Ara Llibres publica Des de el banc dels acusats, de Raül Romeva, un pequeño libro en el que el líder independentista explica, con breves textos y dibujos, su paso por el Tribunal Supremo durante el juicio por el procés. Una obra con lo que quiere denunciar la injusticia sufrida, pero a la vez reflexionar sobre estos hechos, sin ni siquiera renunciar al humor. Un humor teñido a ratos de amargura, pero que transmite una gran serenidad.
En Des del banc dels acusats Romeva explica en primera persona cosas que ven los acusados y que pueden pasar desapercibidas a quien las mira por la televisión: la pesadez del ritual diario de ir al juicio, la exhibición de fuerza del Estado que representa el tribunal, el hecho de que los jueces tomaran nota mucho más de las declaraciones de las acusaciones que de las de los acusados, la impotencia que provoca en los acusados las especulaciones sobre el juicio y la sentencia, la indignación por las falsedades de las declaraciones policiales, el absurdo de recoger el acta de senador escoltado por agentes policiales, las dificultades que el encarcelamiento comporta a los familiares de los presos... Romeva ofrece una visión muy íntima, que va más allá de lo que se televisó. Además, denuncia el relato de violencia usado por la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la acusación particular y manifiesta su indignación porque las defensas no pudieron ejercer el derecho a contradecir las pruebas de la acusación. También pone de manifiesto la complicidad entre la abogada del Estado y los ultras de Vox que ejercieron la acusación particular. Explica también anécdotas de su vida en la prisión, de la preparación del caso con los abogados, de la vida de los internos, de la dureza que supone la prisión preventiva...
Romeva, desde la prisión, analiza la situación política y ofrece un baño de realismo. Anuncia que sólo estamos "en el inicio de un camino" que "sabemos que no será fácil, ni rápido, ni indoloro", pero añade que "es irreversible", porque la reivindicación "es justa, porque es legítima y sobre todo porque ni queremos ni podemos renunciar". Apunta, pese a todo, que "No hay ninguna fórmula mágica ni habrá ningún milagro" y hace un llamamiento a la persistencia y a la resiliencia. Todo eso, desde la más estricta humildad: "Ninguno de nosotros es imprescindible", recuerda.
Romeva hace un llamamiento, sobre todo, a plantearse la crisis catalana en términos políticos y no judiciales, porque "la voluntad de libertad y de democracia no puede ser ni juzgada ni condenada". Y lo hace con la madurez que le ha dado el paso por la prisión y el calvario del juicio: "Sobra juzgar y falta empatía; sobra aleccionar y falta saber escuchar; sobra acusar e incluso insultar sin fundamento ni necesidad; y falta respeto por las opiniones diversas y sobre todo contrarias", explica el conseller encarcelado. Raül Romeva aprovecha este libro para hacer una reflexión sobre el sistema judicial y penitenciario, no sólo como herramienta de represión de los independentistas, sino también como mecanismo a menudo injusto e inhumano. En el epílogo Romeva asegura que la prisión, el juicio y la represión, le han hecho más fuerte. Des del banc dels acusats es una muestra de esta fuerza y de una gran voluntad de resistencia, incluso en la adversidad.