10:30 h de la mañana. Lunes. Plaza de Rovira i Trias, Gràcia. Marcel Pujols toma un agua con gas y Claudi Dosta acompaña lo mismo con un bikini. Todo el mundo ha sido extremadamente puntual y todo el mundo es increíblemente educado. El punk debe estar mitificado. Al menos por lo que respecta la actitud, porque yo no me imaginaba los Power Burkas así.

No es del todo culpa suya. La cita matinal ha sido la única opción para cuadrar la entrevista con los respectivos trabajos. Y, igualmente, faltaban Martí Ferrer y Aleix Marbán para tener el grupo al completo. Juntos acaban de lanzar Naïf, potser, su tercer EP. Un disco que Quimi Portet, el encargado de firmar la nota de prensa, califica de "colosal" con un sonido "compacto, nocturno y brutalmente convincente" y que han presentado con el single Vull, cotitzar.

La portada rosa pastel donde posan vestidos como los integrantes de My Chemical Romance es solo un engaño, porque aquí la gravedad y el sentimentalismo emo no tienen espacio. El próximo sábado lo presentan en la sala Vol de Barcelona. No quedan entradas, pero puedes probar suerte en los conciertos que tienen programados en Vic, Manresa y Menorca.

Cuando salió vuestro nombre en redacción, lo primero que comentamos es que no entendemos por qué no sois más conocidos.
Marcel Pujols (M.P.): No lo sé. Yo creo que está muy ligado a nuestra actitud en general, creérnoslo menos de lo que tocaría.

Claudi Dosta (C.D.): También por el circuito donde nos movemos, que queda mucho entre amigos.

M.P.: No nos da vergüenza subir a un escenario, cantar nuestras canciones y decir tonterías, pero hay otras cosas que sí. No acabamos de entrar en la cosa esta de los circuitos de gente famosa y de hacer lo que sea para intentar petarlo más.

Pero os exponéis un montón a los videoclips.
M.P.: Ya... yo creo que también hay un punto de exageración. A la gente que le gustamos, le gustamos extremadamente. Bueno, no a todo el mundo. Pero sí que hay esta devoción que a veces hace que parezca más de lo que es. Y obviamente que un fan de Burkas te dirá que somos un grupo menospreciado, pero si no fuera así, la misma gente diría que ya no le molamos.

¿Qué sois, un producto para sibaritas?
M.P.: No. Eso es más la percepción que tú has pillado. Somos un grupo de becarios. Si nos pusieron como mejor disco de Mondo Sonoro fue porque a los becarios de Mondo Sonoro les flipaba el LP. Un grupo por gente joven. 

Ya entiendo que el primer y el segundo disco sean "un disco de becarios". Pero vais por el tercero. Es porque aquí hay alguna cosa, ¿no?
M.P.: Estamos un poco en la misma situación, el grupo siempre se ha aguantado en la precariedad. Cuando Burkas cambie de paradigma, cuando todos tengamos trabajos estables y estemos en otra etapa vital, esto tendrá que cambiar a la fuerza. No tendrá sentido que siga siendo la cosa infantil y precaria de la actualidad. Pero vaya, tampoco sabemos si este cambio se producirá.

Power Burkas / Íngrid Ferrer

¿Este equilibrio se debe solo al ritmo de vuestras vidas?
C.D.: En parte sí, pero sobre todo por la dinámica que tenemos a la hora de hacer canciones.

M.P.: Vamos encontrando la manera de compaginar trabajos cada vez más estables con el grupo. O lo intentamos. Somos esta generación que no acaba de encontrar un trabajo de por vida, que tampoco lo quiere, que no tiene relaciones de por vida. Estamos en un magma que tampoco es tan diferente del de hace cinco años cuando acabamos las carreras. Podemos sentir que es un tercer disco que lo hemos hecho mejor, que tenemos más experiencia detrás, pero cuesta tener seguridades más allá de eso.

