Cuando se han cumplido cuarenta años de la muerte de Mercè Rodoreda, el ritmo de publicación de estudios sobre su figura parece que, lejos de aminorar, repunta. El año pasado ya apareció el notable Retrat de Mercè Rodoreda de Mercè Ibarz. Y este año, ha sido el turno de hasta tres volúmenes más. Destacan Ells no saben res (Club Editor), que reúne las cartas de la escritora a Carles Riba en los años más complicados del exilio francés, y Al mig de la vida, jo (Bruguera), un retrato de Rodoreda trabara de las cartas y entrevistas de la autora, escrito por la crítica Marina Porras e ilustrado por Elisa Munsó.

Se suman a otros como Anys de barbàrie (Edicions 62), de la investigadora Carme Arnau y las publicaciones que se encuentran en proceso y verán la luz próximamente. Entre estas últimas, la biografía de Carme Manrubia – con quién Rodoreda compartió los últimos años de vida en Romanyà de la Selva – que preparan a la exconsellera Mariàngela Vilallonga y Juan Manuel de Prada, o una nueva reedición de Jardí vora del mar con uno posfacio de Toni Sala, que Club Editor publicará el próximo junio. Son pruebas del magnetismo imperecedero no solo de la literatura de la escritora, sino también de las aristas de una vida y trayectoria con rincones y detalles todavía para explorar.

Un "prodigio" delante de la nariz

"Rodoreda provoca una fascinación en los lectores que no la provoca ningún otro escritor", asevera Marina Porras, que destaca la capacidad de la autora por "retratar un mundo que no es el nuestro y que el lector se sienta reconocido o encuentre alguna cosa a la que se pueda enganchar". Coincide con esta lectura Maria Bohigas, editora de Club Editor, que señala que la autora "no deja de ser un prodigio artístico" y que "es sin ningún tipo de duda una de las grandes", también más allá de las fronteras de la literatura catalana.

Rodoreda provoca una fascinación en los lectores que no la provoca ningún otro escritor

No es difícil de entender, pues, que Rodoreda se haya convertido en la escritora del país más estudiada del siglo XX. Creadora de una obra con "tantas facetas como sensibilidades muy diferentes se reconocen y se reencuentran", incluso ha conseguido sobrevivir al hecho de haber sido durante muchos años lectura obligatoria, sin perder interés en el intento. Pero la etiqueta de autora que concentra el foco académico suscita la pregunta de qué queda por reinterpretar.

No es difícil de entender que Rodoreda se haya convertido en la escritora del país más estudiada del siglo XX

"Como historiadores podemos enriquecer con detalles", afirma Porras en respuesta al interrogante. A pesar de creer que hay poco margen para el descubrimiento propiamente dicho, defiende que Rodoreda "es un personaje tan interesante como escritora y persona que siempre se pueden ir dando nuevas interpretaciones", también para superar la imagen tópica e icónica que a veces la ha rodeado. Para Bohigas, sobre todo, se trata de "el arte de descubrir lo que tienes delante de la nariz", en un personaje que, por el hecho de vivir más años en el extranjero que en Catalunya, provocó que, cuando se convirtió en figura pública, "cada uno pudiera proyectar una poco lo que quisiera".

Merce Rodoreda joven/Archivo Mercè Rodoreda de l'lEC
Mercè Rodoreda, la escritora catalana más estudiada del siglo XX / Foto: Archivo Mercè Rodoreda del lEC

La "zona gris" del exilio francés

Son precisamente los años en el extranjero los que protagonizan Ells no saben res, que publicó Club Editor el pasado mes de marzo. En concreto, el libro trata el periodo entre 1941 y 1942, seguramente uno de los más complicados de su exilio. Rodoreda vive en Burdeos bajo la ocupación nazi, y el también escritor Armand Obiols, su pareja, es reclutado forzosamente, como muchos otros republicanos exiliados, para trabajar contribuyendo al esfuerzo de la guerra. La incertidumbre, los peligros a los cuales se exponían los exiliados y el sufrimiento por el destino de Obiols, impregnan las cartas que la autora envía a Carles Riba, misivas de alguien que pide ayuda, a veces desesperadamente, y sin avergonzarse.

Ells no saben res no solo pretende poner luz sobre la autora de La plaça del Diamant, sino sobre todo sobre la figura de Obiols

En el volumen, las acompañan tres cuentos de Rodoreda, con historias de hombres perseguidos por la guerra y el estudio sobre Otto Warncke, personaje clave para la pareja durante este periodo. Y es que Ells no saben res no solo pretende poner luz sobre la autora de La plaça del Diamant, sino sobre todo sobre la figura de Obiols, seudónimo de Joan Prat (1904-1971), y su papel dentro de la organización Todt, dedicada a construir las infraestructuras de guerra nazis en la Francia ocupada.

Otto, personatge no identificat, escrito a ocho manos por los historiadores Enric Gil Meseguer, Antonio Muñoz Sánchez, Agustín Castellano Bueno y Heike M. Martínez Figueirido, pone el foco en este ciudadano alemán, que fue un personaje clave para miles de republicanos españoles exiliados en Francia y forzados a trabajar en el país galo. Y también sobre "qué vio y qué hizo" Obiols como administrador del campo alemán de Lindemann a partir de 1943, una cuestión que Bohigas afirma que les preocupaba desde la reedición, en el 2017, de La mort i la primavera.

