Si hoy es viernes, volvemos a tener un buen puñado de novedades discográficas para poner banda sonora a nuestras experiencias vitales. Del jazz evocativo del trompetista israelí Avishai Cohen al rock clásico con especias mediterráneas de Xarim Aresté, pasando por el house de Diplo, el rap y trap de Flashy Ice Cream o el pop de los retornados Catarres, os seleccionamos los 10 discos que no podéis dejar de escuchar este fin de semana.
Por aquellas curiosidades de la vida, en el mundo del jazz hoy reinan dos intérpretes con el mismo nombre: Avishai Cohen. Uno es un contrabajista superlativo. El otro, que es el que hoy nos ocupa, un trompetista sublime. Lo demuestra en Naked Truth, un disco evocativo nacido de una jam session en que todos los miembros del cuarteto de Cohen trabajan para el equipo sin dejar de brillar individualmente.
Si hablamos de Band of Horses las cosas no pueden ser más que grandes o muy grandes, como su nuevo disco, Things Are Great. Desde Seattle, y después de seis años de silencio creativo, la banda de Ben Bridwell reaparece para ofrecer una nueva clase magistral de indie folk y americana (aquella etiqueta que alguien creó para definir la revisión de la música country desde el prisma del indie rock).
Discípula de grandes damas del género como Betty Carter, Ella Fitzgerald, Nina Simone o Billie Holiday... La ganadora de varios premios Grammy Cécile McLorin Salvant es una de las voces más mesmerizantes del jazz actualmente. Tonalidades de terciopelo con las que vuelve a acariciarnos los sentidos con su nueva entrega, Ghost Song.
Nombre capital para cartografiar la música electrónica en las últimas dos décadas, Diplo suma un nuevo capítulo discográfico a su trayectoria. Su álbum homónimo también es probablemente su referencia más accesible. Un trabajo en que destacan las colabos de amigos y compañeros de gremio como Busta Rhymes, Jungle, o Kareen Lomax, en el que el productor norteamericano exhibe el lado más comercial de su muestrario de beats house.
En un mundo destinado al colapso, Els Catarres han reaparecido con Diamants, un disco que bien podría considerarse un tratado sobre el optimismo y la felicidad. 11 temas en que se alejan definitivamente de aquel folk mestizo que practicaban en sus inicios para dibujarse como una banda de pop sin miedo a jugar con sonidos como la electrónica.
El tándem sabadellense Flashy Ice Cream se reivindica definitivamente como uno de los nombres preponderantes de nuestra escena urbana con su nuevo largo, Hangover. Grabado a medio camino entre Catalunya y Londres, Pol Giancana y Sneaky Flex se sitúan al frente de nuestro contingente rap/trap con un álbum mayúsculo en el que exploran su vertiente más oscura y experimental.
Después de dos años de absencia, Namina, una de las voces más conmovedoras de nuestra escena musical, reaparece con Un udol. La cantautora catalanobrasileña define su nueva entrega como un trabajo de renacimiento. 12 temas donde encontramos composiciones propias y versiones moduladas en las formas del pop, el blues, la música brasileña, el folk y el jazz. Una delicia gourmet.
Nombre imprescindible para trazar la historia del rap en catalán, Senyor Oca retorna a la actualidad con Portals. Siguiendo con la evolución iniciada referencias atrás, nuestro rimador favorito parte del rap para acercarse cada vez de manera más insistente a los parajes sonoros de géneros adyacentes como el dub o el drum&bass.
Fans de Kate Bush, Joanna Newsom, Joni Mitchell... ya tenéis nueva cantautora favorita: Tamara Lindeman o, lo que es lo mismo, The Weather Station. De hecho, Lindeman no es una recien llegada. Todo lo contrario, How Is It That I Should Look at the Stars es su sexto elepé. Un trabajo, que como su anterior y sublime Ignorance (2021), grabó en pocos días durante las primeras semanas de la pandemia. Indie folk delicado y sedoso. Acordes donde la melancolía se torna una dulce condena.
Alma libre y ya figura de culto de nuestro ecosistema sonoro, el siempre imprevisible, y por eso fascinante, cantautor de Flix Xarim Aresté, amplía su muestrario fonográfico con Ses entranyes. Aresté entró en el estudio con la idea de grabar una sola canción, y en un día y medio grabó, en directo y sin ninguna otra red de seguridad que el acompañamiento de su nueva banda, todo un disco. Un álbum que beve del rock clásico vía Black Crowes y Rolling Stones y flirtea con el jazz más libre sin perder esencia mediterránea. ¡Discazo!