Pero la evolución es evidente. Habéis grabado por primera vez en un estudio profesional, incorporado vientos, habéis hecho la colaboración con Inumazigh...
C.D.: Todas las tonterías que teníamos pensadas hacer, las hemos hecho en este disco. Las cosas que nos quedaban pendientes. Teníamos ideas y nunca lo acabábamos haciendo y aquí hemos tenido la insistencia de quererlo hacer de verdad.

M.P.: El 2019 fue el año más activo de nuestra historia, nos matamos bastante a trabajar y este disco sale de coger carrerilla. Si hubiéramos podido, lo habríamos sacado antes, pero el impulso es el mismo. Por eso ha salido (quizás) más elaborado.

C.D.: No lo hemos planificado. Las canciones han ido apareciendo y hay algunas que son más complejas que en el disco anterior. El otro sí que salió de vomitona, ahora las canciones que ha aportado cada miembro son más elaboradas con respecto a la estructura. Pero es el mismo disco que el segundo y que el primero.

Joder, no parece una gran estrategia de marketing decir que los discos son iguales.
C.D.: La filosofía es la misma. Sí. Es como un híbrido entre el primero y el segundo.

M.P.: Naïf, potser podría ser el nombre del primer disco. El fondo es el mismo. La forma no. Obviamente que hay motores de cambio y nos hemos encontrado haciendo cosas diferentes, que no habíamos hecho antes, pero no pasa nada por decir que la esencia es la misma y que estamos en situaciones parecidas.

En una primera escucha puede parecer que os lo tomáis todo en broma. ¿No os perjudica esto en un país tan serio, que parece que todo lo hacemos a golpe de día histórico y de jugadas maestras?
M.P.: Al revés, es lo que le gusta a la peña. Que tenga un punto en broma y que a la vez sea una cosa seria. Es nuestra dicotomía. Parecemos muy divertidos y después somos gente bastante afectada. Son dos capas, y cuantas más capas mejor. Es nuestro toque.

¿Una mentalidad muy millennial, no?
M.P.: Sí. De no tomarte nada en serio, pero que, al mismo tiempo, tonterías muy bestias te afecten y que te trastoquen la vida. Autorrentat habla de masturbarse y estar triste después. ¡Uy, qué drama! Solo tienes que cambiar tus pensamientos y no caer en el bucle de siempre. Que quizás no es tan fácil, pero hay que ser consciente de que no hay que pasarse de la raya. La canción hace justamente eso, desdramatizar.

Teniendo en cuenta que nos dicen que somos una generación que solo aspiramos a ser funcionarios, 'Vull cotitzar' nos podría servir de himno.
M.P.: Hostia, leí una entrevista a Maria Sevilla, la poeta, donde decía que "enamorarse y dormir tendrían que cotizar", y va muy a la par con Vull cotizar. No solo por el mensaje, por los tempos también. Ella decía que las horas de sueño tendrían que contar, porque dormimos para volver a trabajar. Dormir forma parte del trabajo porque te estás preparando. Como el rato que te pasas al tren para ir al trabajo.

Deshumaniza un poco, ¿no? No dejas de ser nunca una pieza del engranaje.
M.P.: Claro, pero es que es así de triste. Joder, ya que estamos destinando la vida a eso, por qué no cotizarlo todo. Son ideas que surgen de días de fiesta, de ir hablando de cosas... De aquí sale también el título, Naïf potser, de elucubrar un poco, imaginar... es lo que da un poco de vida y de sentido a lo que haces.

Habéis explicado que le habéis puesto este título porque hacéis letras "muy de P5". Yo no lo veo demasiado.
M.P.: Otro título posible era Esperanza de vida, pero Naïf, potser encaja más. No son letras de P5 en el contenido, pero sí en la manera como salen. Somos unos añorados de la infancia, nos gusta tener este impulso infantil a la hora de hacer las cosas. Obviamente que lo intelectualizas y dices me gustaría hablar eso o de aquello otro, pero a la hora de la verdad cuándo acaba saliendo siempre te sorprende y no es como esperabas. Quizás es la diferencia con otros grupos, donde las cosas que están más cerradas y son más combativas. No decidimos de qué hablamos, nos lo encontramos a la cara y lo afrontamos.

