El ayuntamiento de Barcelona ha decidido no sacar adelante la construcción del museo Hermitage en Barcelona. La concejala Janet Sanz ha expuesto los motivos donde ha hecho referencia a los cuatro informes de una junta de expertos que han recomendado no tirarlo adelante. A pesar de acogerse a sus conclusiones, Sanz admite que "no nos tiene que decir ningún informe, lo hemos visto nosotros mismos" que el equipamiento tan próximo al mar con los temporales y la previsión del aumento de su nivel hace "necesario prever qué pasará en los próximos cinco años". El Hermitage se había pensado para construir próximo al Hotel Vela, dentro de la nueva bocana del Puerto.

Desde el ayuntamiento aseguran que "no es un emplazamiento cualquiera" y lo han definido como "frágil" por su proximidad con el mar dónde se está evaluando recuperar toda la zona. La ubicación no es el único inconveniente que han encontrado.

El diseño del edificio tampoco "se articulaba con el entramado urbano" que lo rodea. Por otra parte, desde el gobierno de Colau priorizan reformular otros equipamientos existentes: "En el contexto de sostenibilidad, tenemos edificios patrimoniales que clama en el cielo que tienen una oportunidad muy potente", declara Sanz. Y la movilidad también es otro escollo ya que el transporte público, el metro, está a dos kilómetros y consideran "carencias en el transporte privado" para adecuar la zona.

Para acabar, tampoco les ha convencido la finalidad del Hermitage. Consideran que "no tiene una función cultural sino comercial" basándose en la obligatoriedad en comprar la entrada completa a todos aquellos visitantes. La previsión es recibir a 850.000 visitantes, cifras similares a las del Museo Picasso que están lejos del más visitado de la ciudad, el Museo Barça con 1,5 millones de visitantes anuales. El ayuntamiento también lamenta que la plantilla del Hermitage no contemple grandes expertos en la materia y se relegue "a una sala de exposiciones". El proyecto cultural prevé una evolución progresiva y consideran que tener fondos propios hasta el 2032 es "insuficiente".

Por todo ello, el ayuntamiento de Barcelona tilda de "franquicia" este proyecto y recuerda que el Puerto de Barcelona "no puede hacer ninguna concesión sin el visto bueno" del consistorio que hoy ha publicado sus conclusiones. El gobierno de Colau abre la puerta a un nuevo proyecto más viable y que "no genere externalidades negativas".

Las primeras reacciones no se han hecho esperar. El regidor de Junts per Catalunya en el ayuntamiento de Barcelona Ferran Mascarell, lamenta que el gobierno de Colau se "acoja a cuatro informes" que no son concluyentes de nada. Y cuestiona si para construir un centro comercial "nadie hubira puesto dudas".