Con la crisis en Catalunya la tasa de reposición de los profesores universitarios que se jubilaban o dejaban el trabajo cayó en picado. De esta forma, durante algunos años la contratación de nuevos docentes se redujo sustancialmente. Los becarios y jóvenes investigadores no encontraban posibilidades de incorporarse al mundo universitario, y por eso muchos decidieron marcharse al extranjero o dedicarse a otros trabajos. De esta forma, la media de edad del profesorado universitario ha ido incrementándose. Ahora, según los datos de la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat, ya hay un 4,4% de profesores mayores de 65 años (en 2011 eran el 2,5%) y un 26,1% de entre 55 y 65 años (en 2011 eran un 20,7%).

Edad media: 49

Solo el 8,8% de los profesores, en la actualidad, son menores de 35 años. Y eso es especialmente preocupante porque las investigaciones más innovadoras acostumbran a ser promovidas por jóvenes investigadores. Ahora, la edad media del profesorado en el sistema universitario catalán es de 49 años, tres más que en 2011. El profesorado permanente ya tiene una edad media de 49 años; y la de los profesores asociados (que a menudo encubre a investigadores precarizados) ha alcanzado los 45 años. Los profesores "no permanentes" ya han alcanzado la elevada edad media de 40 años.

Toque de alerta

El envejecimiento no afecta por igual a todas las universidades. Es especialmente fuerte en las universidades más antiguas: la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Politècnica de Catalunya (UPC), que son, además, las que más alumnos concentran. Los rectores de estos tres centros advirtieron que estas universidades, que son las que están en puestos más altos en rankings internacionales, se están hundiendo. Joan Elias, rector de la UB, advirtió que los problemas actuales se notarán con una caída de calidad en los próximos años. En ese acto se denunció una caída de la valoración de los investigadores, ya que personal muy formado trabaja en plazas de baja calificación, mal pagadas, pensadas para jóvenes docentes en formación. Los rectores de las tres universidades denunciaron que sin un nuevo modelo de financiación, el sistema universitario catalán se hundiría, y apuntaron que los presupuestos de la Generalitat no respondían a las necesidades de las instituciones académicas.