Las dos tienen 14 años y hacen 3.º de ESO. Las dos tuvieron que superar un montón de pruebas delante de la cámara antes de ser escogidas para participar en su primera película. Las dos han vivido un feliz debut cinematográfico, con dos de los mejores filmes de 2022. Y las dos están nominadas a Gaudí a Mejor interpretación revelación, una de las tres nuevas categorías (las otras dos son Mejor dirección novel y Mejor guion adaptado) que la Acadèmia del Cinema Català propone este año para sus galardones, que se entregarán este domingo día 22.

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Carla

Carla Quílez (Barcelona, 2008) y Xènia Roset (Lleida, 2008) no se conocían antes de la videollamada a tres sugerida por Revers (unos días después ya se encontrarían físicamente a la reunión de nominados organizada por la Acadèmia). Una conversación ligera y simpática con que tratamos de entender cómo vive una adolescente todo lo que ellas están experimentando desde que La Maternal y Alcarràs empezaron las suyas respectivas, y muy exitosas, carreras por certámenes de clase A y salas de cine.

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Carla Quílez y Xènia Roset han debutado en el cine con Alcarràs y La Maternal / Foto: Malena Sueiro / White Horse

La segunda película de Pilar Palomero se presentó entre ovaciones al Festival de San Sebastián, y su extraordinaria protagonista, Carla, levantó la Concjaa de Plata a Mejor interpretación (exaequo con el francés Paul Kircher por Le lycéen), convirtiéndose en la actriz más joven en conseguirlo a lo largo historia del certamen donostiarra. Quílez dedicó el galardón a "las mujeres guerreras y luchadoras", como los personajes que explican sus experiencias como madres adolescentes en la emocionante La Maternal, una historia donde la ficción se mezcla con las vivencias reales de algunas de sus actrices.

El premio en San Sebastián fue increíble, después de ganarlo, todas las entrevistas, todos los mensajes que recibí, fue impresionante

"El premio en San Sebastián fue increíble, después de ganarlo, todas las entrevistas, todos los mensajes que recibí, fue impresionante. Yo pensaba que si ganábamos alguna cosa sería por la película, yo me descartaba. Tengo 14 años, y no está muy bien visto que una niña de mi edad gane un premio tan importante como este. Ya había vuelto a casa y me llamó Pilar Palomero para decirme que teníamos que volver para recoger el premio. Yo salía del instituto y no me lo podía creer, me eché a llorar como una loca, fue muy heavy", recuerda.

La Xènia

Xènia Roset, por su parte, es uno de los luminosos hallazgos del larguísimo proceso de casting que hizo Carla Simón antes de rodar Alcarràs. La joven actriz debutante interpreta a Mariona, la hija mediana de los Solé y uno de los principales motores de una trama que ha enamorado a todo el mundo, y que consiguió el Oso de Oro en el Festival de Berlín, un hito histórico para el cine catalán. Ahora, el filme continúa la carrera de galardones de este año, siendo una de las claras favoritas a los Goya, a los Feroz y a unos premios Gaudí que le han dado toda una alegría a Xènia: "Es una cosa que no me podía esperar de ninguna manera. Recuerdo salir del instituto y empezar a recibir mensajes. Y yo en plan, '¿pero esto qué es?' Después mi madre me lo explicó, y me emocioné mucho. Estar nominada al Gaudí a mi edad... ¡es bastante impresionante! Carla es la protagonista de La Maternal, pero Alcarràs es mucho más coral, no hay un protagonista clara. Y estoy contentísima, llegar aquí ya es un premio muy grande, pase lo que pase".

Ganar premios o no ganarlos no importa, porque nos llevamos una experiencia impresionante

La charla a tres bandas nos permite pensar que las dos, Carla y Xènia, están viviendo esta aventura con naturalidad, y, aunque confiesan los inevitables nervios por la experiencia, uno diría que están muy bien acompañadas en esta aventura por sus familias y por los propios equipos de sus respectivos largometrajes. "Ganar premios o no ganarlos no importa, porque nos llevamos una experiencia impresionante, y se ha formado una familia muy guapa con Pilar Palomero y con el equipo. Este es el mejor premio. Y si viene alguno más, que venga," añade Quílez.

Una noche que yo ya estaba en la cama, entró mi madre llorando. Llevaba el teléfono en la mano, me lo pasó y me dijeron que me habían escogido para ser Mariona, y yo también me eché a llorar de la emoción

Los caminos

Conscientes del impacto que sus películas han tenido al panorama cultural de nuestro país, las dos nos explican los caminos que las llevaron hasta ponerse a las órdenes de Carla Simón y de Pilar Palomero, respectivamente. Xènia Roset hace teatro a su pueblo, en Torregrossa, desde hace unos cuantos años, y la madre de una amiga le explicó que se estaban organizando unas pruebas para rodar una película. Nos explica que su madre iba poniendo agua en el vino: "Me decía que no confiara mucho, que seguro que no me llamarían y que la cosa no llegaría a ningún lado", confesa. Mientras, ella, iba superando pruebas de casting, una detrás de la otra. Un proceso interrumpido por la covid, que detuvo un año el rodaje, con el peligro de que los cambios físicos propios de la adolescencia la pudieran descartar. "Una noche que yo ya estaba en la cama, entró mi madre llorando. Me asusté un poco, porque aquello no era normal. Llevaba el teléfono en la mano, me lo pasó y me dijeron que me habían escogido para ser Mariona, y yo también me eché a llorar de la emoción. Había dedicado muchas horas a los castings, y ha sido genial, desde pequeña tenía el sueño de hacer una película y lo he cumplido", explica.