Son situaciones en que según la decisión que tomes todo puede ser irreversible; todo puede ser muy inclemente

El volumen explora la condición de los "hombres de la zona gris", que ha hecho bailar la categoría de 'colaboracionista', aplicada a Obiols, en algunos de los artículos que se han escrito sobre el tema. Una categoría, sin embargo, que, desde Club Editor, no dudan a señalar como "errónea" y "maniquea". También se aparta del término el estudio sobre Otto Warncke: aunque los historiadores admiten que, con el trabajo de Obiols bajo la organización Todt construyendo las bases para los submarinos nazis, las bajas aliadas aumentarían en caso de ataque, se remiten a la falta de opciones de los republicanos exiliados en la Francia ocupada. "Son situaciones en que según la decisión que tomes todo puede ser irreversible; todo puede ser muy inclemente", afirma Bohigas.

En medio de la vida, la guerra

No es para nada sorprendente, sin embargo, el interés por los años en Bordeus de Rodoreda. La marcha forzosa de Catalunya es fundamental para explicar tanto su trayectoria personal como su obra. "La guerra y el exilio hacen un corte insalvable", explica Marina Porras, que afirma que marcan dos épocas para el país y para ella misma. "Hay un momento que ella se da cuenta de que el mundo de su juventud ya no existe", asegura la crítica y profesora de literatura catalana a la UPF, y este será un hecho clave que la conducirá hacia una nueva y exacerbada vocación de escritora. Hay que recordar que las novelas célebres de la autora, las escribirá a partir de la década de los sesenta, con la excepción de Aloma (1936).

Hay un momento que ella se da cuenta de que el mundo de su juventud ya no existe

Porras también recuerda que, paradójicamente, "la visión que tenemos del total de la Rodoreda como persona pública es una cosa muy pensada por ella cuando ya era autora reconocida". Al mig de la vida, yo explica muy bien cómo la máscara de misterio que la autora exhibía a raíz de su retorno a Catalunya, a principios de los setenta, tiene poco que ver con la joven periodista y novelista, un poco frívola, empeñada en hacerse notar en los círculos literarios de la Barcelona de los años veinte.

La visión que tenemos del total de la Rodoreda como persona pública es una cosa muy pensada por ella cuando ya era autora reconocida

Este "retrato, más que no biografía al uso", como lo describe Porras, repasa también estos años con el foco puesto en la misma voz de Rodoreda, a través de sus cartas y de las entrevistas que dio a lo largo de los años. El libro está lleno de citas desgarradoras y en ocasiones memorables, que construyen un retrato completo y vivo, que tiene la virtud de desafiar la imagen señorial y azucarada que a veces la ha acompañado. "Quizás acabaremos con un duelo en la americana persiguiéndonos por un bosque con un revólver en la mano" escribe, por ejemplo, de su relación con Obiols.

Merced Rodoreda Wikimedia Commons
Mercè Rodoreda, una escritora brillante como el mejor Barça / Foto: Wikimedia Commons

La Rodoreda es como el Barça

Otro de los temas que rodea la autora de Mirall trencat es su conexión con las generaciones jóvenes y su éxito en las redes, difícilmente comparable con ningún otro autor histórico catalán. Como muestra, la cuenta de Twitter @RodoredaMerce, operada por la exconsellera de Cultura Mariàngela Vilallonga, que acumula más de 36.000, seguidores. "Es una escritora que salta de generación en generación", afirma Porras, que relaciona la popularidad perenne de la autora con el hecho de que se haya convertido en un icono. "Como ha alcanzado este nivel, todo el mundo tiene la sensación que tiene que tener una opinión sobre ella", afirma.

Es una escritora que salta de generación en generación

Hay cierto consenso en el mundo literario que la reedición de La mort i la primavera, el año 2017, permitió que una generación de lectores jóvenes accediera a una Rodoreda diferente de la que habían conocido como lectura obligatoria. Pero Bohigas también relaciona el éxito de la autora entre las generaciones jóvenes con el contexto político en Catalunya: "A partir del 2010, han pasado cosas que tienen que ver con una generación de lectores jóvenes que tienen curiosidad por su tradición literaria", explica, "eso es un fenómeno que no existía por ejemplo durante los noventa". La editora apunta que este hecho tiene que ver con la "brega política" en Catalunya que se ha producido en la última década y que ha hecho buscar referentes culturales propios para identificarse y reivindicar. "La Rodoreda es como el Barça cuando el Barça era absolutamente brillante", afirma.

A partir del 2010, han pasado cosas que tienen que ver con una generación de lectores jóvenes que tienen curiosidad por su tradición literaria

En cualquier caso, los nuevos títulos sobre la autora proponen caminos para adentrarse a una escritora con una obra y personalidad tan magnéticas que quedarse con la imagen icónica que se ha construido encima parece poco menos que una ofensa. Y que testimonian la trayectoria de una de alguien que, como decía en una carta a Joan Sales a finales de los setenta, "sin ser aventurera, he vivido como se tiene que vivir: peligrosamente".