Podríamos decir que Netflix es la plataforma que todos tenemos en mente cuando hablamos de contenido en streaming para mirar un día cualquiera. Todos sabemos que hay muchas otras pero estoy bastante convencida de que esta es la primera que la gran mayoría de los mortales abrimos cuando nos apalancamos en el sofá. Sea como sea, aquí una noticia que igual no sabías: hay vida aparte de Netflix. Y bastante interesante, debo decir.
Y no, no me refiero a las birras fresquitas en la terraza, a las excursiones marítimas con pádel surf o a los chapuzones a la piscina. Hablo de las mini series que habitan en algún lugar de HBO esperando el momento ideal para consagrarse como las mejor paridas de todas. Y por varios motivos.
Primero, duran lo que tienen que durar: ¿no estáis hartos de series eternas que se enredan y se enredan eternamente y, al final, no te has enterado de nada? Con estas, eso no pasa. Son un círculo perfecto, ni más ni menos. Segundo: tienen tras sus filas auténticos monstruos escénicos, personajes venidos del mismo Hollywood para callar todas las bocas del mundo. Y tercero, y más importante: los temas que tocan te dejan totalmente tocado (y hundido), con la boca abierta y el alma encogida, porque consiguen llegarte a la entraña. Querrás que fuera llueva mucho para ver estas 8 reliquias de la pequeña pantalla.
¿Os imagináis a la soberbia Amy Adams protagonizando a una periodista traumatizada, que acaba de salir de uno psiquiátrico y que tiene que cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes de su pueblo? Pues no imaginéis más y poned el play, porque en Heridas abiertas hace un papelón digno de admirar. Aquí, el doble crimen importa pero también es la excusa para hablar del presente y del pasado, de una relación madre-hija muy complicada y, sobre todo, de un proceso emocional que mantendrá a la protagonista en constante lucha consigo misma (y con su alrededor) durante 8 capítulos.
Todavía hay mucha gente, mucha, que tiene escalofríos en la espalda cuando escucha hablar de lo que pasó en Chernobil el 26 de abril de 1986. Aquel día, un accidente nuclear marcó el porvenir de la Unión Soviética y de la política internacional de los próximos años: fue el peor de toda la historia. Murieron 50 personas pero lo que pasaría después... nadie se lo imaginaba. Esta mini serie de 5 capítulos recrea de una manera magistral las horas previas y posteriores del desastre, pone cara a los protagonistas y verbaliza científicamente todo el relato. Una historia real que Filmaffinity puntúa con un 8,5.
Si me tengo que quedar con un adjetivo, definiría esta obra maestra como redonda. ¿O ya he dicho dos adjetivos? Sea como sea, It's a sin habla de una enfermedad, el VIH, que llegó silenciosamente para quedarse. Nadie sabía nada y la ignorancia dejó paso a los estigmas, que atormentaron a la comunidad gay de una manera exagerada durante años y años. La tenéis que ver. La vida de Ritchie, Roscoe y Colin, la liberación de su orientación sexual en el Londres de los 80 y su lucha diaria para sortear las muchas situaciones infrahumanas que viven. Cinco capítulos. Rumores, estigmas y negacionismo se mezclan con las ganas de vivir de una generación plenamente estigmatizada por el SIDA que no quiso dejar de vivir.
Poco más que decir sobre esta serie y sobre la brutal actuación de una Kate Winslet que no puede hacerlo mejor. Muestra la imperfección de las personas y como lo que nos pasa en la vida marca nuestro destino, nuestro comportamiento y nuestras relaciones. Mucho más todavía en una zona cerrada donde todo el mundo se conoce. Todas estas disputas internas están representadas en la Madre, la detective de un pequeño pueblo de Pensilvania, y se agudizan cuando tiene que investigar un asesinato al mismo tiempo que sigue luchando contra todos sus demonios. Imperdible.
Esta tiene 10 años pero es tan buena que vale mucho la pena ponerla en esta lista. Y es que es un must en toda regla, a pesar de ser un poco más larga que las otras: 10 capítulos. Está basada en hechos reales, concretamente en la historia de la Easy Company, un batallón norte americano del regimiento 506 de paracaidistas que luchó en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Aparte de incluir entrevistas a supervivientes, recuerdos de periodistas y cartas de los soldados, su narración es realista y consigue que entres totalmente en uno de los episodios más cruentos de la historia reciente. Ah: y Tom Hanks dirigió algún capítulo.
Una sociedad futurista no demasiado lejana y catástrofes vitales que, sin duda, podríamos vivir si no paramos de hacer al idiota. Una distopía probable si seguimos por este camino. Years and years nos muestra cómo el impacto tecnológico puede interferir en nuestras vidas de forma maquiavélica y cómo pueden agravarse algunas problemáticas sociales y políticas actuales si no empezamos a revertir la situación. El auge de la extrema derecha y de los populismos, la polarización ideológica o la crisis de los refugiados se explican de una manera contundente desde los ojos de una familia que mezcla ironía, drama y comicidad de una manera sublime. Buenísima.
Frances McDormand es garantía de éxito, todo lo que toca esta mujer se tiñe de belleza. Sólo 4 episodios son suficientes por enamorarnos y emocionarnos de una manera desgarradora, dramática y angustiante. Olive Kitteridge es una profesora de matemáticas de un pequeño pueblo de Maine casada con Henry, farmacéutico y buen tío. Ella, además, es una mujer que no tira precisamente amabilidad y que encuentra en la hostilidad un camino donde ser honesta, incluso cuando su mala uva no tiene ningún tipo de sentido. Una serie humana, dura y absolutamente tierno que no deja nada indiferente. De hecho, está basada en la novela homónima de Elisabeth Strout, que ganó el Pulitzer en 2009.
Un paseo real por personajes de carne y hueso que tuvieron un peso importante en la lucha (o crítica) por la igualdad de derechos de las las mujeres en los Estados Unidos de los años 70. La política conservadora Phyllis Schlafly se oponía firmemente a la Enmienda de Igualdad de Derechos, un proyecto revolucionario en materia laboral, de divorcio y de propiedad; para Schlafly (maravillosamente interpretada por Cate Blanchett), era un camino que condenava a la mujer a ir a la guerra y a dejar de cuidar la casa. Personalidades feministas cruciales como Gloria Steinem, Betty Friedan o Shirley Chisholm contraponen estos argumentos en una mine serie de 9 capítulos que hace falta ver.