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Carla Quílez y Xènia Roset están nominadas al Gaudí a Mejor interpretación revelación / Foto: Malena Sueiro / White Horse

Más curiosa fue la llegada de Carla Quílez a La Maternal: "Yo tengo una cuenta de Instagram desde los 13 años. Supervisada por mis padres, eh... Y allí cuelgo coreografías de danza urbana, hip hop... Llevo bailando desde los 6 años, era un poco mi vida. Colgaba estos bailes sin ninguna finalidad, y algunos se viralizaron mucho. Un día me escribió Irene Roqué (la responsable de casting del filme), diciéndome que me habían visto y que estaban interesadas en hacerme una prueba porque creían que podría ser candidata a protagonizar La Maternal. De entrada yo pensaba que aquello era mentira, porque no te puedes fiar de una cosa así. Con mi madre no teníamos claro que la cosa fuera de en serio. Pero sí, y hasta aquí hemos llegado", dice con una sonrisa en los labios.

Las escogidas

Una vez escogidas, las dos vivieron los procesos de construcción de personajes propuestos por Pilar Palomero y Carla Simón. Recuerda Quílez: "A partir de tener la protagonista, vino el resto. El casting con Ángela Cervantes (su madre en el film) y con Jordan Cornejo (Efraín, el padre de la criatura), y después fuimos una semana a Cardedeu, a una casa nosotros solos, con Rubén Martínez, que era el coach. Y allí construimos el pasado de los personajes, qué les pasa antes de empezar la película. Los conflictos madre-hija, la amistad con el chico... Construimos uno antes de lo que sucede en la película, y eso fue muy positivo".

Xènia Roset vivió una rutina similar: "Estuvimos cuatro meses trabajando en una casa en las afueras de Lleida. E íbamos yendo, un día toda la familia Solé, otro íbamos la madre y las niñas, dependía según el día. Y aquello servía para que unas personas que no nos conocíamos de nada fuéramos cogiendo confianza, y construyendo una familia de verdad. Fue muy bonito, todo este proceso de construcción de una relación nueva," explica mientras Carla Quílez la mira con atención.

Alcarràs

Todo eso sirvió para que las dos afirmen con contundencia que los vínculos conseguidos son, hoy por hoy, indestructibles. "Yo sigo hablando cada día con las chicas de la película, nos hemos hecho mejores amigas. Te pones a pensar y ves que, si no fuera por el rodaje, seguramente nunca las habría conocido. Y ahora son familia. Y no solo ellas, también mucha gente del equipo", razona Quílez. "Nosotros hablamos muchísimo, cada día hay algún mensaje en el grupo de wasapp de la familia Solé", responde Roset: "Y me gusta mucho, ves que no nos olvidamos los unos de los otros. Yo les tengo agregados en la agenda como 'madre' o 'padre'. Ya son como de la familia, me siento muy a gusto con ellos".

Otros gustos

No queremos dejar pasar la oportunidad para conocer un poco los gustos audiovisuales de nuestras protagonistas, y si habían visto o no las primeras películas de sus directoras. Después de coincidir en cómo Palomero y Simón las cuidaron durante todo el proceso de preparación, rodaje y promoción, nos responden. Dice Xènia Roset: "Cuando ya me habían escogido, vi Verano 1993, pero me dormí a media película", confesa, entre las carcajadas de las dos. "Es un cine que no estoy acostumbrada a ver. A mí me gustan las películas de princesas o del spider-man... Pero también te digo que no veo muchas películas, me canso, son muy largas, ni tampoco me gusta nada mirar la tele. Me aburro muy rápido. Eso sí, me gustaba muchísimo la serie Plats Bruts. Me la sé de memoria, incluso los diálogos".

La Maternal

Y añade Carla Quílez: "A mí me pasa como a Xènia, me aburro mucho. A veces veo alguna serie, porque quizás las tramas son más largas, pero los capítulos son más cortos y se me hacen menos pesados. La Casa de Papel me encanta. Ahora que me he metido en este mundo, sí he visto algunas películas como Cinco lobitos. Pero la cosa es que yo sigo los premios Goya desde pequeña, y cuando vi que Las niñas tenía tantos nominaciones, la vi y me gustó mucho. Claro, cuando nos escribieron para el casting de La Maternal e Irene Roqué me dijo que era la nueva película de Pilar Palomero... ¡no podía ser! ¡Fue un impacto!", dice entre risas.

Acabamos la conversación y Xènia interrumpe la despedida: "¿Puedo preguntarle una cosa a Carla?". Y le pide su perfil de Instagram, con ganas de seguirla y ver los bailes que Quílez continúa colgado a la red social. Carla hace lo mismo. Conectadas de manera virtual, las dos se irán encontrando hasta que, este domingo, compartirán la vivencia de ser nominadas a un premio Gaudí, y quizás, alguna de ellas lo gane. Felicidades y a disfrutar de la experiencia.