Siguiendo la estela de Wall Street, el Ibex ha abierto con una subida del 0,33% mientras el Eurostoxx avanza un 0,16%. El mercado parece haber entrado en una fase en que la volatilidad ha convertido a los inversores de intradía y "hegde funds" en los principales protagonistas de los parquets.

El petróleo está actuando como el gran conductor de las alzas, con el Brent subiendo a 47,28 dólares después de revalorizarse ayer un 5,67% por rumores de que se está cerca de un acuerdo para limitar la producción.

El Nikkei de Tokio ha subido un 1,1% al cierre ante la subida del dólar sobre el yen. El billete verde se ha contenido frente al euro, con el que se ha intercambiado a 1,0750.

El gurú de los "hedge funds" (fondos de cobertura), Ray Dallio, ha dicho que hemos entrado en una fase de cambio que puede durar una década. En Wall Street aceptan que nadie sabe qué planes de Trump se cumplirán y que dos tercios de las cosas no ocurrirán.

Mientras, el poder político avanza posiciones sobre la economía. Xi Jin Ping ha defendido la soberanía de China para buscar "el modelo que permita un desarrollo ordenado de Internet".  Google ampliará su sede en Londres y creará allí 3.000 empleos. Europa elevará el gasto en seguridad, inmigración y empleo.

En el mercado de bonos, el rendimiento del español a 10 años sube al 1,48% y la prima de riesgo llega a 116 puntos básicos. Mientras la deuda americana y alemana dan signos de estabilizarse.

En el Ibex, los inversores están atentos a Telefónica, cuyo valor está sometido al escrutinio de los inversores que ven excesiva su deuda. La venta de su paquete en Indra ha despertado nuevos recelos.

En Wall Street, los futuros del S&P están planos, aun cuando el paquete de recortes de impuestos prometido, una mayor desregulación del sector bancario y la ampliación de gastos en infraestructura compensan los temores a posibles disputas comerciales o guerra de divisas.