Nueva York en la década de los 70 era una ciudad fascinante. Me corrijo: Nueva York siempre ha sido una ciudad fascinante, pero en aquella época era una metrópolis de contrastes excitantes, dura como el asfalto, caliente como el humo que se evaporaba de las alcantariullas de sus esquinas. Una urbe modelada por los rascacielos de Manhattan y los solares en llamas del Bronx, discotecas y narcopisos. Un zoológico humano habitado por todo tipo de atractivas criaturas: proxenetas, brókers, punks, modelos, yonquis, psicópatas, artistas, graffiteros, prostitutas, mafiosos, políticos sobornados, ladrones, policías corruptos... Y entre medio de todos ellos, personajes por encima del bien y del mal que se acabarían convirtiendo en leyendas. Como Andy Warhol. O como Roy Halston Frowick, diseñador de moda que ha inspirado la nueva creación de Netflix. Una miniserie de cinco capítulos, ya disponibles en la plataforma, creada por el rey Midas catódico Ryan Murphy y protagonizada por Ewan McGregor.

Halston y las 'Halstonettes'

Halston nació el 23 de abril de 1932 en Des Moines, la capital de Iowa, o lo que es lo mismo, en medio de la nada de Estados Unidos. Su padre era inventor. Su madre era modista. Él heredó la pulsión de ella por el hilo y la aguja.

Apasionado por el mundo de la moda, empezó su trayectoria en el universo de las tendencias diseñando sombreros de mujer. Boulevard Salon fue su primera tienda. La abrió en 1957 en la Avenida Michigan de Chicago. Aquel mismo año se estableció en Nueva York. Su carrera eclosionó definitivamente cuando el año 1961, Jacqueline Kennedy vistió un pillbox, el modelo estrella de su colección, en el acto oficial de presentación como presidente de su marido John Fitzgerald Kennedy. Fue el trampolín para dar el salto al diseño de vestidos para mujeres.

Andy Warhol dijo de Halston que sus desfiles eran la verdadera expresión del arte de los años setenta. No era una de aquellas afirmaciones hiperbólicas destinadas a llenar titulares que tanto gustaban al padre del pop art. Los diseños surgidos de los patrones de Halston, sensuales líneas llenas de color, marcaron las tendencias de la moda femenina durante aquella década y la siguiente, los ochenta. Todas las grandes divas del momento: Elizabeth Taylor, Babe Paley, Silvana Mangano, Lauren Bacall, Martha Graham, Bianca Jagger o Liza Minnelli vestían de Halston. Se las conocía como 'Halstonettes' y siempre, siempre, siempre, llevaban sus modelos, ya estuviera en un acto en el MoMa o en una noche de fiesta en la mítica discoteca Studio 54.

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Ewan McGregor es el protagonista de Halston, la nueva serie de Netflix

Llegar arriba para caer

Gafas de sol, jersey negro de cuello alto, pantalones negros y cigarrillo en la boca fue la perenne imagen de un Halston que, perfecta plasmación del sueño americano, llegó a lo más alto (un lujoso apartamento en el piso 21 de la torre Olympic de Manhattan) proviniendo de lo más bajo. Hace dos años, el cineasta Frédéric Tcheng, estrenaba el documental Halston. El filme recuperaba una entrevista en la que el diseñador reconocía que "me hice famoso muy rápidamente". Halston cayó todavía más rápido.

El año 1984, después de varias aventuras que acabaron en desastre, los propietarios de la firma que llevaba su nombre, lo hecharon de la compañía. Aquello aceleró su retirada. Peor todavía, el año 1988 fue diagnosticado de SIDA. Vivio sus últimos años con su familia en California. Halston murió el 26 de marzo de 1990 en San Francisco. Tres décadas después, Netflix, de la mano Ryan Murphy y con Ewan McGregor de protagonista (y con la familia de Halston criticando la producción) lleva a su plataforma la vida de patrones perfectos y excesos de todo tipo de una de las figuras más fundamentales de la historia de la moda.