El Himno de la Olimpiada Popular tendría que haber sido interpretado en el Estadio Olímpico de Montjuïc, el 19 de julio de 1936 a las cuatro de la tarde, por una coral y una orquesta dirigidos por Pau Casals. El himno con letra de Josep Maria de Sagarra no sonó aquel día de julio, en el que los rasgos|tiros resonaban por las calles y plazas de Catalunya. Pero hoy se ha interpretado finalmente en la Anilla Olímpica de Montjuïc, en el INEFC, en el acto que el Gobierno catalán ha querido organizar en homenaje a la Olimpiada Popular que tendría que haberse iniciado hace 71 años.

Reconocimiento institucional

Jaume Asens, cuarto teniente de alcalde de Barcelona, ha apuntado que, 25 años después de Barcelona 92, la ciudad está en deuda con la gente que en 1936 luchó por la libertad, también en la Olimpiada Popular. Asens, que ha querido acabar su intervención con un poema de Cernida, ha afirmado que "el verdadero enemigo de Catalunya es el olvido". Raül Romeva, conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia, por su parte, ha querido dejar claro la vigencia del manifiesto de 1936, y ha recordado que la Olimpiada y sus promotores, han pasado muchos años de olvido y de menosprecio, y que justamente por eso hoy había que honrarlos. "Estábamos en deuda, como país y como sociedad con ellos", ha afirmado Romeva, quien ha recordado que con este acto se cierran las conmemoraciones institucionales de los 80 años del 18 de julio. Y ha afirmado que el país continúa firmemente comprometido con los valores defendidos por la Olimpiada Popular.

Acto oficial

El acto, conducido por Rosa Andreu ha contado con actuaciones artísticas y musicales, en recuerdo de los 2.000 cantantes que tendrían que haber intervenido en la inauguración de la Olimpiada. También ha contado con una serie de pruebas deportivas infantiles que se han desarrollado a lo largo de toda la mañana, en recuerdo de la defensa del deporte popular que se hizo en la Barcelona del 1936. Durante la sesión, se han leído fragmentos del Manifiesto de la Olimpiada Popular, como "Los Juegos Olímpicos que se preparan en Berlín son indiscutiblemente una falsificación vergonzante, una burla del pensamiento olímpico". Se han escuchado, a través de un audiovisual, los testimonios de los atletas que fueron a Barcelona en la Olimpiada (e incluso de algunos de los que se sumaron a las fuerzas republicanas). Han participado presencialmente en el acto dos nadadores del Club Natación Barceloneta, Antoni y Alfons Cànoves, deportistas que tenían que participar a la Olimpiada Popular, y Maria Salvo, presidenta de Mujeres del 36. Los tres han recibido un cálido aplauso de los asistentes, puestos en pie. El conseller Romeva les ha impuesto una medalla conmemorativa de esta jornada, que también ha otorgado a los representados de las organizaciones que prepararon el acontecimiento deportivo de 1936.

Los que no olvidan

Han asistido al acto de Barcelona 10 miembros del Clarion, un club ciclista de Londres, que han llegado pedaleando, para rendir homenaje a los miembros de su club que en 1936 viajaron a Barcelona para participar en los Juegos, y también a cuatro miembros del Club que murieron en los campos de batalla españoles, luchando con las Brigadas Internacionales. Los 10 ciclistas han acudido al acto con un maillot con los colores de la bandera republicana. Daniel Laspra, que ha hablado en nombre del Centre Autonomista de Dependents del Comerç i de la Indústria (CADCI) y de las otras organizaciones que prepararon la Olimpiada Popular, ha reivindicado la fuerza de la sociedad civil cuando se organiza desde abajo y ha criticado que el Museu Olímpic de Barcelona lleve el nombre de un fascista. El Govern ha querido conectar las reivindicaciones de 1936 a las actuales, y por eso ha invitado a participar en el acto en Ruben Wagensberg, de la Plataforma Volem Acollir, quien ha asociado el padecimiento de los exilados de 1936 con los refugiados de hoy y ha afirmado que "la mejor agua para regar la planta de la solidaridad es la memoria".

La modernidad de Barcelona 36

El historiador Carles Santacana, especialista en historia de la Olimpiada Popular, ha hecho pública una reflexión sobre el acontecimiento. Ha reivindicado que la Olimpiada Popular representa una parte de la historia de Catalunya y también del mundo muy olvidada. Ha recordado que Barcelona fue una ciudad con una clara voluntad olímpica, ya en los años 1920, y que si las Olimpiadas de 1936 no se celebraron aquí fue porque los aristócratas del COI se sintieron alertados por| el entusiasmo popular desencadenado por la proclamación de la República. Ahora bien, ante el ascenso de Hitler, la sociedad civil catalana, a través de los grupos deportivos, en tres meses consiguieron organizar un gran acontecimiento que movilizó a más gente que los de Berlín. La Olimpiada Popular, para Santacana, fue un fenómeno con valores muy contemporáneos: a favor de un deporte popular, que incorporaba a las mujeres, que rechazaba el racismo, que vinculaba el deporte a la cultura... Santacana ha afirmado que estos valores, que quedan plasmados en el cartel, mantienen íntegramente su valor y que por eso merecían un homenaje que se había retrasado demasiado.