Supermercados inundados de color rosa, bombones, flores y corazones. Ha llegado el día que más detestan los solteros reprimidos; San Valentín. Aunque actualmente en esta fecha se reivindique el amor propio, hacia nuestras amigas o la familia, todavía es una festividad – cristiana – que fomenta el consumismo y el amor romántico, y que, como buenos catalanes lo tenemos que detestar por|para el simple hecho de que somos pro-Santo Jordi.

Pero aquí no hemos venido a ocultar nada. Todos hemos celebrado un San Valentín enamoradísimos con aquel amor de instituto o de verano que creíamos que duraría toda la vida, nos hemos hecho cartas escritas a mano declarando nuestro amor de la manera más cursi posible y hemos ido en búsqueda de las chocolatinas que más le gustaban a nuestro querido o querida. No es de extrañar que ahora recordemos más de uno de los actos de amor romántico que hacíamos con un poco de vergüenza ajena, pero más de una vez hemos idealizado - porque tendemos a romanizar el pasado, sobre todo en tiempos de covid - aquel amor. Más de una vez, hemos pensado que nunca más volveríamos a enamorarnos tan profundamente como en aquel momento. Y quizás es cierto. No es fácil vivir tan intensamente como lo hacíamos a los 15 años.

Superar una relación tóxica no es nada fácil pero es una de las sensaciones más gratificantes por las que pasas

Con el paso del tiempo normalizamos las sensaciones y los sentimientos, y desgraciadamente, dejamos de emocionarnos tanto por las cosas. Es un paso casi imprescindible para ser más estables y maduros emocionalmente. A los 15 años somos una montaña rusa, y no nos engañemos, la mayoría de nosotros vivimos relaciones tóxicas, de aquellas que nos tienen enganchadas un par de años y nos hacen dejarlo y volver sucesivamente, creyendo que por alguna gracia divina aquella persona es el amor de nuestra vida. Pero tranquilos, no lo es, simplemente tienes dependencia emocional hacia ella.

El proceso de dejar atrás esta dependencia y superar una relación tóxica no es nada fácil, pero con el tiempo se consigue y es una de las sensaciones más gratificantes por las que pasas. Te dejan de llenar los altibajos emocionales - que antes te enganchaban tanto - y empiezas a valorar tu independencia, seguramente estás pasando por uno de los procesos de más crecimiento personal en tu etapa adolescente/juvenil. Al principio posiblemente pasarás por un proceso de negación en el amor, odiarás San Valentín y no querrás sentir ningún vínculo afectivo hacia nadie, y es totalmente normal, todavía no estarás preparada. Pero sólo con el tiempo, si es el camino que tú escoges, estarás lista para sumergirte en un nuevo amor, un amor mucho más sano, que te permitirá crecer y seguir cultivando el amor propio, un amor que respetará tu independencia y empujará tus otros vínculos emocionales y, sólo de esta manera, volverás a recuperar aquella ilusión que tenías a los 15 años.