Roy Greenslade es el periodista que lo sabe todo sobre la prensa británica. Es el comentarista de referencia de la cosa en el Reino Unido y ha emitido un veredicto terrible desde su columna en The Guardian: “es cuestión de tiempo que imprimir diarios deje de ser rentable. No tienen ningún futuro”.

Bueno. Hace al menos cinco años que las cifras de negocio del sector así lo indican mientras gerentes y ejecutivos silban mirando al techo. Para empezar: la venta de diarios es hoy la mitad del año 2000. ¿Por qué lo dictamina ahora con tanta contundencia el principal observador del mercado de prensa más competitivo del mundo. ¿Qué ha pasado?

  1. DMGT, la editora del Daily Mail (un tabloide conservador que vende 2,3 millones de copias) ha reconocido una caída del 16% en los ingresos publicitarios de los seis últimos meses. Los beneficios de la división de diarios cayeron un 29%. En consecuencia, sus acciones han perdido un 10%.
  2. The Guardian registra pérdidas de 77 millones de euros el primer trimestre de este año. Para ponerles remedio recortará 250 puestos de trabajo y un 20% de los costes.
  3. The Independent cerró su edición impresa en marzo (permanece la digital) y vendió su versión compacta impresa “I” a Johnston Press.
  4. The Daily Telegraph, con el argumento que el ingreso publicitario ha caído un 20%, ha empezado una ronda de despidos, especialmente entre los salarios más altos.
  5. Financial Times, diario que preparó muy bien el salto del papel al digital, ha avisado que “las condiciones del mercado son descorazonadoras”.
  6. New Day, el diario que Trinity Mirror lanzó en febrero de este año cerró nueve semanas después. Tenía que salvar la prensa impresa. Nah.

La prensa británica, como la escandinava, es una bestia coriácea, que se ha adaptado siempre muy bien a la demanda cambiante, con un estilo editorial anti-establishment hecho para llegar a un gran volumen de lectores y no depender de los recursos públicos o del favor político. ¿Si este tipo de prensa va mal, como sobrevivirá la de otros países, que flota gracias a la publicidad y a las ayudas oficiales, es más acomodaticia con los poderosos y, por lo tanto, está menos atenta a las demandas del público?

Los diarios gratuitos Metro y Evening Standard distribuyen diariamente 1,35 millones y 900.000 copias, respectivamente, pero su margen de beneficios es muy bajo. “Si no comparten los gastos corporativos dudo mucho de que salgan adelante como empresas separadas”, comenta Greenslade.

Los diarios británicos seguirán el camino que ya recorre la prensa regional de su país (y los diarios metropolitanos de los EE.UU.): cierre, transformación en semanarios, fusiones de cabeceras de ciudades vecinas...

Sobrevivir recortando

Eso no significa que los diarios impresos vayan a morir mañana mismo. Sobrevivirán a base de recortes, como ya han demostrado algunos, sobre todo entre la prensa regional y local británica. El columnista del Guardian recuerda que se pueden hacer diarios con redacciones esqueléticas, como hace Richard Desmond, propietario del Daily Star (propiamente no es un diario informativo sino un tabloide de celebridades), desde hace años.

El papel se puede llenar, pero el resultado de hacerlo de cualquier manera será “una cosa que parece un diario con un contenido sin valor. No periodismo, sino material sin sustancia ni servicio público”, añade el columnista.

“Los optimistas quieren pensar que todo es cíclico, al menos en parte” y que se debe, por ejemplo, a la recesión económica o la incertidumbre que genera el referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE. “Eso quizá sea parte del problema, pero también intervienen fuerzas estructurales inexorables que están trasladando el negocio del papel al digital”, señala John Gapper, comentarista del Financial Times.

Este es el caso de muchos anunciantes de productos de lujo, que han movido buena parte de la inversión publicitaria del papel al digital y no han percibido ninguna caída en las ventas de sus productos. Mala señal.

Luz al final del túnel

En este sentido, sin embargo, hay buenas noticias. El último semestre, MailOnline, la versión digital del Daily Mail, ha visto crecer sus ingresos publicitarios digitales un 23% hasta 57,7 millones de euros, cifra que todavía se compara mal con los 105 millones que ingresa el papel. Pero ya se trata de un nivel de ingresos de primera división.

En The Independent, el diario que cerró la versión impresa para quedarse sólo digital, también están contentos. Christian Broughton, el director, ha anunciado que su audiencia se ha ensanchado un 35% el último año y que el diario ya es rentable. La redacción, originalmente prevista para 25 periodistas, arrancó con 40, ya tiene 90 y están contratando.

Gapper no es optimista, sin embargo. Piensa que el ciclo vicioso recortes-pérdida de calidad-más recortes es inevitable en el corto plazo y que la solución pasa por fusiones de empresas y consolidar el sector. “Eso es lo que ocurriría en cualquier otra industria en esta situación. La pregunta es: ¿quién tiene ganas ahora de entrar en este mercado”?