El escultor y arquitecto Francesc Fajula de Sant Joan de les Abadesses (Ripollès) está acabando un conjunto escultórico de más de 12 toneladas que le ha encargado el Patronato de la Sagrada Familia. Son cuatro esculturas de piedra de unos 3 metros de alto que representan el momento en que las tres Marías visitan el sepulcro de Jesús y un ángel les anuncia que está vacío porque ha resucitado. Buena parte del trabajo se ha hecho en su taller del Ripollès pero actualmente ya está finalizando la obra desde el espacio de picapedreros del templo barcelonés. Se trata de un "conjunto escultórico fundamental" para la fachada de la Pasión que conectará con el gran rosetón elíptico del artista Joan Vila-Grau que representa la resurrección. Está previsto que las esculturas se instalen a partir de marzo.

El Sepulcro Vacío

El conjunto escultórico de Fajula se llama El Sepulcro Vacío. En el centro de la escena, está la cueva del sepulcro (que no se ve) y al lado derecho, el Ángel encima de la piedra redonda que tapaba la entrada. Además, sitúa a Maria Magdalena en el lado izquierdo y en un primer plano, y más hacia atrás, las otras dos Marías (que conforman una sola pieza) con los tarros de ungüento en sus manos.

Desde el Ripollès

En una entrevista a ACN desde el taller de Sant Joan de les Abadesses, Fajula explica que esta es una escena que enseguida le atrajo por los contrastes que presenta. Por una parte, porque todo gira en torno a una ausencia (Jesús resucitado), y de la otra, porque cuenta como telón de fondo el gran rosetón elíptico del artista Joan Vila-Grau con que representa la resurrección. Sobre este último elemento, el artista detalla que vio claro que el espacio central de su escultura tenía que quedar libre para mostrar el rosetón de detrás "sin interferencias" y que debía situar las esculturas a ambos lados.

Vida y muerte

A otro nivel, Fajula también ha jugado con la dualidad entre oscuridad y luz. Así, la cueva se representa como un elemento oscuro, ligado a la muerte, que contrasta con la luz y la vida representados por el ángel y el rosetón. Y justo en medio de la escena, un elemento clave: la mortaja de Jesucristo que cuelga verticalmente de la cueva, situada justo en el punto medio de la fachada. Con respecto a los materiales, las mujeres están hechas con piedra de Floresta (Lleida), mientras que el ángel y la mortaja, de travertino, de tonos más claros. El conjunto escultórico queda escondido parcialmente por las columnas del cimacio, de manera que el visitante lo apreciará moviéndose por la acera. El hecho de que sea un conjunto para ver desde la distancia ha hecho que el escultor haya puesto énfasis en los "contornos y relieves" de las figuras.

Una decena de maquetas

Fajula empezó a idear la puesta en escena del sepulcro vacío en 2014 con maquetas en barro y plastilina a pequeña escala. Durante el proceso creativo, se produjeron algunos cambios sustanciales, como que el sepulcro pasara de estar a la vista para finalmente quedar escondido en la cueva o también que el ángel perdiera las alas ajustándose a la representación que Gaudí hace de este personaje bíblico. En total, el artista elaboró nueve maquetas a diferentes escalas antes de realizar la definitiva, hecha con yeso.

Tallada por un robot

Para la elaboración de estas grandes esculturas, Fajula se ha ayudado de las nuevas tecnologías. El último modelo de yeso, a escala 1/3, es el que se ha escaneado en 3D y después se ha cortado a tamaño real en piedra con maquinaria robótica de una empresa de Tarragona. De esta manera, el escultor acaba de perfilar la piedra manualmente y se puede centrar en las texturas y los detalles. "Sin esta técnica de escaneo habría tardado muchos más meses; la tecnología es extraordinaria porque te libera del esfuerzo físico y te permite tener más tiempo para pensar", añade Fajula. Actualmente ya ha terminado tres cuartas partes del trabajo, y ya tiene prácticamente terminadas las dos mujeres y el ángel. En las últimas semanas se ha centrado en Magdalena, que todavía no está acabada.

El cuarto encargo de la Sagrada Familia

No es la primera vez que Francesc Fajula da forma a un encargo de la Sagrada Familia. El primero fue el Cristo que preside el altar mayor del presbiterio (2010), y a continuación una gran escultura de Santa Escolástica en el ábside (2013) y cuatro relieves circulares de temas eucarísticos que coronan la cúpula de la sacristía de poniente. Esta vez, no obstante, es la mayor obra que realiza para el templo. Los personajes hacen unos 3 metros de alto y en su conjunto superan las 12 toneladas de peso. Sólo el brazo del ángel hace más de 1,6 metros aproximadamente.

Trabajo artístico en un proyecto colectivo

Para Fajula, trabajar para este templo tan emblemático es una "responsabilidad" pero no lo vive como una "carga pesada". Para este arquitecto y escultor, una de las cosas más positivas de la experiencia de trabajar en la Sagrada Familia es que ha aprendido a relacionarse y trabajar con mucha más gente. Y subraya que lo que hace no es una obra estrictamente suya, sino que forma parte del trabajo colectivo de todas aquellas personas que durante años han contribuido a hacer realidad una "idea genial" como la que tuvo Antoni Gaudí. Una obra, por otra parte, que ha seguido de cerca. Recuerda que desde que fue a Barcelona a estudiar en los años 60 "no pasaba un mes que no sacara la cabeza" para ver cómo evolucionaban las obras. Ya entonces le atraía la "originalidad" de aquel proyecto.

 

Foto de portada: Francesc Fajula con unas imágenes a medida reducida del Sepulcro Vacío.