Si a estas alturas no conoces a Olivia Rodrigo... Es normal.

Sobre todo si no tienes de 18 años para abajo.

Olivia Rodrigo ha sido la auténtica artista del verano. Como mínimo para la Generación Z. Y más después de la evolución, madurez en el trasfondo y en las músicas, de Billie Eilish en Happier than ever (2021). Aunque si no la conoces, quizás no tienes tanta excusa...

Carnet de conducir

Sus cifras dicen que su impacto va más allá de los jóvenes: "drivers license", una balada con final casi gospel, tiene 270 millones de reproducciones en Spotify. Tanta es su relevancia después de SOUR (2021), su álbum debut, que Joe Biden la contactó para que lo ayudara en la campaña de vacunación contra el coronavirus de los teens holgazanes (o de familias negacionistas). Ser el centro de atención también tiene sus contras: la californiana ha recibido acusaciones de plagio de medio planeta pop.

Sea como sea, la escalada de Olivia Rodrigo ha sido fulgurante. Publicó el primer adelanto en enero de 2021 y cuatro meses después Time ya la consideraba la next big thing. Cuando sacó "traitor", también parte de SOUR, Billboard ya dijo que lo rompería en la próxima la edición de los Grammy… ¡La de 2022! Aunque el disco tiene altibajos, tiene singles totales y una identidad poderosa, un contra-relato impropio de un proyecto colgando de Disney.

Agridulce

La joven, nacida el año 2003, entró en Disney Channel con 13 años. En la sitcom Bizaardvark. Estuvo hasta los 19, cuando fichó por High School Musical: El Musical: La Serie. Se desvinculó y... Plot twist (ironía): carrera musical al canto. Pero nada tiene que ver su corta trayectoria con la de otras exfiguras Disney.

Olivia Rodrigo, como buena hija de su generación, arrastra influencia masiva en las redes sociales. Y ha formado de sus estímulos generacionales, próximos a los feminismos, la importancia de los cuidados, la gestión emocional o la salud mental, parte de su discurso.

Así se expresaba la intérprete, sin encorsetamientos, sobre el caso Britney Spears a la revista GQ. Todo lo que le pasó a Britney es horrible y lo he seguido muy de cerca. Creo que la industria ha mejorado con respecto a no aprovecharse de las chicas jóvenes. Pero todavía existe, lo he visto. No al nivel de Britney, claro está. Pero he visto, por descontado, como se ponen por delante el dinero con respecto a salud mental. Tengo la suerte de estar bien rodeada".

Rodrigo es una artista Disney, o como se decía hasta ahora con un edadismo petulante y un aroma de sexismo, una niña Disney. Pero diferente: una niña Disney empoderada. Sus must salen reflejados en SOUR. Sin miedos. Quizás por este motivo ha calado con tanta velocidad entre los jóvenes, y entre los no tan jóvenes, como el citado presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

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Olivia Rodrigo, una niña Disney... emporedada

Títulos de crédito

Es innegable la capacidad de influencia de Rodrigo. Pero estar en el ojo del huracán tiene consecuencias. Desde buen inicio, las acusaciones de plagio han ido de la mano de la californiana. Unos días atrás, Hayley Williams y Josh Farro, autores de la mayoría de canciones de Paramore, aparecían de repente en los créditos de "good 4 U", pilar fundamental de SOUR: 830 millones de reproducciones. La semejanza con "Misery Business" –destino juguetón con el nombre del tema– es palpable.

No era la primera vez que Olivia Rodrigo y Dan Nigro, su mano derecha en la producción, se veían vertidos a admitir inspiración de otros. En un caso anterior, los créditos se ampliaron a Taylor Swift, que tiene su propia disputa con la industria, que es un referente máximo de la californiana y con quien tiene buen rollo: "Digo que es mi bebé. Estoy muy orgullosa", escribía Swift a Rodrigo en el muro de Instagram de la segunda.

Pero la polémica estaba servida en redes. Hasta al punto que artistas como Adam Levine (Maroon 5), queriéndose asegurar quizás un featuring futuro, salieron al paso para dar apoyo a Rodrigo. Cosas que pasan, decía él. Seguramente con conocimiento de causa.

Copiar de los mejores

No parece que a Rodrigo la haya alarmado en exceso la situación. Incluso en eso ha hecho las cosas diferentes. Es un nuevo tipo de artista pop: sin muchos aspavientos ni batallas legales, reconocimiento en forma de créditos, fifty-fifty de pasta (dos millones de dólares en total) y ya.

Porque "deja vu" y "Cruel Summer" son hermanas gemelas. Sí, y qué. El pop va lleno de este tipo de jugadas: el pop son cuatro acodes mal contados, como explicaba perfectamente el youtuber especializado en análisis musical, Adam Neely. También hacía referencia Lluís Gavaldà, frontman de Els Pets, en MondoSonoro: "Da igual si es genuino o copiado. Lo más importante es copiar de los mejores". Y reconocerlo, como ha hecho Rodrigo.