El 27 de mayo de 1977, un viernes, salía a la calle el primer número de la revista El Jueves. Ahora, 42 años después, la editorial RBA ha lanzado la Crónica sentimental de España, con la que se hace un repaso de la revista humorística más emblemática del Estado español. En esta obra se da un repaso a portadas, caricaturas y viñetas emblemáticas de esta revista. Y de esta forma este volumen se convierte en un repaso a la historia más reciente de España, pero no sólo desde el punto de vista de la política, sino también desde un punto de vista sociológico y cultural. Crónica sentimental de España nos hace revivir cuatro décadas de la sociedad española, y lo hace de la mano de los mejores analistas: Quim, Perich, Óscar, Fer, Forges, Gin, Ferreres, Kap, Tharrats, Guille... Unos hombres que con una sola viñeta a menudo son capaces de describir un cambio social, una crisis política, un acontecimiento cultural o una catástrofe. Y, además, de hacerlo con humor.
© Kim.
Hitos políticos de un tiempo
El repaso a las viñetas de El Jueves nos permite dar un repaso por los grandes hitos que han marcado la historia reciente de este país. A partir de la aprobación de la Constitución, se da un repaso a los temas esenciales de la política española: el 23-F, el Referéndum de la OTAN, la guerra sucia contra ETA, la gran huelga general de 1988 (donde incluso se paró la TV); la ley "de la patada en la puerta"; la crisis de la isla de Perejil con Marruecos; la entrada del euro; el aumento de la población inmigrada; la crisis... Y, una y otra vez, los problemas por el encaje de Catalunya en España. Pero a la vez que revive los grandes hitos políticos, nos obliga a repensar hechos del pasado que no han tenido más trascendencia y nos lleva a preguntarnos por los individuos que tuvieron un gran protagonismo político y que acabaron en una posición marginal: Jesús Gil, Ruiz-Mateos...
El mundo en viñetas
La Crónica sentimental también se recoge el pulso del mundo en las últimas décadas: recuerda el papel destacado que jugaron a algunos Papas; se fija en personajes criminales que no solían acaparar las primeras portadas de los diarios (como Bokassa o Teodoro Obiang); nos obliga a repensar personajes que fueron muy conocidos, como Gadafi, y que ya se han olvidado; nos hace recordar episodios que causaron graves crisis, como la de las "vacas locas"; nos hace repasar las grandes crisis mundiales, de la caída del muro de Berlin al drama del Mediterráneo.. Y no esquiva temas tan incómodos y difíciles como el terrorismo, ya sea vasco o islamista.
Más allá de la política
El destape marcó profundamente de la España del postfranquismo, aunque no se sabe a ciencia cierta si fue una liberación sexual o simplemente una válvula de escape para distraer las tensiones. Pero lo cierto es que El Jueves estuvo muy atento al fenómeno y a otros que la gente vivía con intensidad. ¿Cómo era el mundo sin el sida? La aparición de esta enfermedad cambió los comportamientos sexuales en todo el Planeta. En muchos libros de historia, ni lo mencionan, pero la Crónica sentimental de El Jueves no podía obviarlo... ¿Qué podríamos decir de la revolución de las comunicaciones que supuso la llegada del móvil? ¿O del papel de Google Street View gracias a sus coches cargados de cámaras? ¿O de la aparición de las videoconsolas en los domicilios? Muy pronto en El Jueves los dibujantes se dedicaron a explorar como podría ser el mundo con la difusión de estos revolucionarios aparatos y qué problemáticas podían llevar asociadas. En algunas cosas no se equivocaban. Como tampoco se equivocaban en ridiculizar el debate sobre el efecto 2000 en los ordenadores: algunos especialistas pronosticaron, prácticamente, el fin del mundo. Nada cambió. Y, en cambio, El Jueves dedicó incontables portadas a analizar el aumento de precios de los alquileres e hipotecas. Era uno de los graves problemas de la gente, y quisieron dejarlo claro. El tiempo les daría la razón.
No somos los mismos
Releer El Jueves con este libro nos permite darnos cuenta de cómo cambía la sociedad. Hoy en día es sorprendente que el divorcio pudiera despertar tantas polémicas en la España de la transición. También sorprende una práctica como las caravanas de mujeres que proliferaron por zonas rurales en los años 80 y que El Jueves diseccionó despiadadamente. Y hay acontecimientos que nos chocan, vistos desde ahora, como que hubiera una huelga de futbolistas.
© Toni Batllori.
Lo que parece que nunca cambia
Pero algunas de las problemáticas que El Jueves ha denunciado durante 40 años no han experimentado las mejoras que eran de esperar. El libro recuerda que un juzgado multó J.L. Martín por La Biblia contada a los pasotas. Fue condenado por "Befa y escarnio de distintos pasajes del Génesis". Parece que hoy en día eso tendría que ser absolutamente anacrónico, pero parece que este tipo de persecuciones judiciales vuelven a estar de actualidad (y el libro no hace menciones a la censura de la revista en los últimos tiempos, como la que se practicó desde la propiedad con la abdicación de Juan Carlos I). De la misma forma, durante décadas El Jueves ha denunciado la poca firmeza de la justicia hacia las agresiones sexuales: el caso de la Manada no fue una novedad.
© Kim.
Personajes que hicieron época
Los superhéroes nunca han dejado de estar de moda. Desde los primeros números de El Jueves este ya se hacía resonancia del éxito de algunos personajes de ficción (desde los de Star Wars a Mazinger Z). La parodia de estos personajes (y de otros como Superlópez, Spiderman o Torrente) son omnipresentes en las viñetas de la revista. En cambio los cocineros no han estado siempre de moda, y El Jueves empieza a hacerse resonancia de la moda "cocinitas" en los años 1990, con apariciones esporádicas de Carlos Arguiñano. El Jueves también nos permitió vivir la aparición en las revistas del corazón de Lady Di, su muerte, la veneración a su personaje y la posterior desaparición progresiva de las primeras páginas... Los emblemas de las revistas del corazón de la época ocupan un lugar destacado en la Crónica sentimental donde son duramente satirizados: desde Isabel Pantoja a Jesulín d'Ubrique, pasando, obviamente, por la reina Letizia.
© Ivanper.