Hablais de masturbarse en la ducha, perder el trabajo o estar harto del sistema. Es muy pandémico.
M.P.: Musicalmente, no porque habíamos hecho la música antes, pero letrísticamente, quieras o no, la pandemia está presente. Estamos en esta situación y tenemos que sumar más incertidumbre a la que ya teníamos. Al mismo tiempo estás contento de lo que tienes, de lo que puedes tener, de la gente que te soporta. 'Autorrentat' es pura pandemia, porque es de las pocas cosas que puedes hacer... vaya, puedes hacer otras, pero describe un poco la rutina de los primeros días, que querías bailar y no podías... que buscabas cómo expresar con el cuerpo lo que tenías en la cabeza.

Power Burkas / Íngrid Ferrer

¿Qué es lo que más os gusta del disco?
M.P.: Haber lo hecho. Que me represente a día de hoy. No es que hayamos incorporado vientos. No es que hayamos colaborado con alguien. Que hayamos actualizado lo que es Burkas y que me sienta identificado. Estoy muy contento de esto.

C.D.: Joder, que con los años que llevamos sigamos haciendo discos. Cada uno tiene una vida diferente y poder hacer esto es bonito. Un punto de unión entre los 4. Mola que todavía haya estas ganas. Un poco como los veteranos que se apuntan a fútbol para poder seguir jugando los fines de semana. Nosotros tenemos los ensayos.

¿Cómo a grupo habéis sufrido mucho el confinamiento?
M.P.: Nos ha detenido todo el proceso, porque que teníamos que grabar el disco el año pasado. Es heavy porque, si lo hubiéramos hecho, habría sido completamente diferente. Hemos tenido muchos menos ratos juntos y hemos pasado más tiempos solos pensando en el grupo, en que tenemos que hacer y hacia donde tenemos que ir, sin que la cosa avance. Eso acaba desgastando el cerebro, es mejor que todo fluya. También hemos hecho alguna videollamada...

C.D.: Que no sirvió de mucho tampoco... Ahora que hemos arrancado volvemos a estar igual. Pero, por ejemplo a mí, durante la pandemia me daba pereza hablar con gente. A veces hacía canciones y las enviaba, pero toda la música que hice la doy por mierda. Generalmente valoro las canciones por el recuerdo y los inputs que recibo de otra gente.

Día 29, primer bolo en directo presentando el disco. ¿Cómo lo veis?
C.D.: Ya dimos un concierto con sillas por la Mercè y fue muy bien. Charlamos mucho.

M.P.: Estamos pensando en que sea un poco diferente, que sea más distendido. Si no te puedes levantar y mover libremente, quizás te incomoda estar 100% por la música y la gracia de un concierto es que te puedas distraer, desconectar, desahogarte. No queremos que esto dure para siempre, pero tampoco pasa nada porque la gente se siente y nos mire.

¿Cómo veis el futuro, creéis imprescindible dar un paso más?
M.P.: Viendo como ha ido todo, es cosa de seguir haciendo lo que te gusta y de ver quién te hace más caso y quien menos. Vamos viendo como amigos que antes les gustábamos mucho, ahora ya no. Como nos rodeamos de gente diferente. Es guay ver el proceso, sin esperar que la vida nos cambie de golpe. Obviamente que queremos cobrar por los conciertos, que cada vez nos paguen más y que no todo vaya al depósito del grupo y al coche del Claudi.

C.D.: Vamos viendo que pasa y no proyectamos demasiado. Lo que vaya llegando lo disfrutaremos a medida que suceda.

M.P.: Llevamos toda la vida tocando en grupos: sabemos que es que no te escuche a nadie. Puedes aplicar uno u otro prisma. Si coges los números de nuestras redes puedes pensar, "que primos", pero nos escucha mucha gente que no conocemos. Se tiene que salir del dogmatismo de los números, es peligroso y pegadizo.

 

Imagen principal, los Power Burkas, de izquierda a derecha, Claudi Dosta, Marcel Pujols, Aleix Marbán y Martí Ferrer / Íngrid Ferrer (cedida)