Macaco debió ser un alumno notable. De los que necesitaban poco para impresionar al profe. De los que tampoco le daban cera suficiente para llegar a resultados exquisitos: se conformaba con ir tirando. Porque podía.
No tengo ni la más remota idea de cómo fue el catalán en un aula. Pero viendo su discografía, la analogía funciona sola. El artista ha ido aislando –con buen criterio– los dejes reggae, una forma de cantar característica para unos, una picadura de medusa para otros. También los mensajes a veces naíf, altermundistas y grandilocuentes.
Todo en parte
Más de la mitad de Vuélame el corazón, noveno disco del autor de Coincidir, bebe de ese Macaco filtrado, pasado por el chino. Con lo mejor de su sensibilidad y ganas de conectar, de cinturón a la extravagancia en melodías y bases, dígase Bicho del amor o Un recuerdo. Más de la mitad navega por lo mejor de Civilizado como los animales (2019), una versión de Daniel Carbonell sin bandana y con camiseta. Cuentacuentos de cincel y sin efectismos.
Hay otra parte del disco que vuelve a lo seriado y exagerado, un cuadro en el comedor de casa con niños de diferentes nacionalidades dándose la mano sacado de un banco de imágenes
Hay otra parte del disco que vuelve a lo seriado y exagerado, un cuadro en el comedor de casa con niños de diferentes nacionalidades dándose la mano sacado de un banco de imágenes. Ahí pierde las décimas para el notable: ritmo por ritmo, cajón desastre. La guerra de los besos. Miedo por no aburrir. Una soga pop para un artista de millones de reproducciones.
La tanganesca –hay temas trabajados con Thomas Thirta y Víctor Martínez, productores de El Madrileño– Tirititran, ¿para qué? ¡Si hay un disco entero en Arenas movedizas! Hay otro, bien posible, en Quiéreme bien, digna de Kevin Johansen, con un spoken word cavernoso y emocionante. O en Culpable, directamente de la mano del cantautor argentino. Incluso existe camino a explorar en las calorras El cuerpo no miente y, sobre todo, en Me lía. Esta última, junto a Estopa. Probablemente una de las mejores canciones de los Muñoz en los últimos años, medley inclusive con 'Tu calorro'.
No todo puede fiarse a la intuición
Porque a veces los resultados no llegan. Macaco ha decidido divertirse con sus compañeros. Ya está bien: el gran acierto del disco es compartirlo con amigos. Todo el mundo sabe que al cole no sólo se va a aprender. Se juega en el patio; se escarban mesas a compás para dejar mensajes de amor. Y de vez en cuando (no siempre, claro, “no somos planetas, orbitamos libres como dos cometas”) salen versos que inspiran. Porque –mancillo una de sus frases– el amor, como el arte, no existe, solo sus hechos
Macaco
Vuélame el corazón
Sony
Puntuación: 6,9/10