La Virreina, Centre de la Imatge, en su línea de recuperar reportajes clave de la historia de la fotografía mediante exposiciones, presenta Fotografías de "Gente del siglo XX", el proyecto clave del alemán August Sander (1876-1964), que nunca se había expuesto en España. Se trata de un gran fresco, compuesto por imágenes, con el que su autor quería realizar una demostración de lo que era el mundo durante la primera mitad del siglo XX mediante retratos. Un intento de mostrar los cambios históricos y culturales que experimentaba el mundo de su autor. Se complementa con una pocas fotos de otra serie de Sander: "Estudios. El ser humano", dedicado a gesticulaciones. La exposición se podrá ver hasta el 23 de junio.

Por encargo

Lo más curioso de todo es que la mayor parte de los retratos de esta exposición, que se han convertido en todo un mito en el mundo de la historia de la fotografía, fueron hechos por encargo, como explica Gabriele Conrath-Scholl, directora de la Die Photopraphische Sammlung/SK Stiftunf Kultur de Colonia, la institución que custodiaba el legado de Sander. En realidad, Sander empezó a dedicarse al arte haciendo fotografías a granjeros y a campesinos, en su pueblo. Tres cuartas partes de las imágenes de Gente del siglo XX fueron realizadas a petición de los propios interesados (aunque otras fueron pensadas por Sander como complemento de las fotos disponibles). Las fotos que se exponen a la Virreina se realizaron entre 1892 y 1954. En ellas Sander muestra una vocación casi entomológica. Muestra a los personajes tal como ellos se quieren representar, de forma desapasionada. Y les intenta categorizar, presentándolos sin nombre, tan sólo clasificándolos por profesiones, o por situaciones sociales: "El sabio", "El campesino", "El aprendiz de carnicero"... La variedad es extraordinaria: desde "El hipnotista" hasta "El notario". Generalmente son personajes solos, pero a veces se presentan en familia. Y no falta un autorretrato. Clasificado, sencillamente, como "el fotógrafo".

Julius Sander Virreina Efe

El estilo Sander

Sander fotografiaba a todo el mundo, con la intención de que sus fotos no favorecieran ni perjudicaran a nadie. Quería hacer gala de imparcialidad, de distanciamiento hacia el objeto. Lo hacía por influencia de algunos pintores marxistas que, en la época, defendían el rechazo a la emotividad. Quizás es por eso que Sander disfrutó del aprecio de sus clientes, muy distintos entre ellos. Por el contrario, algunos críticos consideraban que su fotografía no era lo bastante artística, sino meramente documental. Pero Sander aseguraba que los rostros reflejan el recorrido biográfico y vital de una persona, y que por lo tanto, estos eran el reflejo de las condiciones sociales. Había bastante con captarlos tal como eran para ver todo el trasfondo social. Nunca consideró que documentar simplemente la realidad fuera algo menor.

Un cuarto de siglo de trabajo

Sander empezó a hacer de retratista cuando era muy joven. Pero muy pronto se volvió un fotógrafo peculiar. Tuvo fecundos contactos con intelectuales de izquierdas, y quizás de aquí sacó una forma muy especial de retratar. Mientras otros fotógrafos citaban a la gente en su estudio y la retrataban sobre fondos prefabricados, Sander prefería ir a la calle, para fotografiar a la gente en sus casas y en sus trabajos (en el campo, en la fábrica, en la oficina...), dando una visión mucho más social del individuo. Hacia 1925 empezó a planear el proyecto Gente del siglo XX (en realidad, una exposición de 1929, Fotografía del presente, ya hacía preludiar lo que sería su gran proyecto de vida). Pero con el nazismo tuvo que interrumpir este proyecto como tal, aunque fotografió a nazis, desde miembros de las Juventudes Hitlerianas hasta jefes de las SS. Durante la Segunda Guerra Mundial, además, se perdió parte del archivo de Sander, con el bombardeo de Colonia, pero con lo que salvó continuó con su proyecto, que sólo pudo hacer realidad en los años 1950.

El horror

El proyecto, durante las primeras décadas de siglo, tuvo un carácter más documental, más frío, pero con el nazismo adquirió un tono más trágico. Junto a campesinos, notarios, burgueses y artistas de circo, entre los retratos figuran algunos como "Víctima de persecución" o "Preso político". La dimensión trágica estalla cuando se sabe que uno de estos "presos políticos" retratados no saldría nunca de su reclusión; las malas condiciones de vida en el presidio lo llevaron a la muerte. Y no era otro que Erich Sander, un hijo del fotógrafo que se había sumado a la resistencia contra Hitler y que había sido condenado a 10 años de reclusión. En realidad, las fotos de presos políticos que figuran a la exposición fueron hechas, en la prisión, por Erich Sander, que trabajaba como fotógrafo para los servicios penitenciarios. Gente del siglo XX es un relato de la convulsa europea de este periodo, pero, también, una trágica historia de la misma vida de August Sander.

Con respecto a Sander

La exposición de la Virreina se organiza en 7 capítulos y en 45 carpetas, tal como la diseñó el propio Sander, y agrupa un total de 619 fotografías. Unas fotografías que reflejan la diversidad de la sociedad alemana, incluso con una fuerte representatividades por géneros. Gente del siglo XX quizás no es la gran crónica del siglo XX que pretendía su autor, pero sin duda es una impresionante muestra del valor social que tiene el retrato (y que demasiado frecuentemente se olvida). Paralelamente a la exposición sobre August Sander, la Virreina presenta Womankind, una muestra de las producciones de María María Acha Kutscher (Lima, 1968) con la que se investiga la creación de la imagen femenina mediante la fotografía a través de una instalación, 365 Days, y varios collages fotográficos.