvenes llevan unos recipientes de cristal con cuatro pitorros denominados "almarrajas", y con ellos tiran agua de albahaca a los vecinos para "bendecirlos". Los grupos de macips pasean por el pueblo al ritmo del tamboril y el flabiol, y van gritando: "Sant Roc! Sant Roc!". La fiesta de Sant Roc también se celebra en muchas otras poblaciones de los Països Catalans, como Altea, Porreres, l'Hospitalet de l'Infant...