Leer, o mejor dicho, comprar libros, tiene un coste. Fumar, o sea, comprar tabaco, también. ¿Pero que puede ser más caro, leer o fumar? La pregunta parece pertinente hoy en día, ahora que un 'best seller' tiene un coste en torno a los 30 euros, un paquete de tabaco ronda los 5 y buena parte de la ciudadanía hace números para poder llegar a final de mes.

En todo caso, sin embargo, no es ninguna novedad que haya quien hace cuentas para averiguar cuál es la mejor elección -desde el punto de vista económico- entre el tabaco y la lectura. De hecho, George Orwell ya lo hizo en la Inglaterra post Segunda Guerra Mundial. Este es el leitmotiv de la recopilación de artículos Llibres ocigarrets, (Viena Edicions), que compila ocho textos periodísticos publicados mayoritariamente el año 1946, es decir, previos a la redacción de su obra primordial, Mil novecientos ochenta y cuatro.

El libro se abre precisamente con la pieza que titula la obra, en la cual Orwell parte de una anécdota vivida con obreros de una fábrica, los cuales rechazan la compra de libros por demasiado caros y lo compara con el gasto en cigarrillos. A lo largo de la exposición, el autor calcula el coste aproximado de su biblioteca para concluir que su economía personal sostiene un gasto de 25 libras el año en libros y... 40 libras anuales en tabaco. La conclusión, evidente, es que fumar es más caro que leer y por lo tanto, no tendría que ser excusa el precio de los libros para no comprarlos. Eso sí, el mismo Orwell admite que "leer es un pasatiempo menos emocionante que ir al canódromo, al cine o al pub".

Un 'lletraferit' irónico

Asimismo, el libro continúa con otros artículos en que el autor da su punto de vista, siempre con un punto de ironía, sobre los oficios que desarrollaba en la época, como a Records d'un llibreter, donde retrata los vicios de sus clientes, desde pedir "libros para inválidos" hasta pontificar que "en una ciudad como Londres, siempre hay por la calle una gran cantidad de lunáticos no lo bastante graves para ser internados que tienden a gravitar hacia las librerías, porque una librería es uno de los pocos lugares donde puedes pasar el rato que quieras sin gastar nada".

Otros textos son Confessions d'un crític literari, donde hace el retrato robot de ese oficio: "Es un hombre de treinta y cinco años, pero parece que tenga cincuenta. Es calvo, tiene venas varicosas y lleva gafas, o las llevaría si supiera dónde las tiene", o Per què escric, donde explica las cuatro motivaciones que lo llevan a dedicarse a la literatura: "Puro egoísmo"; "entusiasmo estético"; "impulso histórico" y "propósito político".

Completan la obra los textos La destrucció de la literatura; El meu país a dreta i esquerra; Com moren els pobres; y Quin temps de joia, aquells!.

Y en todo caso, volviendo a la dicotomía principal entre fumar y leer, vale la pena recordar que el Llibres o cigarrets de Orwell cuesta en torno a los 15 euros -tres paquetes de tabaco-, y lo que es notorio es que mientras que los cigarrillos llegan envueltos de un mensaje bastante claro: '¡Fumar mata!', en los libros, si es que nunca hay que poner una advertencia, quizás esta deberá que decir '¡Leer hace pensar!'